Estas son las únicas imágenes de Mark Twain en vida, realizadas en 1909 por Thomas Edison, en la casa que el escritor tenía en Redding, donde se produjeron algunos de los acontecimientos más controversiales sobre el final de su vida.
______
Mark Twain llegó al mundo como Samuel Langhorne Clemens. El evento se produjo en 1835, unos días después del paso del cometa Halley, en Florida, Missouri, un poblado perdido que entonces tenía apenas un centenar de habitantes.
Alguna vez se ufanó de haber aumentado la población en un 1 por ciento y que eso "es más de lo que muchos de los mejores hombres de la historia podrían haber hecho por una ciudad", pero la realidad es que de aquel pueblo solo queda el polvo y fotos borrosas, ya que de acuerdo al último censo de 2010, hoy nadie vive allí.
Se fue rápido. A los 4 años se mudó a Hannibal, también en la entonces esclavista Misuri, que estaba en ciernes de convertirse en un importante puerto fluvial del río Misisipi, y que sirvió de inspiración para la construcción de la ficticia San Petersburgo, que aparece en sus dos grandes clásicos: Las aventuras de Tom Sawyer y Las aventuras de Huckleberry Finn.
Su padre, John, aseguraba ser descendiente de Geoffrey Clement, uno de los jueces que condenó a Carlos I a morir por decapitación en 1649; su madre, Jane, también reclamaba un título nobiliario de Inglaterra. Tuvo seis hermanos y de acuerdo su autobiografía uno era su gemelo. Para diferenciarlos le ataban a uno una cintita a la muñeca, aunque una tarde, mientras estaban solos en una bañera, la cinta se zafó y uno murió ahogado. "Desde entonces no sé si yo soy yo o mi hermano", decía cuando contaba la anécdota. Y lo decía porque una de las características de Clemens era su gran capacidad para decorar historias; de hecho, su autobiografía fue un eterno soliloquio que sus secretarias transcribían en tiempo real, por lo que para muchos de sus biógrafos solo se pueden confiar en un 70% de lo que reveló.
Publicado a fines del año pasado, el libro How Not to Get Rich: The Financial Misadventures of Mark Twain, del historiador Alan Crawford, proporcionó un detalle desconocido sobre el patriarca. John fue, entre 1826 y 1841, un especulador de tierras, gastó parte de la herencia familiar en alrededor de 75 mil acres en el condado rural de Fentress, Tennessee, confiando que la gran expansión poblacional que se estaba produciendo daría a su familia un estatus económico superlativo una vez que los terrenos se vendieran.
El pequeño Twain creció esperando el momento en que esas tierras se valorizaran, oyendo día tras día que, en algún momento, "se volverían fabulosamente ricos". "Siempre íbamos a ser ricos, el próximo año", decía. "Es bueno comenzar la vida pobre; es bueno comenzar una vida rica, estos son saludables, ¡pero comenzar siendo pobres y prospectivamente ricos! ¡El hombre que no lo ha experimentado no puede imaginar la maldición!".
Y no sucedió. Se vendieron algunos terrenos aquí y allá, pero Fentress nunca se convirtió en la ciudad pujante que John había imaginado y el padre del escritor fue un coleccionista de fracasos. Tuvo múltiples oficios y negocios que se fundieron y una extraña obsesión por inventar una máquina de movimiento perpetuo, algo que aún en la actualidad es imposible para la ciencia.
Cuando John murió, la familia se mudó, junto a "dos o tres negros y nada más" arriba de una farmacia, donde su madre cocinaba y lavaba para la familia que se ofrecía como protectora. El futuro periodista dejó la escuela, trabajó en una tienda de comestibles, una curtiembre y una herrería, fue boticario, luego librero, pero siempre lo despedían. Finalmente, su hermano mayor Orión, ahora cabeza del clan, lo contrató en la imprenta del periódico Hannibal Western Union, donde comenzó a publicar sus primeros textos, todavía como Samuel Clemens.
En 1853, Orión compró parte del Journal de Muscatine (Iowa), donde Samuel publicaba historias de viaje que surgían de su experiencia como impresor itinerante en Nueva York, Filadelfia, San Luis y Cincinnati.
Ol' man river y buscador de oro
Para convertirse en piloto navegante de los típicos riverboats (vapores de ruedas) estudió meticulosamente más de 3000 km del Misisipi. En 1959 obtuvo su licencia, este evento cambiaría para siempre su vida en dos sentidos, ya que sería la base de una de sus obras clásicas por venir, como Huckleberry Finn, y a su vez fuente de un profundo dolor, debido a que su hermano Henry murió tras una explosión en uno de estos barcos. Samuel lo había convencido de optar por esta profesión.
Cuando la Guerra Civil estalló, el tránsito por el Misisipi fue prohibido. Otra vez, sin trabajo. Se unió a los Marion Rangers para luchar por el bando de los confederados, pero la compañía se disolvió antes de siquiera realizar un disparo. Otras fuentes aseguran que combatió por el sur, pero cuando la suerte estaba echada a favor del norte, cambió de bando.
Partió hacia el Oeste junto a Orión, de esa experiencia salieron Pasando fatigas y La célebre rana saltarina del distrito de Calaveras, publicado varios años después, en 1865. Comenzó a buscar oro, el deseo de convertirse en rico lo motivaba a meterse en una mina de Virginia City, Nevada. Fracasó.
El verdadero origen de Mark Twain
En el periódico Territorial Enterprise utilizó por primera el seudónimo que lo llevaría a la inmortalidad. Fue el 3 de febrero de 1863 cuando firmó una historia humorística sobre un viaje, Letter From Carson. Nacía Mark Twain, que es el nombre que los negros le daban a una marca de profundidad en el Misisipi, el calado mínimo necesario para una navegación segura.
De acuerdo a Twain, hay dos versiones de cómo se quedó con el apodo. En una "heredó" el sobrenombre de un capitán de un barco en su época en el Misisipi, en otra, se lo pusieron porque esa era la cantidad de alcohol que bebía en los bares.
Mientras trabajaba para su libro The Mark Twain journals, el erudito bibliófilo Kevin Mac Donnell reveló que habría sido tomada del diario de humor Vanity Fair -que nada tiene que ver con la actual revista. Twain asiduo lector de esta publicación pudo haberlo copiado de un burlesque titulado The North Star, que trata sobre una reunión de marineros de Charleston en la que adoptan la resolución de "abolir el uso de la aguja magnética, debido a su constancia en el norte". Uno de los personajes se llamaba Mark Twain.
"Es una revista que todos acordamos que Twain leyó, que llegaba a Virginia City. La historia además se publicó en todos los periódicos de California y Nevada durante su tiempo allí ", dijo Mac Donnell en una entrevista.
Luego de la publicación de La célebre rana… su vida literaria-periodística daría un vuelco, viajaría, daría conferencias, se convertiría en el autor favorito de toda una generación.
De mendigo a millonario y otra vez mendigo
Twain había recorrido el mundo, sus libros eran exitosos y la gente pagaba para verlo hablar. Lógicamente, tanto reconocimiento se tradujo en dinero. Mucho dinero. Aunque, de acuerdo a sus biógrafos, era un pésimo inversor, a tal punto que cayó en la bancarrota varias veces.
El escritor tenía un sueño, amasar una fortuna sin tener que escribir una sola palabra más. Era una obsesión que lo perseguía desde su infancia. Una de sus inversiones más desastrosas fue una máquina para sustituir al tipógrafo humano en las imprentas.
La máquina era, en algún punto, revolucionaria e invirtió entre USD 200 mil y 300 mil, una verdadera fortuna. Pero el artilugio tenía varios problemas y comenzó a ser perfeccionada en el tiempo, hasta que antes de ser realmente utilizable quedó obsoleta por la irrupción de la linotipia.
Tuvo, en cambio, mucho éxito con su primer intento de fundar una editorial. Por lo menos al principio. En 1886, Twain firmó un cheque por USD 200 mil, emitido a Julia Dent Grant, viuda de Ulises S. Grant, ex presidente de los Estados Unidos y comandante general del Ejército de la Unión. Grant, que finalizó su Memorias personales poco antes de morir de cáncer, tenía firmado un pre-acuerdo con una casa editora, que le ofrecía un 10% de regalías. Envalentonado, Twain le ofreció un increíble 75%, más un anticipo de USD 25 mil por adelantado. Lógico, Grant no dudó en romper su ahora ex compromiso.
Tras su fallecimiento, Twain publica el libro, que se convirtió en todo un best seller, a través del sello Charles L. Webster and Company, su editorial, que tenía el nombre de su sobrino, pero que no tenía en realidad ningún poder de decisión. El libro siguió pasando por la imprenta y la viuda terminó recibiendo USD 450 mil, mientras que Twain embolsó USD 200 mil. Llevado a los tiempos actuales, serían alrededor de USD 11 millones para ella, y USD 4.800 millones para él.
Con 50 años lo había conseguido: era al fin rico
Aquella época de EEUU pasó a la historia como The Gilded Age (La edad enchapada en oro), denominación puesta por Twain en su obra satírica de 1873, The Gilded Age: A Tale of Today. Este fue un período entre la Guerra Civil y la llamada Reconstrucción, en que el país vivió una expansión económica, industrial y demográfica, representada en las figuras de John D. Rockefeller, Andrew Carnegie, JP Morgan y Jay Gould, entre otros. Finalmente, la capa de oro lograba alcanzar a Twain y ya no era un escritor, era un mecenas, un filántropo, un benefactor hacia el progreso de la época.
Al tiempo, la bancarrota otra vez, excesivos gastos, varias propiedades fastuosas, inventos carísimos que solo proporcionaron pérdidas. Entonces, fue la época de sus novelas más comerciales, como Tom Sawyer en el extranjero o Tom Sawyer, detective, con las que buscó -sin éxito- repetir las ventas de la historia original.
El eterno adolescente
A lo largo de su extensa obra literaria, los adolescentes tienen, en muchos casos, el rol protagónico, siendo Huck Finn y Sawyer los ejemplos bandera. Esa obsesión por los años previos a la adultez se reflejó, por ejemplo, cuando presenció la puesta en escena de Peter Pan en Broadway, tras la que escribió: "Es un juego de hadas. No hay nada que pueda suceder en la vida real. Eso es lo que debería ser. Es constantemente hermoso, dulce, limpio, fascinante, satisfactorio, encantador e imposible de principio a fin. Rompe todas las reglas del drama de la vida real, pero conserva intactas todas las reglas del país de las hadas, y el resultado se satisface del todo con el espíritu".
Peter Pan reflejó todo lo que Twain añoraba, un deseo inagotable por ser joven para siempre; deseo que trataba de llevar a la práctica y que le valió el apodo de Youth (Juventud) de parte de su esposa, Olivia.
Para Twain envejecer era un gran problema: "A las 2 en punto de la mañana me siento viejo y pecaminoso, pero a las 8 en punto, cuando me estoy afeitando, me siento joven y listo para cazar problemas … como si no tuviera más de 25 años".
Y ese deseo por ser joven, una vez más, resurgió con fuerza en los últimos años de su vida, cuando tuvo una -como él lo llamó- "colección de niñas". Una fue Gertrude Natkin, quien vivió su primer gran desamor el día que cumplió 16. No fue por un compañero de escuela o un joven de su ciudad, el rechazo llegó de parte de Twain, entonces de 70 años, quien por carta le pedía que regresara a los 14.
Corría 1905, año de la fundación de Boca Juniors y en el que Sigmund Freud presentó su Tres ensayos sobre teoría sexual. El calendario marcaba el 27 de diciembre, el escritor estadounidense salía del Carnegie Hall de Nueva York, cuando una quinceañera se acercó luego de un recital de la soprano alemana, Madame Johanna Gadski.
Así comenzó, al día siguiente, una relación epistolar, en las que las muestras de afecto fueron en aumento. En su primera carta, ella ya le declara: "Soy la niña que te ama". El responde denominándose a sí mismo como "la conquista más antigua y reciente" de Gertrude y la llamaría, luego, su "pequeña bruja" y ella, "cariño".
Twain le envía una copia de los diarios de Marjorie Fleming, una mítica poeta escocesa -a la que llama "una pequeña zorra embrujadora"- y que falleció un mes antes de cumplir 9 años, en 1811. Twain sostiene sobre Marjorie: "Qué impulsiva era, qué repentina, qué tempestuosa, tierna, amorosa y dulce…qué lealtad, qué rebelde… qué inocentemente mala, qué nativamente buena". "¿Puedo ser tu pequeña 'Marjorie'?" preguntó Gertrude en la siguiente carta, que siempre terminaba -de ambas partes- con un "blot" (manchas en inglés, una forma de cariñosa de decir 'besos').
Cuando Gertrude llegó a los 16, leyó: "Tengo casi miedo de enviar una 'mancha', pero me aventuro. ¡Bendiciones a tu corazón, que está a punto de ser inapropiado! ¡Ahora regresa a los 14! -donde no hay nada inapropiado". Era el final del idilio. Sin embargo, esta no es la única relación que el escritor tuvo con jóvenes. Fue solo el principio.
Decía entonces que su anhelo por tener nietos era tan grande, que eso lo llevaba a entablar un vínculo con cuanta niña pudiese. Así, formó el "Angel Fish and Aquarium Club", un club que llegó a tener una docena de miembros de entre 10 y 16 años. El nombre provenía del pez ángel, "el animal más hermoso que jamás haya visto nadar".
A los 73 años, escribió: "En cuanto a mí, colecciono mascotas: chicas jóvenes-niñas de diez a dieciséis años; chicas bonitas, dulces, ingenuas e inocentes, queridas criaturas para quienes la vida es una alegría perfecta y para la que no ha traído heridas, amargura y pocas lágrimas". Para entonces, dicen sus biógrafos, las cartas de Twain a sus "peces ángel" comprendían más de la mitad de su correspondencia.
Varias de aquellas cartas contenían invitaciones para que las jóvenes lo visitaran en su casa de Redding, Connecticut, a la que denominó: Innocence at Home (Inocencia en Casa). "He construido esta casa en gran parte, de hecho casi principalmente, para la comodidad y el alojamiento del acuario", escribió en una carta, en la que además enumeraba las reglas club.
Un viaje por Bermuda es recordado por la prensa de entonces porque las niñas paseaban por el barco con un prendedor identificatorio del club. En su famosa autobiografía, recordó: "El primer objeto que vi en ese lugar espacioso y de gran alcance fue una niña pequeña sentada en una mesa para dos solitaria. Me incliné sobre ella, le di unas palmaditas en la mejilla y le dije de manera cariñosa y con compasión: '¿Por qué, querida y pequeña bribona, tienes que desayunar de esta manera desolada?'
Se convirtieron en "camaradas íntimos, inseparables de hecho, durante ocho días" y un amigo le confesó que oyó a la niña de 12 decir al enterarse de su estado civil: "Si yo fuera su esposa, nunca me apartaría de él por un momento. Me quedaría a su lado y lo cuidaría, y lo cuidaría todo el tiempo".
La prensa también registró su relación "bastante confidencial" con Frances Nunnally (16), en el viaje de ida a Inglaterra para recibir un título honorario de Oxford en 1907, como también el regreso con Dorothy Quick (9), a quien "protegió estrechamente durante el viaje", sentada en su regazo, con la cabeza apoyada en el hombro.
Por regla, nadie mayor de 16 podía ingresar, aunque hubo algunas excepciones, como la de la mujer que llegó a la casa "vestida como de 12 años, con cintas rosadas en la nuca y parecía tener unos 14″, quien recibió su prendedor, o Billie Burke, la actriz de Broadway favorita de Twain, quien es recordada por su papel como Glinda, la bruja buena del norte del Mago de Oz. Burke era una visitante ilustre en su casa de Manhattan cada vez que Twain debía viajar a la Gran Manzana.
El fin se acerca
Para 1905, cuando comenzó a buscar nietas, Twain había enviudado hacía un año y también había perdido a su único hijo varón antes de los 24 meses de vida y a su hija mayor, Susan, su favorita, a los 24 años por meningitis.
En 1908, Jean, su hija menor, se mudaba a la casa de Gloucester, Massachusetts, luego de vivir por años en instituciones médicas debido a su epilepsia, pero enojada con su padre se escapó con amigos. Un año después regresaría, para morir ahogada en una bañera en la casa del escritor, según los médicos, debido a un ataque epiléptico.
En el mientras tanto, su hija del medio, Clara, regresaba de un viaje por Europa cuando se encontró con el extraño comportamiento de su padre, en la que había sido su casa. Clara arrancó el cartel que rezaba Innocence at Home al frente de la propiedad y lo reemplazó por el anterior, Stormfield. Los "angel fish" jamás regresaron al hogar, aunque la obsesión epistolar de Twain continuó.
En 1909 escribió: "Vine con el cometa Halley en 1835. Vuelve de nuevo el año que viene, y espero irme con él. Será la mayor decepción de mi vida si no me marcho con el cometa Halley. Sin duda el Todopoderoso ha dicho: aquí tenemos estas dos anomalías incomprensibles; vinieron juntas, y han de irse juntas". Y así fue: Twain falleció de un ataque cardíaco el 21 de abril de 1910, al día siguiente del perihelio del Halley.
Polémico, aún después de muerto
A principios de mes, Tusquets publicó por primera vez en español el libro póstumo de Twain y, como casi todo lo relacionado a él, la historia de esta obra no está exenta de alguna historia, al menos, extraña.
Luego de su muerte, su hija Clara, única heredera, consiguió publicar El forastero misterioso, entonces inédita, que pasó con más pena que gloria en lo que crítica y ventas se refiere.
Luego de la muerte de su hija, medio siglo después, la verdad se reveló. Clara, que se había vuelto una fanática de la iglesia de la Ciencia Cristiana, había cercenado junto al albacea de Twain, Albert Bigelow Paine, y un editor religioso llamado Frederick Duneka, el libro a tal punto que suprimieron el 25 por ciento del texto.
Entre otras cosas, inventaron un personaje que era astrólogo y le adjudicaron torpemente todas las acciones que en el libro realizaba un maligno cura de la Inquisición y eliminaron todas las "profanidades" y "malas palabras". Básicamente, hicieron otro libro.
Una editorial universitaria de California descubrió el engaño y publicó la verdadera versión, 44, ahora sí, con la verdadera pluma de Twain. Así que hoy, en el mundo, millones de personas leyeron una novela maldita.
Pero su hija y los integrantes de la Ciencia Cristiana no son los únicos en molestarse por las "profanidades".
En los últimos años, su obra, en especial Huckleberry Finn, volvió ser centro de críticas y censura. Desde diferentes organizaciones pidieron que se retire el texto de las escuelas por su contenido racista. En especial por el uso reiterado de la palabra nigger (negro de manera despectiva), que aparece más de 200 veces. Sucedió, por ejemplo, a principio de año en el distrito escolar de Duluth, Minnesota, debido a que las críticas raciales hacían que los estudiantes se sintieran "humillados o marginados".
Entonces, la respuesta de la Coalición Nacional Contra la Censura fue reconsiderar la medida. Si bien el NCAC dijo que era "comprensible que una novela que usa repetidamente insultos raciales altamente ofensivos generaría incomodidad entre algunos padres y estudiantes", la organización anticensura argumentó que "los problemas de vivir en una sociedad donde persisten las tensiones raciales no se resolverán desterrando a los clásicos literarios del aula".
Para el premio Nobel, William Faulkner, "toda la literatura norteamericana viene de los bolsillos del chaleco blanco de Mark Twain". Y muy equivocado no estuvo en la valoración.
SIGA LEYENDO