Allá, lejos en el tiempo, durante la llamada Edad de Oro, los cómics eran comprados y leídos por niños y niñas por igual. Aquella época, que duró desde finales de los años 30 hasta principios de los 50, vio nacer a la gran mayoría de los superhéroes modernos como "respuesta anímica" a la Gran Depresión de 1929, en Estados Unidos.
Surgieron entonces editoriales, grandes y pequeñas, y más y más personajes, mientras el mercado se fue inclinando hacia sus lectores masculinos a tal punto que, en la actualidad, muchos aún asocian erróneamente que el universo de las historietas es por y para los hombres.
Esta afirmación demostró ya ser vetusta gracias a autoras como Kelly Sue DeConnick (Ohio, 1970), una de las referentes más importantes del universo actual de las historietas, quien a través de sus guiones ganó detractores y fanáticos, pero que, gracias a sus ventas, ayudó a generar un efecto cascada en muchas casas editoras, que buscan en los personajes femeninos la punta de lanza para ganar más mercado.
Si la primera gran heroína fue Wonder Woman, creada a principios de los '40 por William Moulton Marston, que representó el rol de la mujer desde la fortaleza y no desde la victimización o la pasividad, DeConnick llevó las historias femeninas aún más allá, siendo el ya icónico Bitch Planet su obra más representativa.
Bitch Planet, que comenzó a salir en 2014, es una distopía satírica en la que el sexismo institucional, el racismo y el fundamentalismo son los principios fundacionales de una sociedad gobernada por un Protectorado. Allí, este patriarcado cristiano, capitalista y ortodoxo considera que las mujeres deben aceptar el lugar que les tocó en suerte: o sea, un objeto decorativo, "un florero" -tal como lo designa el Consejo de Padres.
Aquellas que se niegan a aceptar su destino, que no se resignan a ser propiedad de su padre o de su marido, las que poseen apetitos sexuales demasiado independientes o, simplemente, se toman la libertad de formar sus propias opiniones son consideradas como NC (No Conformes) y luego enviadas al planeta carcelario conocido como el Puesto de Obediencia Auxiliar o, entre las presidiarias, como Bitch Planet (Planeta de las Zorras, en su traducción más poética).
"Soy muy fan del cine exploitation, y a la vez del género cárceles de mujeres, y de todo lo que tiene que ver con la venganza, y sé que todo eso junto es, por decirlo suavemente, peligroso para una feminista como yo, pero no puedo evitar sentirme atraída por esos temas. Y queriendo luchar contra ellos se me ocurrió ese planeta cárcel. Creo que las ideas que te plantean problemas, que te generan dudas, son el terreno más fértil para la ficción", explicó a El País, durante su visita al 36 Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Pero como todo en la vida, nada sucede porque sí, el río se mueve por debajo aún cuando la superficie permanezca estoica. Bitch Planet es un producto no solo de su imaginación, sino también de las circunstancias.
El escenario se propició a partir del éxito que tuvo con el último relanzamiento de Captain Marvel en la piel de Carol Danvers, en 2012, que despertó el odio de cierta parte del fandom, que la acusaban de ser "una feminista enojada" y tomar "el personaje para insertar su agenda feminista". Deconnick tuvo la "mala idea" de convertir a Danvers en una mujer decidida, que dejaba atrás el disfraz sexista clásico, compuesto por una maya enteriza pegada al cuerpo con botas por sobre las rodillas y guantes de ópera.
De hecho, Deconnick comenzó a escribir Bitch Planet como una respuesta directa a toda esa gente que criticaba la nueva dirección de Captain Marvel. "Esta es una mujer con formación militar, con antecedentes feministas. La idea de que ella estaría volando con su culo al aire es ridícula", dijo entonces a Vanity Fair sobre los cambios.
Y sobre las críticas al guión, agregó: "No era que escribía folletos feministas. Estaba creando historias sobre esta señora que dispara rayos de sus manos. Pero tuve el descaro de tener amistades femeninas intergeneracionales y un elenco en gran parte femenino y, ya sabes, de vez en cuando, salía una broma. Pensé, bueno, si eso es de lo que vamos a hablar, entonces hablemos de eso".
Tras las críticas, los fanáticos de DeConnick tomaron prestado el hashtag #carolcorps, que ella había creado para compartir fotos, y los convirtieron en propio. Todos eran miembros de este grupo y los mostraban su apoyo tuiteando fotos de ellos mismos leyendo sus libros, mostrando orgullosos sus camisetas de Captain Marvel, tatuándose a la renacida heroína y, lógicamente, mostrando sus cosplay.
Captain Marvel #cosplay by @lizmerlotcosplay
Photo by @davidthestrange .#captainmarvel #captainmarvelcosplay #marvelcomics #caroldanvers #carolcorps https://t.co/QHFHfWjuLk pic.twitter.com/BHY8qOeVvv— Carol Corps (@CarolCorps) June 5, 2018
Incluso, una madre y su hija de Carolina del Norte fundaron el Club de Gatos Carol Corps, como tributo a la mascota de Danvers y recaudando dinero para refugios locales para felinos, mientras que la Brigada de Hilos Carol Corps se dedicó a tejer souvenirs del personaje para los miembros enfermos del grupo.
"Creo que accidentalmente tocó una sed real. Tener 20 mil lectores mensuales en el mercado de cómics no es mucho, pero si 19 mil de ellos tienen tatuajes del personaje principal en su brazo, bueno, eso es otra cosa. Es una base de fans vocal, comprometida y solidaria".
El suceso de Captain Marvel es tal, que será la primer mujer de Marvel en tener su propia película, interpretada por Brie Larson y que llegará a las salas en marzo de 2019.
Por otro lado, Bitch Planet existe gracias a que un grupo de autores e ilustradores fundaron Image Comics, una editorial en la que los creadores mantienen los derechos de autor, situación que no sucede por ejemplo en los monstruos de la industria como DC o Marvel. Esto generó un nuevo submundo, con historias que buscan romper con las características del mainstream.
Deconnick creció en varias bases de las Fuerzas Aéreas de EEUU, en lo que considera una experiencia "de 900 años": "Era una época en la que no había televisión, en realidad, sí, pero sólo teníamos un canal que pudiéramos ver y digamos que no era muy fan de la programación infantil, así que básicamente mi entretenimiento eran los cómics. ¿Por qué? Porque los soldados eran muy jóvenes y todos eran fans de los superhéroes y los sábados se organizaba un mercadillo improvisado en el que vendían los que ya habían leído o los intercambiaban por otros. Yo ahorraba toda mi paga para comprarme cómics, y no hacía otra cosa que leerlos. No me preguntaba entonces qué ocurría con la perspectiva de género en ese tipo de cómics, sólo era una lectora voraz".
Con respecto al feminismo, su gran guía fue su madre, comentó en una entrevista para la US Air Force. "Crecí en los años 70, cuando hubo un movimiento feminista. Creo que mi madre tenía la idea de que Wonder Woman era feminista para mí" y por eso, solía comprarle historias de la amazona de Themyscira.
En 2013, también con Image Comics, lanzó Pretty Deadly (Bella Muerte), en co-autoría con la española Emma Ríos, un western que se combina con el realismo mágico y por el que fue nominada como mejor guionista para al Eisner en 2014, los "Oscar" del cómic. Tanto Bitch Planet como Bella Muerte pueden conseguirse en español de la mano de la ibérica Astiberri.
Sobre el argumento de Bella Muerte, comentó: "En el libro hay un par de mendigos que llegan a una especie de mítica ciudad del Oeste y cuentan su historia. Una historia que habla del amor de Albañil por Bella, de su unión y de cómo, tras su matrimonio, Albañil se consume con la idea de que otros hombres admiren a su Bella. Así que construye una torre de piedra y la encierra en ella. Bella, sin la caricia del viento y el calor del sol empieza a marchitarse y muere. Muerte acude a buscarla, pero también cae hechizado y engendra una hija con ella. Sin embargo, la hija no es suficiente para atarla a nuestro mundo. Muerte se apena y se lleva a la niña con ella. Y la cría en el mundo entre los vivos y los muertos para convertirla en un espíritu de venganza y castigar a los que maltratan a los inocentes. La llamamos Ginny".
Bella Muerte fue otro hit instantáneo, su primer tomo de cinco, agotó la tirada inicial de 57.000 ejemplares y hoy es un objeto coleccionable, a masterpiece. Un año después, un estudio reveló el gran cambio que se estaba produciendo entre los compradores de historietas: el grupo demográfico de mayor crecimiento era la mujer adulta joven -17 a 33-, que elegía a Bella Muerte como uno de sus títulos favoritos.
Tim Hanley, uno de los más prestigiosos historiadores del noveno arte, sostuvo que el número de títulos de cómic dirigidos por mujeres se duplicó en los últimos años, con personajes que al principio despertaron críticas, pero que en las ventas incluso superan a su compañero masculino, como Thor Girl. Otros casos llamativos que cautivaron al público son Spider-Gwen, una versión del primer amor de Peter Parker, Gwen Stacy, o Ms. Marvel, protagonizada por una adolescente musulmana pakistaní-estadounidense llamada Kamala Khan.
Casada con el también guionista Matt Fraction (The Immortal Iron First, Uncanny X-Men, The Mighty Thor, Hawkeye y The Invincible Iron Man), con quien tiene dos niños, Henry Leo y Tallulah Louise, Kelly Sue es una orgullosa ex alcohólica. Desde hace 15 años participa todas las semana de reuniones de alcohólicos anónimos: "Es un ritual que me enseñó que está O.K. sentirse incómodo de vez en cuando y hacer que los demás se sientan incómodos cuando lo necesiten".
Pero su mensaje no solo lo expresa a través de su arte, también busca generar conciencia en las redes. En 2016, comenzó el movimiento #VisibleWomen en Twitter "para sacar la idea a la gente de que las mujeres artistas de cómics son raras, para tener ojos sobre dichas artistas y hacer que funcionen", como también ayudó a fundar una organización sin fines de lucro que ofrece becas y mentores a nuevos artistas: Creator for creators.
"Odio cuando me preguntan, '¿Qué se siente ser una mujer en los cómics?'. Yo respondo: 'Bueno, me siento a tipear con mi vagina, pero eso se pone algo incómodo después de un tiempo'. Esa idea que las mujeres somos de alguna manera completamente diferentes, me enfurece. A la mierda con esa gente". Que los lleven a Bitch Planet, entonces.
MÁS SOBRE ESTE TEMA