"¿Por qué tenemos una pintura como esa en nuestro comedor?", pensaba una y otra vez Ned Landau durante su niñez. Junto con sus hermanos, Roger y Steven, de Nueva Jersey, no le veían la gracia ni el atractivo al antiguo cuadro de su abuelo, sin saber que años después les cambiaría la vida en una subasta.
La obra de arte fue adquirida por su antepasado. No imaginaba su verdadero valor, pero le pareció interesante. Cuando falleció, fue heredada por la madre de los tres hermanos, quien vendió varios objetos, pero decidió quedarse con el cuadro. Una vez más, cuando ella murió, en 2010, la obra sobrevivió a una nueva venta general, junto con la porcelana y algunos objetos de plata. Finalmente, luego de pasar algunos años abandonada en el sótano, fue puesta a la venta por Ned.
Para la subasta, los hermanos esperaban conseguir un buen precio. Ned estimó que USD 800 sería un gran resultado para la obra, que muestra a una mujer inconsciente en una silla y a dos hombres tratando de reanimarla. Tenía algunas grietas y cierta pérdida de pintura.
El remate comenzó con algunas ofertas, a partir de USD 250, y no demoró en llegar a la cifra calculada. Sin embargo, luego saltó a los USD 5.000: un interesado que participaba vía telefónica desde Francia. Y no fue el único, ya que un alemán, también a la distancia, superaba todas sus ofertas.
"Todos en la sala estábamos asombrados, la competencia entre ambos no paraba", recuerda John Nye, a cargo de la subasta, en una entrevista con Fox News. Finalmente, el comprador alemán hizo la última oferta que no pudo ser superada por su rival: USD 1.100.000.
Fue allí cuando explicó la situación: "¡Es un Rembrandt! He estado buscando esta pintura gran parte de mi vida profesional".
Solo los especialistas foráneos habían identificado la obra, que resultó ser uno de los primeros trabajos del pintor holandés, parte de una serie de cinco obras sobre los sentidos realizados en la década de 1620, durante su adolescencia. En este caso, se trata del olfato.
Posteriormente, la pintura fue restaurada por especialistas y nuevamente puesta a la venta. Según James Colby, presentadora de un programa de herencias de Fox, alcanzó un valor estimado de USD 4 millones. La abultada diferencia fue a parar a los bolsillos del experto que logró reconocerla, pero la familia también logró un importante rédito entre los USD 800 que esperaba y el millón que se llevó.
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