El escritor argentino César Aira afirma que la literatura hispanoamericana vive un momento "flojo" en la actualidad porque "ya no quedan figuras de primer orden como había hasta hace unos veinte o treinta años", y que esta situación se enmarca en un "fenómeno mundial".
Aira (Coronel Pringles, 1949), autor de más de 90 obras, de ellas más de 70 novelas breves, analiza la situación de la literatura contemporánea hispanoamericana con motivo de su participación en el Festival Internacional de las Letras de Bilbao, Gutun Zuria.
El también dramaturgo y ensayista, autor de títulos como Ema, la cautiva (1981), Embalse (1987), Cumpleaños (2001), Parménides (2006) y el reciente ensayo Evasión y otros ensayos (2017), mantiene que la literatura actual en habla hispana no le interesa porque "no hay buenos autores como antes".
Explica que, recientemente, estuvo de jurado en un importante premio internacional a la trayectoria de un autor hispanoamericano y los integrantes del jurado coincidieron en que "ya no quedan figuras de primer orden como había hasta hace unos 20-30 años".
"Ahora hay que buscar entre figuras de segunda línea y este es un fenómeno mundial, porque sólo basta con ver los premios Nobel (de Literatura) que se han dado últimamente, que han sido a figuras de segunda o tercera línea", lamenta.
Sobre la concesión del Nobel de Literatura al cantautor norteamericano Bob Dylan, Aira considera que fue algo "bastante disparatado" y "muy injusto con los escritores".
"Los músicos tienen sus propios premios y en un premio de la música no se lo van a dar a un escritor; sería absurdo", concluye.
Aira considera que "el problema de la literatura es que parece que se puede estirar por un lado y por el otro, por el lado del periodismo y por el de las letras de las canciones, pero con ello se pierde la especificidad de lo que es la literatura".
Advierte también de que "no hay que confundir la industria del libro con la literatura, que es un arte; el libro tiene muchas utilidades, pero la literatura es otra cosa".
"Actualmente literatura se hace muy poca, incluso en el género de la novela con esta moda de la autoficción con la que más que novelas son una especie de crónicas de la vida cotidiana de los autores que, por algún motivo, presuponen que a los lectores les interesa saber qué hacen durante el día", ironiza.
Cuestionado por los motivos por los que la literatura vive ese momento flojo, Aira opina que tal vez se deba a la idea de que "se necesite que haya tiempos malos para que las personas saquen de dentro lo bueno que tienen, mientras que esta vida conformista de consumo no da las oportunidades de hacer buena literatura".
Respecto a su interés por el arte, el escritor argentino, que en su país no concede más que una entrevista al año, revela que los estímulos para su creación literaria "han venido más de las artes plásticas, de la música y del cine que de la literatura propiamente dicha".
Preguntado por si con casi 70 años considera que ya ha escrito todo lo que tenía que escribir, como le ocurre al protagonista de su última novela, Prins (Random House), publicada este mes de abril, Aira niega que se encuentre en esa situación vital.
"Yo voy a seguir escribiendo siempre, pero lo que pasa es que siempre he escrito muy poco al día, una horita a la mañana y el resto del día, desde que dejé de trabajar, se me hace un poco difícil de llenarlo", afirma.
Con información de EFE
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