Francesc Orella: "En mi vida soy tan mujeriego como Merlí"

"Dejen de prohibir, que ya no alcanzo a desobedecerlo todo". La frase está en el perfil de WhatsApp del protagonista. Francesc Orella Pinell, o Merlí, utiliza tal manifestación para acompañar la foto de una vaca al borde del precipicio, exhibiendo una relación mucho más cercana a un personaje que le cambió la vida a sus 60 años.

Catalán, interpretó a Telmo Chacón en El Comisario, una serie que en el año 2000 le permitió ser valorado en toda España. Sin embargo, fue su papel en Merlí (Merlí Bergeron Calduch) aquel que lo hizo ser reconocido en todo el mundo.

La aventura duró tres temporadas y 40 episodios, con un mensaje final que despertó diversas sensaciones entre los espectadores. "Es increíble que intenten contactarme de tantos lugares para decirme gracias o que tienen afecto hacia mí. Hace tiempo que dejé de grabar Merlí, pero en otros sitios -como América Latina- la descubrieron hace poco. En Argentina el cariño es inmenso", dijo Orella en una charla exclusiva con Infobae.

– ¿Te cuesta escapar, en tu vida cotidiana, del maestro exitoso que enseña Filosofía y aconseja a sus alumnos?

– No, mira. Tengo una tendencia bien marcada: ser rebelde, sobre todo con la edad que tengo. Me volví más crítico de todo aquello que me rodea, como la corrupción en la política o con aquellos que estafan a través de empresas multinacionales. Soy crítico con el poder en general. Contestatario y provocador. Tan rebelde y crítico como Merlí.

– ¿Y cuál es tu mayor similitud con Merlí?

– El juego de la dialéctica, sin dudas. Y en el tema de las mujeres por sobre todas las cosas… La estabilidad y la vida en pareja no la he llevado muy bien. Me gusta cambiar de mujeres a rato. Soy, al igual que Merlí, muy mujeriego.

– ¿Qué pensaste al descubrir el personaje que debías interpretar?

– Para mí ha sido un trabajo muy especial que vi enseguida muy atractivo. Con virtudes y defectos en todas sus aristas. Una serie bien planteada, bien escrita, con grandes diálogos y mejores situaciones. Y a través de las situaciones todo se hizo muy interesante. El personaje ha sido un regalo desde el principio.

– ¿Cuándo te diste cuenta que la serie iba a ser exitosa?

– Más allá de lo que marqué anteriormente, creo que la televisión es un medio potente: entrás a formar parte de la familia, algo que no ocurre en el cine o el teatro. Y sentí en los primeros capítulos que muchas personas se identificaban con mi persona. Me invitaban a actos de la enseñanza pública o universidades para que vaya a dar charlas, como si fuese un filósofo. Fue increíble.

– ¿Hablaste con algún profesor para prepararte?

– Lo hice con un ex compañero con quien habíamos estudiado juntos y luego él se convirtió en maestro. También charlas informales con algunos profesores, pero fue más para que me cuenten sobre las personalidades de los chicos a esa edad. La serie está muy bien escrita, el personaje se intuye desde el comienzo.

– La serie, en un comienzo, solo se iba a transmitir en la TV3 para Cataluña. ¿Qué sentís al ver que el idioma, las costumbres y la cultura catalana se expandieron por todo el mundo? 

– La serie ha divulgado la lengua y la particularidad de nuestro país, con todo lo que esta pasando a nivel político. Una divulgación brutal y extraordinaria al conocer la realidad catalana. Que puedan descubrir nuestra lengua fue muy fructífero para todos los actores catalanes.

– Merlí aborda temas sociales actualmente muy discutidos en Argentina, como la maternidad y el aborto, ¿cuál es tu postura?

– Bueno, en Merlí hay una chica, Oksana, que llega a la escuela y oculta que es madre por temor a ser excluida o señalada por sus compañeros. Cuando se descubre la verdad, todos los aceptan normalmente. Previo a ello, se discute acerca de la posibilidad de no haber tenido ese hijo. Entiendo que en Argentina la despenalización o no del aborto es un tema muy debatido. Mi postura es sencilla: estoy a favor de que despenalice; cada mujer debe decidir acerca de su maternidad.

– Otro de los temas es el rol de los docentes en la educación. Por momentos se analiza el tema de la mala remuneración que reciben…

– Sí, el gran debate, ¿no? Los docentes, en la serie en general, reivindican la profesión de los maestros, que parece básica pero es muy importante. Merlí se presenta como un profesor anticonvencional y crítico con el sistema educativo, provocando reivindicar la importancia de la formación de los alumnos. La serie pone en valor la escuela pública y su déficit presupuestario. Eso le da el sentido a la remuneración percibida, pero los docentes merecen ganar más, en todo el mundo.

– Una de las críticas que se le hicieron a la serie es que todos los desenlaces apuntaban a favor de los hombres. Se habló de "resoluciones machistas".

– La serie es más bien masculinizante, no machista. Mi personaje está favor de la liberación de la mujer y de los derechos de la mujer. Otra cosa es que sea impulsivo con las mujeres. Un Peter Pan inmaduro. Puede ser que las tramas argumentales sean más masculinizantes, pero para nada creo que Merlí es una serie machista.

– ¿Por qué duró sólo tres temporadas? 

– En Cataluña la gente estaba muy enganchada, podría haber continuado. Pero Héctor Lozano (creador de la serie) y TV3 querían hacer -como máximo- tres temporadas. Se pudo ver la evolución de unos chicos de unas edades concretas y así no alargarlo más. Yo también soy un actor de culo inquieto y quería cortar el personaje. No me interesó alargarla como un chiclé, hubiese sido contraproducente.

– El final causó muchas sensaciones, al punto de que muchos espectadores quedaron sorprendidos con el último capítulo…

– El final tenía que ser contundente y Merlí como personaje se merecía un final interesante. Tenía que estar a la altura y entiendo que haya sido así. Tocó -sin dudas- sensaciones que antes no habían aparecido. Me pareció bien que haya sido así, forma parte de las reglas de la ficción.

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