Hay historias tan potentes que hacen fuerza para salir a la luz. A veces es un artículo periodístico, otras, una novela; quizás una película es el puntapié para que una de esas magníficas historias que nos conmueven, nos emocionan, toquen alguna de nuestras fibras más sensibles, cobre vida. Y a veces es solo un tuit.
Así fue que la vida casi desconocida del ganador del Premio Nobel de Literatura, en el año 1994, Kenzaburo Oé, y de su hijo autista, Hikari, se hizo conocida por miles de personas. "Tengo que saber más de esta historia y contarla", pensó el español José Perié, cuyo usuario de Twitter es Hombre Revenido.
"Con esas orejas vas a tener que estudiar mucho para poder casarte", fue el consejo realista que Kenzaburō recibió de su propia madre.
Después, la vida le depararía 4 o 5 momentos importantes.
Dejadme que os los cuente. pic.twitter.com/GyAdwyOyRC— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
En apenas 3 días, el hilo de Twitter escrito por el consultor de marketing sobre el escritor japonés fue retuiteado por más de 32.000 personas y ha viajado alrededor del mundo.
La difundida en Twitter es la historia del hijo de Kenzaburo Oé, quien nació con hidrocefalia severa, lo que le provocó discapacidad intelectual, ceguera parcial, epilepsia y autismo.
Gracias a la incansable estimulación de sus padres, el niño comenzó a reconocer e imitar sonidos de pájaros después de escucharlos en discos. Más tarde fue capaz de identificar una especie de ave mientras daba un paseo por el campo. El sonido y la música clásica se convirtieron en su pasión, la única. Tras mucho esfuerzo aprendió a tocar el piano hasta convertirse en el autor de dos discos.
El primero fue, por fuerza, el día en el que descubrió que iba a ser escritor.
Con 23 años ganó el prestigioso premio Akutagawa, por su relato "La presa".— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Todo se complica.
El bebé nace con una hidrocefalia severa. Hay que extirparle un bulto enorme adherido a su cráneo.
La operación es a vida o muerte. pic.twitter.com/kL7LN3yC48— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Los esfuerzos del escritor con su hijo inspiraron algunas de sus obras, como Una cuestión personal y La bella Annabel Lee. En 1994, recibió el Premio Nobel de Literatura ante la mirada de Hikari Oé.
El hilo de Kenzaburo Oé culmina con un mensaje a favor de la integración, animándonos a descubrir las capacidades de cada uno. Asegura que ningún futuro está escrito, y si no que se lo digan al premio Nobel, al que su madre un día le dijo que con esas orejas le costaría casarse.
En un diálogo con la revista Verne, del diario El País, el divulgador de la historia de Kenzaburo Oé y de otras historias similares dice que cree que la clave del éxito de estos relatos es que las historias de amor siguen siendo "el mayor espectáculo y algo que nos une a todos".
El niño no habla, no se comunica, no tiene interés por nada, apenas se mueve.
Es una especie de flor preciosa (en palabras de sus padres) pic.twitter.com/QTUTaS4G0b— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
El niño no habla, no se comunica, no tiene interés por nada, apenas se mueve.
Es una especie de flor preciosa (en palabras de sus padres) pic.twitter.com/QTUTaS4G0b— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
José Perié cree que este tipo de historias sorprenden sobre todo a los lectores más jóvenes: "Los mayores puede llegar a conocerlas, pero los millennials, no, y se enganchan muchísimo".
La posibilidad de leer un buen relato en pequeñas dosis, gracias a 20 o 30 tuits, es lo atractivo de este formato, dice el especialista en marketing.
El niño ha reconocido al pájaro gracias a uno de los discos y ha tenido el deseo de decir el nombre.
Es la primera vez que se comunica de forma verbal con su padre.— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Es capaz de reconocer y de imitar a cualquier pájaro. Y todos los días juega con sus padres a ese juego de adivinanzas en el que es imbatible.
Cuando descubre la música clásica vuelve a apasionarse. pic.twitter.com/hKRPzdckmW
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
El joven silencioso ha abierto su alma gracias a la música.
Empieza a ser un adulto capaz de expresarse y de aprender otros conceptos relacionándolos con la música. pic.twitter.com/jon0lj5WT5— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
En todo ese tiempo del crecimiento de Hikari, Kenzaburō Ōe escribió y escribió. Sobre Hiroshima, sobre la pérdida y la culpa, sobre el futuro, pero sobre todo sobre su hijo. pic.twitter.com/jQpP9KN3Js
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Porque en 1994, Kenzaburō Ōe recibió el premio Nobel de literatura. pic.twitter.com/yCjrEZL1WH
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Y hoy en día, el jardín de la familia está repleto de casitas y comederos para pájaros.
Su canto es el recuerdo de aquel enorme descubrimiento.— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
Y acabo con este haiku de Borges:
Lejos un trino.
El ruiseñor no sabe
que te consuela.FIN pic.twitter.com/SfL42nBIuE
— Hombre Revenido (@hombrerevenido) January 22, 2018
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