No hay dudas de que Leila Guerriero es una de las grandes plumas del periodismo latinoamericano. Su obra se nutre de la crónica como género que entreteje la ficción y la realidad en un discurso novedoso, pero incluso va más allá: narra perfiles, escenas, oficios, y construye un relato de largo aliento dotando al lenguaje de un poder infinito.
Eso fue lo que destacó la Fundación Blue Metropolis cuando recorrió sus libros. Y en virtud de ello la escritora y periodista argentina fue galardonada con el Premio Azul 2018 en Canadá.
"Este premio tiene la particularidad —le dice ahora a Infobae Cultura— de ser un premio a toda la obra, y eso es, a la vez que desmesurado y lindo. Está destinado a obras que, se supone, colaboraron a difundir la cultura hispanoamericana. Yo me he dedicado a temas terriblemente locales, en su mayoría argentinos, y en gran parte relacionados con el interior del país, de modo que es grato ver que una historia que podría pensarse demasiado pequeña o demasiado local toca una suerte de fibra universal y termina llegando, quién sabe cómo (porque no es un premio al que postulás), a un sitio tan lejano y distinto al nuestro como Canadá."
Nacida en Junín en 1967, Guerriero empezó en el mundo del periodismo como redactora en Página/30, revista mensual del periódico Página/12. Desde aquel primer día en la redacción, en 1992, no se detuvo jamás. Ha escrito para medios como La Nación, Rolling Stone, El País, Vanity Fair, El Malpensante, SoHo, de Colombia, Paula y El Mercurio. Además, es editora para América Latina de la revista mexicana Gatopardo.
Tras una extensa actividad narrativa, los premios no tardaron en llegar: en el año 2010 ganó la novena edición del premio de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano en la categoría texto, por su crónica "El rastro en los huesos", y en el año 2014 recibió Diploma al mérito en la categoría Crónicas y Testimonios otorgado por la Fundación Konex.
Sobre su presente, Guerriero asegura que no piensa su trabajo en términos de carrera literaria. "Siempre siento que esto está recién empezando. Y espero no perder nunca esa sensación", confiesa.
Su obra está compuesta de seis libros: Los suicidas del fin del mundo. Crónica de un pueblo patagónico (Tusquets, 2005), Frutos extraños, crónicas reunidas 2001-2008 (Alfaguara, 2009), Los malditos, como editora (Ediciones UDP, 2011), Una historia sencilla (Anagrama, 2013) y Zona de obras (Anagrama, 2015). En mayo saldrá una reedición de Plano americano (Ediciones UDP, 2013) por la editorial Anagrama con cinco perfiles más además de los 21 que ya contenía.
"El género del perfil no necesita ser reivindicado, ¿por qué debería serlo?; creo que goza de buena salud", dice sobre este último.
Este nuevo galardón en Canadá implica un salto de fronteras. La entrega del Premio Azul 2018 se da en el contexto del Bleu Festival, que se llevará a cabo entre el 20 y el 29 de abril. La autora participará de una entrevista pública con la periodista Ingrid Bejerman.
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