El artista y activista chino Ai Weiwei (Beijing, 1957), una de las figuras más célebres e influyentes del arte contemporáneo, que está a punto de inaugurar su primera exposición en la Argentina, sostuvo que elegir el soporte en el que va a realizar una obra de arte "es como estar en una batalla: agarrás lo que sea que esté a mano o que vaya a ser lo más efectivo".
Justo antes de la exposición antológica, su primera muestra en Sudamérica, el artista acostumbrado a la controversia, prohibido en su país y residente en Alemania, explicó desde Berlín que ha trabajado con prácticamente todo lo que pudo tener entre sus manos: "Todo depende del lugar, el tiempo y la temática".
Titulada Inoculación, la exposición curada por el brasileño Marcello Dantas reúne instalaciones monumentales, objetos, fotografías y videos de fuerte impacto político y simbólico, que brindan un amplio panorama de sus trabajos más icónicos y dan cuenta de su prolífica e intensa carrera, obras que se despliegan en la totalidad del museo, lo que incluye la vereda, la librería y el café, además de las salas expositivas.
– ¿Por qué decidió bautizar a la exposición "Inoculación"?
– Me gusta la palabra. Inocular es inyectar algo para prevenir algo que luego puede ser peor; es utilizar algo peligroso para construir un tipo de sistema de defensa. Creo que el arte funciona, a menudo, de la misma manera.
Para Dantas, este artista prohibido en su propio país y aclamado a donde sea que vaya, "ha desarrollado sistemáticamente proyectos que en sí mismos son plataformas de activación social o transformación social para hacer arte".
Acostumbrado a impactar con sus creaciones, el artista chino pasó fugazmente por Buenos Aires en agosto, justo antes de viajar a Chile primero y a Venecia después, para el estreno mundial de su filme Human Flow, un documental dedicado a la crisis de los inmigrantes.
"Human flow está en la competencia oficial del Festival de Venecia. Una vez más, mi nombre ha sido omitido de todos los medios de comunicación chinos. Triste", fue lo primero que posteó Weiwei, adicto a las redes sociales, en su cuenta de Instagram, a poco de la premiere mundial.
Ocurre que este artista denunció y criticó el accionar del gobierno de su país en numerosas oportunidades, al punto de que su nombre ha sido borrado -y no aparece como resultado- en cualquier buscador de internet chino. Incluso estuvo 81 días arrestado en su país, sin cargos oficiales, y acusado luego de evadir impuestos.
Hay mucha expectativa alrededor de la exposición que incluirá una treintena de obras y que sorprende ya desde la explanada de la Fundación con la instalación Forever bicycles, una montaña de 1254 bicicletas de acero entrelazadas entre sí, que forman una estructura de nueve metros de alto por 16 de largo, un gigante que provoca un efecto de movimiento a quien la observa y que para el artista "es la celebración de una fantasía juvenil".
– Circulan muchas apreciaciones diferentes sobre el significado de "Forever bicycles". ¿Qué significa esta obra para usted?
–Forever bicycles es la celebración de una fantasía juvenil. Crecí durante la Revolución Cultural, en una sociedad con recursos y riqueza material limitados. Una bicicleta era un espectáculo muy raro en aquel momento entre los trabajadores de las aldeas rurales pobres, en el noroeste de China. La bicicleta llegó a simbolizar una suerte de libertad para un individuo, frente a aquellas circunstancias tan difíciles.
Entre las obras más reconocidas que se verán destaca Sunflower Seeds, una instalación de quince toneladas de semillas de girasol con las que tapizó en 2010 la totalidad de la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres, cada una pintada a mano por miles de artesanos de la ciudad de Jingdezhen, o uno de sus más célebres autorretratos, "Dejando caer una urna de la Dinastía Han", que primero fue fotografía pero que el artista presenta aquí recreada con piezas de Lego.
–Ha trabajado en formatos heterogéneos, incluido instalaciones o arquitectura. ¿Cuál es el momento exacto en que decide cambiar el formato y pasar al universo del cine? ¿Considera que una película es una forma más efectiva de llegar al público que una obra de arte?
– He trabajado con prácticamente todo lo que pude tener entre mis manos. Es como estar en una batalla: agarrás lo que sea que esté a mano o que vaya a ser lo más efectivo. Todo depende del lugar, el tiempo y la temática que voy a abordar. Realicé instalaciones, trabajos en galerías, escribí posteos en blogs, escribí ensayos, curé exhibiciones, realicé y participé en entrevistas, realicé investigaciones y películas. Todas estas acciones son paralelas entre sí. Hemos estado filmando desde 2003. Todos nuestros videos han sido compartidos en Internet. Es cierto que en el caso de "Human Flow" su lanzamiento en cine es un formato diferente. La película puede alcanzar a un público mucho más amplio y tener un impacto diferente en relación a la temática de los inmigrantes.
Weiwei expuso en los museos más importantes del globo, fue declarado por la revista Art Review como la persona más poderosa del mundo del arte en una lista de cien personalidades y diseñó el Estadio Nacional de Pekín, bautizado "Nido de Pájaro", uno de los escenarios centrales de los Juegos Olímpicos de 2008 de China.
–Hay una serie de temáticas recurrentes en su trabajo, como la censura o los inmigrantes. ¿El gran tema de todas sus obras es el devenir de la humanidad?
– Sí, la capa más profunda de la mayoría de mis trabajos está relacionada con la humanidad. El trabajo puede lidiar con temas como los derechos humanos, la justicia o la libertad de expresión, pero siempre relaciono mi práctica estética con las condiciones morales y filosóficas. Son cosas que no se pueden separar.
–¿Qué impresión le causó su viaje por la Argentina, Chile y Brasil? Leí que dijo que para usted "Latinoamérica sigue siendo como la novela de García Márquez, 'Cien años de soledad'. Es surrealismo fantástico". ¿Podría ampliar este concepto?
– Mis más tempranas impresiones de Sudamérica se basaron en la visita de mi padre a Chile en 1954. A principios de este año, traje a mi hijo a visitar la casa de Pablo Neruda en la playa. Mi padre lo consideraba un gran poeta y un íntimo amigo. Además, la literatura sudamericana ha tenido un fuerte impacto en China. También estoy fascinado por la cultura y la historia colonial de las naciones sudamericanas. He visitado México, Chile, la Argentina y Brasil, donde las personas tienen un sentido del tiempo y la naturaleza muy diferente al que tienen en las naciones europeas o en los Estados Unidos. Las tradiciones le dan un color y un gusto diferente a la vida.
–Su relación con las redes sociales es muy activa. ¿Qué significa para usted el universo on line? ¿Cree que es la democratización de la libertad de expresión?
– Mi experiencia personal es bastante limitada y restringida teniendo en cuenta que estuve en China la mayor parte de los últimos 30 años. Internet se convirtió en la única fuente para recibir información y comunicarse con el así llamado "mundo real". Mi status ha sido formateado por mis actividades, que han sido posibles gracias a esta tecnología. Yo aun creo que Internet brinda la posibilidad de un cambio, necesario durante este proceso de globalización. Pienso que Internet ayuda a transformar el poder de cada individuo cuando se trata de lidiar con las antiguas estructuras políticas.
- La exposición
- Inoculación
- inaugura el sábado 2 de diciembre a las 17 y permanecerá hasta el 25 de febrero de 2018 en Fundación Proa de La Boca, en Avenida Pedro de Mendoza 1929, y luego de verse en Buenos Aires, viajará al Centro Cultural Banco de Brasil (CCBB) de Río de Janeiro.
Fuente: Télam
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