En 1976, Julia Gorton era una aprendiz de fotógrafa que pasaba las tardes practicando en los parques de Wilmington, Delaware. Su naciente vida artística iba de niños alimentando patos, de callejones sucios ocultos entre mastodontes de cemento. Pero algo le faltaba, no sabía qué. Hasta que oyó una melodía.
Fue una tarde de domingo, en que se dirigió hasta el tradicional mercadillo de su ciudad cuando vivió una epifanía. Entre algunos puestos, como ocultándose de los compradores, el sonido de guitarras que se entretejían le hizo olvidar a qué había ido. Estaba hipnotizada.
Cuando llegó observó a una señora, que vendía trastos viejos en una mesa plegable y que movía el pie de manera sistemática mientras sonaba una versión de I see no evil, de Television.
"Terminé conociendo a la madre de Tom (Verlaine, cantante y guitarrista de Television). Ella era una mamá orgullosa que puso el single de su hijo en un magnetófono en la parte trasera de su camioneta mientras vendía cosas", recordó Gorton en una entrevista.
Aquel encuentro fortuito terminó con Gorton dejando su hogar y dirigiéndose con unos pocos dólares Nueva York, especialmente a CBGB's. Quería conocer a las personas creadores de ese sonido tan original y se terminó convirtiendo en una habitué que hoy revela todas aquellas imágenes inéditas en su cuenta de Instagram.
CBGB's OMFUG -o simplemente CBGB's- fue uno de esos espacios elegidos por grandes talentos musicales que, por alguna razón cósmica, terminaron compartiendo un escenario, un ritual pagano irrepetible, que aún hoy perdura en retinas, en leyendas e historias, y en fotografías en blanco y negro.
Hay documentales, películas e infinidad de material en video sobre este cruce de espacio-tiempo único. Nada nuevo surgía con respecto al "universo CBGB's" hasta que Gorton, decidió comenzar a compartir en su cuenta de Instagram imágenes de aquellas noches.
El club de Nueva York que había surgido para darle espacio a la música country, bluegrass y blues -de allí sus iniciales- terminó convirtiéndose en el reservorio por excelencia del punk, No Wave y la New wave, durante los '70 y '80. A través de una cámara Polaroid, por el ojo de Gorton desfilaron Debbie Harry (Blondie), Patti Smith, David Byrne (Talking Heads), Tom Verlaine (Television), Iggy Pop, Richard Hell (The Voidoids) y Lydia Lunch (Teenage Jesus and the Jerks), entre otras personalidades, entonces jóvenes, hoy mitos de la historia del rock.
Las fotografías tienen ese espíritu impuro que impregnó a todo ese movimiento. Gorton no era una profesional, sino una aficionada, con una cámara casi desechable, pero que desde su óptica captó la esencia del Do It Yourself como pocos.
Así, al igual que los músicos, la fotógrafa fue puliendo su técnica con la práctica, con la reiteración, con la obsesión de acercarse a ese pequeño escenario que cerró sus puertas en 2006.
Su falta de experiencia, su entonces pobre pericia técnica, la llevaron a cometer muchos errores -recuerda- aunque en retrospectiva, dijo, "las imágenes que percibí en ese momento como fallas en realidad representan el verdadero carácter del período de tiempo de manera más honesta y poderosa que las imágenes que pensé que eran 'exitosas'".
El costo de las películas fueron un enemigo, que la entonces estudiante apenas podía llevar adelante, por lo que el material no es abundante, más bien son como pequeñas pinceladas en el medio de la oscuridad de CBGB's. Por eso, en algunos casos, acudió a la tecnología digital actual con el objetivo de mejorar algunas de las capturas, como un retrato de Tom Verlaine que mira al objetivo de manera desafiante. "Pude escanear y finalmente sacarlo de las sombras de décadas pasadas".
La artista, además, no solo se quedó con lo que sucedía debajo del spotlight. En su instagram se mixturan imágenes de los artistas con instantáneas de la ciudad, la calles, las tiendas de discos, las colillas amontonadas como piedras que lleva un río. La naturaleza que tanto había fotografiado en Delaware se manifestaba frente a ella a través de su expresión humana.
Y también hay perlitas. Como la presencia de John Cale (arriba) o incluso a un Jean Michel Basquiat (abajo), que aún se hacía llamar SAMO, bailando en un segundo plano cuando era estudiante en la Parsons School of Design.
En su cuenta de Instagram, Gorton mixtura aquellas instantáneas con sus proyectos actuales. Gorton continúa siendo una buceadora de la contracultura, aunque ahora ya no utilice más una Polaroid.
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