Jorge Fernández Díaz
El escritor y periodista argentino, Jorge Fernández Díaz ha sido recibido en España con mucho interés y curiosidad tras la publicación de La herida (Destino). De Madrid, irá a Bilbao y de allí a Barcelona. Una gira repleta de entrevistas, ruedas de prensa y presentaciones como la de anoche, en la Fundación Telefónica en la Gran Vía madrileña. Le acompañaba su gran amigo y escritor, Arturo Pérez Reverte y entre ellos hubo una gran complicidad, tanta que el escritor español cuando quería preguntarle a su amigo "desde hace más de 25 años" por su protagonista, Remil, lo llamaba Falcó, como el protagonista de las dos últimas novelas del periodista y escritor español. Las risas y la confianza acercaron aún más al público interesado por conocer mejor al escritor argentino.
Entre este público, estaban los escritores Martín Caparrós y Javier Marías que participaron en la charla con alguna broma. El auditorio estaba entregado. Arturo Pérez Reverte arrancó diciendo: "Cuando uno alcanza mi edad, la mayoría de la gente a la que admira, está muerta y yo hace muchos años que admiro a Jorge. Le conocí como un periodista joven y lo he visto convertirse en un novelista respetadísimo y fundamental en la Argentina actual. Es valiente, incisivo, temido, odiado y admirado al mismo tiempo. Se hace enemigos porque es valiente y se hace amigos porque es de una entereza y lealtad increíbles".
Jorge contestó cuando se le preguntó sobre Remil y sobre el género policial, que quería contar a los lectores lo que no podía hacer con las armas del periodismo. "Remil es un agente de inteligencia que trabaja en el lado oscuro de la política", contaba para los pocos que aún no habían leído su novela. Más tarde se crearía una larga cola para comprar ejemplares y llevárselos firmados por el autor que a medida que iba transcurriendo la conversación con su amigo y compañero de aventuras, iba profundizando en los temas. "La desigualdad y la corrupción son los dos grandes males de Argentina. He conocido a muchos "Remiles". Tenía que ser un personaje creíble, verosímil, un lobo. Las lectoras se enamoran y los hombres se tomarían una copa con él".
Fernández, confesó que sus novelas están basadas en expedientes que ha leído porque necesita del sabor de la realidad y también admitió que cuando estaba en la "trinchera política" sólo podía publicar un veinte por ciento de lo que conocía y que tenía ganas de cruzar esa línea. La herida se mueve entre el Vaticano, donde un amigo del Papa Francisco le encarga a Remil la búsqueda de una monja que trabajaba en las favelas argentinas. "Tengo muchas críticas políticas al papa Francisco", añadió, y se hizo un cierto silencio… en lo religioso no puedo juzgarle pero en lo político, sí, añadió.
Remil es un huérfano, un ex combatiente de las Malvinas, comentaba Pérez Reverte ¿Hay mucho de ti en Remil? le preguntaba Reverte, casi afirmándolo. "Bueno, si te refieres a lo de huérfano, tengo que decir que mi padre me dio por perdido cuando le dije que quería ser escritor y pensó que era un vago. Ese distanciamiento duro entre ocho y diez años. No podíamos hablar de nada, como mucho de fútbol. Un día recibí una llamada al periódico en el que trabajaba. Algo grave tenía que pasar para que me llamara… Lo que quería mi padre, un asturiano, camarero del bar ABC de Buenos Aires, era que le adelantase el destino de un personaje de la novela por entregas que publicaba en el periódico. Los parroquianos del bar, le estaban pidiendo que anticipase lo que iba a ocurrir… ¿Va a recuperar el bolso? Lo que la literatura nos había desunido, ese día nos unió. Este conflicto le ha servido al escritor para dar vida a la relación entre el jefe de policía y Remil, una especie de vínculo padre-hijo que el protagonista siempre trata de probarse que no es una ruina".
"Todos nosotros tenemos una herida contra la que luchamos cada día, a veces de manera consciente y a veces inconsciente. Esa es mi herida, luchar fantasmalmente contra mi padre para que esa profecía no se cumpliera". Y no se cumplió porque Fernández Díaz lleva diez semanas seguidas en el número uno de ventas en Argentina. Tal vez su éxito se deba a que se convirtió en un bígamo, "llevé la literatura y el periodismo como esposa y amante. Tuve que desaprender de la literatura y agarrarme de vez en cuando a los lugares comunes del periodismo, que te dan una gran velocidad y a la vez, todo lo que hago, lo hago como escritor. Trato que mi columna sea un ensayo político". Sea cual sea la fórmula de Fernández Díaz, sus lectores son legión y en España ha ganado lectores allí por donde ha pasado.
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