Existe en el imaginario la idea de que el escritor es una persona encerrada en su propia creatividad, que incluso puede llegar a tener una relación distante con su propia familia. Sin dudas, que hay ejemplos del caso, aunque también de los otros. Pero, ¿qué sucede cuando tanto el padre como el o los hijos sienten pasión por la literatura?
En el Día del Padre, que se celebra en muchos países del mundo y varios de la región como Argentina, Chile, Ecuador, Colombia y México, entre otros, Infobae Cultura presenta un listado de autores que, sin querer o queriendo, pudieron traspasar en muchos casos el hábito, en otros el don, por la escritura a la siguiente generación.
Jorge Guillermo y Jorge Luis Borges
Hasta el 2015, se conocía que Jorge Guillermo Borges Haslam era autor de una novela, El caudillo, pero aquel año el Borges Center de Pittsburg publicó La senda, que había sido escrito en 1917 y que tiene su edición en español. No fue un autor prolífico, ni muy destacado, aunque su formación, su biblioteca de "ilimitados libros ingleses" y sus amistades, como Evaristo Carriego y Macedonio Fernández, fueron cruciales en la formación literaria de su hijo, Jorge Luis.
Jorge Luis Borges tuvo en su padre, que fue un abogado no practicante y profesor de psicología, a su primera guía literaria y, como dijo el autor de El Aleph, de él recibió un gran consejo: "Escribir mucho, romper mucho y no tener prisa por publicar".
De pequeño Jorge comienza a estudiar inglés y como su padre desconfiaba de la educación pública, lo hace con una institutriz británica, miss Tink. Cuando Jorge Guillermo se jubila en 1914, la familia emprende un viaje a través de Europa para someterse a un tratamiento oftalmológico, aunque después de recorrer Londres y París, se establecen en Ginebra (Suiza) al no poder regresar a Argentina por el estallido de la Gran Guerra. Ya siendo un autor consagrado, Borges le escribió un poema:
A mi padre
Tú quisiste morir enteramente,
la carne y la gran alma. Tú quisiste
entrar en la otra sombra sin la triste
plegaria del medroso y del doliente.
Te hemos visto morir con el tranquilo
ánimo de tu padre ante las balas.
La guerra no te dio su ímpetu de alas,
la torpe parca fue cortando el hilo.
Te hemos visto morir sonriente y ciego.
Nada esperabas ver del otro lado,
pero tu sombra acaso ha divisado
los arquetipos últimos que el griego
soñó y que me explicabas. Nadie sabe
de qué mañana el mármol es la llave.
Kingsley y Martin Amis
Ambos tuvieron un debut literario destacado. Kingsley lo hizo con La suerte de Jim (1954), mientras que Martín con la novela El libro de Rachel (1972), por la que fue considerado como un enfant terrible de la literatura. Sin embargo, la relación entre ellos nunca fue buena.
Kingsley tuvo una carrera prolífica en la que escribió 20 novelas, además de publicar poesía, cuentos, ensayos, crítica y hasta guiones para radio y televisión. Es considerado uno de los mejores autores británicos del siglo XX y llegó a tener el título de Sir. Por su parte, la obra de Martin, que nació cuando Kinglsey tenía 27 años, está dividida entre novelas y publicaciones de no ficción.
Alguna vez el padre dijo que su hijo era "demasiado listo para resultar tan mediocre como escritor" y Martin recuerda en entrevistas el "intenso e instantáneo dolor" que le produjo que Kingsley revoleara sin terminar su primera novela "por ser demasiada mala".
Martin, aún siendo ya un autor reconocido, con nombre propio digamos, parece no poder escapar nunca de la sombra de su progenitor. Así se puede ver en múltiples entrevistas, en las que regresa una y otra vez, intentando diferenciarse lo más posible. Por ejemplo, asegura que él "no publica un libro por año aunque su padre lo hacía" o si es cuestionado sobre poesía dice: "Mi padre escribía poesía. Yo no". Y así.
Martin vive hoy en el mismo vecindario que lo hizo Kingsley y quienes deseen conocer más sobre una versión de la historia pueden leer Experiencia, en el que describe con detalle la vida de Kingsley y su relación con el alcohol.
Charles y Charles Dickens Jr.
Poco se puede decir sobre Charles Dickens (o más bien mucho). No solo uno de los grandes autores de la época victoriana, sino ya un clásico de la literatura universal. Historia de dos ciudades, Oliver Twist, Un cuento de Navidad y la lista sigue.
Por eso, quizá resulta natural que la obra de su hijo apenas sea conocida, por eso o porque en realidad, la carrera del Charles Jr no llegó nunca a tener peso propio, aunque es una figura histórica respetada en el mundo de los diccionarios.
Charles Jr., el mayor de 10 hermanos, comenzó a trabajar para su padre como subeditor de All the Year Round en 1869 y quedó al frente de la publicación cuando su padre falleció al año siguiente. Lejos de la ficción, publicó el Diccionario de Londres de Dickens, el Diccionario de Thames de Dickens y el Diccionario de París de Dickens. Además, se asoció a Wilkie Collins, amigo de su padre, para escribir John Jasper's Secret, secuela del Misterio de Edwin Drood, decimoquinta y última novela de su padre.
Jorge, Paloma y Joao Amado
Jorge Amado fue una de las letras más destacadas de Brasil, con títulos como El país del Carnaval, Gabriela, Clavo y Canela y Doña Flor y sus dos maridos, además de cuentos, memorias, biografías y hasta literatura para niños.
Con su segunda esposa, la también escritora Zélia Gattai, tuvo dos hijos: Paloma Jorge y Joao Jorge, sí, ambos llevan el nombre de su padre. "Mi padre eligió ponerles Jorge a todos sus hijos, yo pienso que por motivos afectivos. Tanto él como mi madre tuvieron un primer matrimonio. Mi madre se separó en 1946 y en Brasil no había divorcio. La separación se llamaba desquite y una mujer que se desquitaba era una cualquiera; lo hizo porque era una mujer adelantada a su tiempo, aunque fue muy difícil. Tiempo después fue a vivir con mi padre. A los hijos nacidos de esa situación se los llamaba 'hijos espurios'. 'Yo respeto las buenas leyes, las malas no las respeto', decía mi padre, 'entonces no tendré hijos sin padre; el nombre del padre estará no sólo en el apellido sino también en el nombre'", relató en una entrevista Paloma.
Paloma, incentivada por su padre, se convirtió en una experta en un aspecto de la literatura paterna: la comida: "Empecé con los libros de cocina a partir de la obra de mi padre. Le dije que haría una investigación en su obra para ver qué comen sus personajes. Leí todos sus libros pero concentrándome en los alimentos".
Además, Paloma, junto a Joao y Zélia son los autores de Jorge Amado, um baiano romântico e sensual: três relatos de amor, en el que cada uno relata una historia relacionada a su padre.
Stephen, Joseph y Owen King
Nadie ignora a Stephen King. Es, sin lugar a dudas, uno de los maestros contemporáneos de las historias de terror y suspenso, y muchas de sus obras fueron llevadas al cine, por lo que su nivel de popularidad es superior a la de un escritor exitoso.
El primer hijo de Stephen en animarse a la literatura fue Joseph Hillman King, quien en 1997 comenzó a publicar historias bajo el seudónimo de Joe Hill, ya que deseaba tener éxito gracias a sus propios méritos. Luego de ganar varios premios como autor de fantasy, la revista estadounidense Variety reveló su identidad en 2006, pero él recién aceptó ser el hijo de Stephen un año después.
"Todo escritor es hijo de otro escritor. Puede que no lo sean de sangre, pero son hijos literarios. Yo luché con algo muy excepcional y extraño, que es ser hijo de sangre de mi padre literario", dijo Joe.
Owen, el menor de los hermanos, también comenzó una carrera como escritor aunque nunca renunció al apellido. En una nota con el Sunday Telegraph, declaró: "Es evidente que tengo una ventaja como escritor en términos de reconocimiento de mi nombre. Pero también es una desventaja porque la gente espera simplemente que haga un ejercicio de nepotismo. He de seguir trabajando para convencer".
Stephen y Owen acaban de publicar una novela a cuatro manos, Bellas Durmientes. Durante la presentación, Owen recordó cómo surgió la idea: "Se me ocurrió y le dije: '¿Papá, qué te parecería una historia en la que las mujeres se durmieran para no despertar?' Me respondió: 'Buena idea'. Y entonces le propuse: 'Escríbela'. Y él: 'No, no, escríbela tú'. Pero era algo muy distinto a lo que yo había hecho hasta entonces".
Raúl y Jorge Barón Biza
Raúl Barón Biza creció con las comodidades que podía tener una familia terrateniente cordobesa en el siglo XX. Mientras desarrollaba su carrera literaria era más conocido por sus escándalo: era un dandy, un seductor egocéntrico, que disfrutaba de fiestas exóticas y consumo de drogas como la cocaína y el opio. Así y todo, publicó ocho novelas.
Jorge es el menor de los hijos del segundo matrimonio de Raúl, con Clotilde Sabattini. La relación de la pareja tuvo un desenlace trágico en 1964. Él le arrojó ácido sulfúrico en el rostro a ella, quien tenía todo listo para pedirle el divorcio. Ese episodio es el comienzo de la novela que escribió Jorge Barón Biza, El desierto y su semilla, que este año cumple dos décadas y es considerada un clásico de culto de la literatura argentina.
En el libro, Jorge define a su padre políticamente como un "anarcoindividualista stirneano" y humanamente como "un torrente de resentimiento absoluto". En una de las últimas páginas, escribió: "Ha ido mucho más allá que los borrachines, ha construido un espacio en el que es imposible reconocer un límite (…) Conoció el odio; le gustó más que los ideales, y ya no se separó de él".
Raúl se suicidó en la misma noche trágica en la que agredió a su mujer, pegándose un tiro, mientras que Jorge también se quitó la vida, saltando de un piso 12, en 2001.
H.G. Wells y Anthony West
El inglés H.G. Wells eternizó su nombre en la literatura gracias a títulos como Guerra de los mundos, La isla del Dr. Moreau o El hombre invisible, historias que le valieron el apodo de "padre de la ciencia ficción", aunque también fue un hombre de convicciones políticas fuertes, de izquierda, que se interesó por la realidad sociológica del momento, especialmente por la de las clases medias, defendiendo los derechos de los marginados y luchando contra la hipocresía.
De su relación extramatrimonial de 10 años con la escritora, periodista, crítica y feminista inglesa Rebeca Wells, pseudónimo de Cecily Isabel Fairfield, nació Anthony West, en 1914.
Reconocido autor y crítico literario, West escribió una docena de novelas, aunque la más conocida es Herencia, de 1955, que narra la historia de un niño que es ignorado por sus padres famosos, que era claramente una roman à clef donde su madre quedaba mucho peor parada que su padre. El libro no fue publicado en Gran Bretaña hasta 1984, luego de la muerte de Rebecca, quien había amenazado a su hijo de demandarlo si lo hacía. Otra publicación destacada de West es la biografía sobre su padre: H. G. Wells: Aspects of a Life.
Roald Dahl y Tessa Dahl
El galés Roald Dahl fue un destacado autor para niños y adultos, con clásicos como Charlie y la fábrica de chocolate, James y el melocotón gigante y Matilda, entre otros. Su primer libro para menores fue Los Gremlins, en 1942, que como muchas de sus historias luego sería adaptada al cine, aunque también escribió para revistas prestigiosas e incluso guiones para películas de James Bond.
Durante su primer matrimonio, con la actriz ganadora del Oscar Patricia Neal, nació Tessa, cuyo nombre real es Chantal, quien antes de publicar su primer novela de corte autobiográfico Working For Love, fue actriz y modelo.
En el libro, Tessa relata que su crecimiento estuvo lejos de ser un cuento de hadas, sobreviviendo a muchos conflictos entre sus padres y tragedias que golpearon a la familia, como la muerte prematura de dos de sus hermanos.
Roald la describió como "por lejos la más complicada de mis hijas", pero a su vez que era "la más interesante". Hace pocas semanas, Tessa -madre de la supermodelo Sophie Dahl- fue arrestada por una deuda de casi 4 mil libras con el hotel Interlaken Inn, en Connecticut, Estados Unidos.
Octavio y Helena Paz
Premio Nobel de Literatura en 1990, el poeta, ensayista y diplomático mexicano Octavio Paz es uno de los autores más influyentes del siglo XX. De su matrimonio con la también brillante autora Elena Garro nació Helena, que llegó a escribir dos novelas en vida.
La relación entre padre e hija fue idílica en los primeros años. "De niña me cargaba en sus piernas, en su espalda, y jugábamos… Lo quise mucho", comentaba en una de sus última entrevista, aunque todo cambió en 1968. Entonces, Octavio era embajador en la India y renunció tras la masacre de estudiantes en Tlatelolco. Ella y su madre, ya divorciada, fueron acusadas de orquestar el movimiento estudiantil y su respuesta fue una carta pública en la que criticaba a su padre.
Durante los 70 y 80, madre e hija pasaron penurias en un autoexilio en Estados Unidos y España, tiempo en el que no tuvieron contacto con el autor de Luna Silvestre, Piedra de Sol y Salamandra, entre otros.
"No nos hablamos por muchos años, nos hicimos mucho daño. Después nos reconciliamos. Me invitó a Londres y conviví con su esposa (Marie-José Tramini). Cuando ganó el Nobel, me llevó con ellos a Suecia. Fui muy feliz, le agradecí ese gesto. Se merecía el reconocimiento", recordó Helena.
John, Benjamin y Susan Cheever
El estadounidense John Cheever ganó el National Book Award y el Pulitzer, entre otros. Conocido como "el Chejov de los barrios residenciales", su obra que incluye más de 20 libros, entre cuentos y novelas, y se caracterizaba por la pobreza moral de sus personajes.
Susan Cheever es reconocida por sus novelas, pero sobre todo por sus memorias, sus publicaciones sobre el alcoholismo y la historia de Estados Unidos. Mientras su padre agonizaba por culpa de un cáncer, Susan se sentó a su lado para comenzar a escribir Home Before Dark, una biografía sensible que recorre los inicios del autor de Bullet Park y Falconer, sumido en la miseria, hasta la década del 60, cuando comenzó a ser premiado y reconocido, sin dejar de lado la ambición a veces desmedida del autor y su lucha contra el alcoholismo. Por su parte, Benjamin, con menos éxito editorial que su hermana, es autor de novelas de ficción para adultos, libros para niños y de no ficción.
Arthur y Rebecca Miller
Arthur Miller fue uno de los más destacados dramaturgos estadounidenses del siglo pasado, con imprescindibles como Muerte de un viajante, Las brujas de Salem, Panorama desde el puente y La caída, por nombrar algunos.
Tuvo tres matrimonios. El primero con Mary Slattery, un amor de su juventud con quien tuvo dos hijos, el segundo con la actriz Marilyn Monroe y luego con la fotógrafa Inge Morath, unión de la que nacieron Rebecca y Daniel, un niño con sindrome de Down que fue internado a los pocos días de nacer en una institución pública y de quien nunca hablaría en público.
Rebecca Miller es una realizadora, guionista, escritora y actriz, autora de películas como Personal Velocity: Three Portraits, The Ballad of Jack and Rose, Angela y The Private Lives of Pippa Lee, que está casada con el actor retirado Daniel Day-Lewis, tres veces ganador de un Oscar, a quien conoció durante una adaptación de Las brujas de Salem.
James y Franz Wright
Este dúo tiene una particularidad única, son los únicos padre e hijo que ganaron el premio Pulitzer por poesía. El estadounidense James irrumpió en la escena literaria en 1956 con The Green Wall, por el que recibió el prestigioso Premio Yale Younger Poets, aunque durante los 60, influenciado por los surrealistas de la lengua española, publicó The Branch Will Not Break (1963), que lo posicionó como un contrapunto a las escuelas Beats y New York. Tras su muerte en 1980, su figura poética fue en aumento y se desarrollaron festivales en su honor.
Por su parte, Franz nació en Viena, Austria, donde su padre estudiaba en una beca Fulbright. Su infancia la pasó entre borrachos y poetas o entre poetas beodos como John Berryman, quienes habitaban el círculo íntimo que su padre había formado cuando se unió a la facultad de la Universidad de Minnesota.
Con respecto a su padre, comentó: "Era una persona muy frágil y atemorizada. Yo soy como él. Si no, peor ". Franz publicó más de 20 libros hasta su muerte en 2015 y, de acuerdo a varias revistas especializadas, su obra está considerada como una de "las más honestas, inquietantes y humanas escritos hoy". En Walking to Martha's Vineyard, por la que ganó el Pulitzer en 2004, indaga en la relación con su padre, quien abandonó a la familia cuando tenía 8 años, como su relación con el alcoholismo, las drogas y la depresión maníaca.
SIGA LEYENDO