A cuatro manos. Así se escribió Bellas durmientes, una historia con ribetes feministas que interpela a esta sociedad hasta incomodarla y acorralarla en sus propios argumentos para preguntarse por el mundo que estamos construyendo. A cuatro manos fue que Stephen King y su hijo Owen la escribieron y ahora, a partir de la edición del sello Plaza & Janés, estará en las librerías de habla castellana.
En la ficción, un brutal asesinato de unos traficantes de droga y maltratadores en manos de una joven desnuda revela un ultramundo matriarcal. Mientras tanto, una plaga hace que las mujeres y niñas queden en un estado de animación suspendida, es decir, dormidas. Hay, además, un guiño a los cuentos de hadas. La historia es prometedora.
"Se me ocurrió y le dije: '¿Papá, qué te parecería una historia en la que las mujeres se durmieran para no despertar?' Me respondió: 'Buena idea'. Y entonces le propuse: 'Escríbela'. Y él: 'No, no, escríbela tú'. Pero era algo muy distinto a lo que yo había hecho hasta entonces", dijo Owen King desde Estados Unidos en una conferencia a la que pocos medios asistieron, entre ellos El País de España.
"Decidimos escribirla juntos —agrega Stephen King—. Era solo una premisa, sin personajes ni nada. Pero surgió la idea de combinar eso de no despertar con una prisión de mujeres. Así que necesitábamos una ciudad pequeña, tipo la Maycomb de Matar a un ruiseñor, un microcosmos que puedes usar para hablar de cualquier cosa. La gran pregunta era ¿qué pasa si las mujeres se ponen a dormir y no despiertan?, ¿qué hacen los hombres?"
Ahí está la cuestión, y forzando el argumento: ¿puede el amo vivir sin su esclavo?
Presentar a Stephen King no tiene mucho sentido. Es el maestro del terror y del horror, aunque sus libros atraviesan también la ficción sobrenatural, el misterio, la ciencia ficción y la fantasía. Publicó 54 novelas, siete libros de no-ficción y más de 200 relatos. Es uno de los grandes best seller de la historia: vendió más de 350 millones de copias.
En cambio, de su hijo Owen se puede decir que a sus 40 años en unos días cumplirá 41, tiene dos libros: uno de cuentos titulado Estamos todos juntos en esto (2005) y una novela, Doble función (2013). Este tercero, a dueto con su padre, lo catapulta hacia esa carrera sostenida que busca y que, seguramente, dará que hablar con nuevas historias más adelante.
"Cuando acabamos de escribir, ¡seguimos siendo amigos! En serio, es maravilloso trabajar con tu hijo", bromeó Stephen sobre el proceso de escritura, y se metió directamente en la trama: "Era interesante ver qué pasaba, ver a los hombres tener que limpiar, sacar la roña del agujero del lavamanos. Mi madre decía que si alguien llevaba una camisa limpia y planchada había una mujer en casa".
Luego, cuando le preguntaron a Stephen King si se definía como feminista, no escatimó vehemencia: "Sí, por supuesto, si serlo significa creer en la igualdad".
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