En su libro Palm Sunday, de corte autobiográfico, el autor estadounidense Kurt Vonnegut escribió: "El movimiento de liberación de las mujeres de hoy en Estados Unidos, en su sentido más oceánico, es un deseo de las mujeres de ser amadas por algo más que sus capacidades reproductivas, especialmente dado que el planeta está terriblemente superpoblado. Y el rechazo de la Enmienda de Igualdad de Derechos por los legisladores estatales masculinos es una declaración clara de los hombres: 'Lo lamentamos, chicas, pero sus capacidades reproductivas son todo lo que realmente nos puede gustar'".
El empoderamiento sexual, político y social de la mujer es todavía una proceso en construcción. Si bien hubo, durante las últimas décadas, un marcado progreso, estos no se dieron de manera rápida, ni ecuánime. Los inicios históricos por la lucha de los derechos femeninos se produjeron a finales del siglo XVIII, cuando durante la Revolución Francesa, Olympe de Gouges -seudónimo de Marie Gouze, escritora, dramaturga y filósofa política francesa- realizó la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, en 1791, solo dos años después de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en el que reclamaba para los mismos derechos políticos que disfrutaban los hombres, como el voto, entre otros.
Hubo avances, muchos, pero eso no significa que no haya objetivos por cumplir. En la actualidad, uno de los más prominentes es Shedecides (Ella decide), que busca apoyar los derechos fundamentales de las niñas y las mujeres a decidir libremente y por sí mismas sobre su vida sexual, haciendo énfasis en la planificación familiar.
Desde la organización, sostienen que SheDecides une a todos los que creen que cada mujer debe decidir por sí misma sobre lo que hace con su cuerpo: disfrutar de todos los derechos sexuales y reproductivos, a tener una vida sexual sana y placentera, sin juicio, estigma, coerción ni daño.
"El movimiento se propone crear una nueva normalidad: un mundo donde cada niña y cada mujer puedan decidir qué hacer con su cuerpo, su vida y su futuro. Sin duda. Casi 40.000 personas ya se han inscrito al Manifiesto y 35 líderes de todo el mundo están promoviendo esta causa. Ellos se comprometen a tomar medidas: levantarse y hablar, cambiar las reglas y desbloquear recursos", explicó a Infobae Rebekka van Roemburg, codirectora de la Unidad de Apoyo SheDecides.
"SheDecides trata sobre todos nosotros, que queremos ver un mundo donde las mujeres y las niñas sean libres: libres de opresión y para tomar sus propias decisiones sobre su futuro", explicó.
Guess where we are! #shedecides pic.twitter.com/BOrETuNnsd
— Rebekka van Roemburg (@rvroemburg) September 26, 2017
Además, sostienen que la planificación familiar no es el único eje, ya que "en muchos países y lugares existe una creciente oposición a la idea de que las mujeres y las niñas puedan decidir qué les sucede a sus cuerpos y sus vidas", a través de "leyes y políticas que tomen las decisiones correctas para ellas. Este es un problema global con muchas manifestaciones locales".
Como en todo movimiento social, hubo una chispa que terminó siendo la catalizadora de un sinfin de mujeres, que buscaba un cambio. En este caso fue el restablecimiento y la drástica expansión de la Regla Global Gag -también conocida como la "regla de la mordaza global" o "Mexico City Policy"-, que bloquea la financiación internacional federal estadounidense para las organizaciones no gubernamentales que proporcionen asesoramiento o remisiones en relación con el aborto, impulsen la despenalización del mismo o la ampliación de los servicios, aun cuando Estados Unidos no financie directamente estos servicios.
El presidente Ronald Reagan fue quien estableció esta "política exterior" por primera vez en 1984, aunque fue revocada por Bill Clinton en 1993. Volvió a funcionar en 2001, con George W. Bush en la Casa Blanca y fue anulada, una vez más, en 2009, bajo la administración de Barack Obama. El actual presidente, Donald J. Trump, restableció la Regla en febrero de este año.
"Esta política significa que los EEUU dejarán de financiar ONG's con base en el extranjero. Si brindan servicios de aborto o incluso asesoramiento sobre el aborto, incluso si proporcionan estos servicios con sus propios fondos o los que proporcionan otros. Debido a que estas ONG's brindan toda una gama de servicios esenciales, esta política significa que cerrarán las clínicas y que se les quitará el acceso a la atención de la salud materna, la anticoncepción y las pruebas y el tratamiento del VIH", agregó van Roemburg a Infobae.
Por su parte, Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, sostuvo en un comunicado: "El presidente Trump sigue ahora una tradición preocupante que tiene repercusiones peligrosas para los derechos sexuales y reproductivos, la salud y la vida de mujeres y niñas de todo el mundo, especialmente las que corren más riesgo de sufrir abusos contra los derechos humanos".
El movimiento surgió bajo el ala de Lilianne Ploumen, política holandesa, quien fue Ministra de Comercio Exterior y Cooperación para el Desarrollo hasta el pasado octubre. La iniciativa, que incluye a 50 países, organizaciones y fundaciones, busca financiar a diferentes entes que tienen el eje en la planificación familiar, ya que la reinserción de la Regla Global Gag dejó a cientos de ONG's de todo el planeta con una gran brecha económica, que rondaría los U$D 600 millones. Hasta el momento, a partir de diferentes eventos y movilizaciones, "SheDecides logró recaudar casi U$D 450 millones para compensar a las organizaciones afectadas por esta política", dijo van Roemburg.
"El cuerpo de una mujer es de ella y solo de ella. Ese es un derecho humano fundamental, cualesquiera que sean las consecuencias. Para aquellos que tienen una opinión diferente, yo diría, consideremos qué sucedería si las mujeres de todo el mundo no pudieran ejercer sus derechos", comentó Ploumen al Financial Times.
Para Ploumen, "la situación es paradójica", debido a que esta política "está inspirada en las opiniones de los antiabortistas, pero su efecto será hacer que el número de abortos aumente, no disminuya".
En ese sentido, en 2011, un estudio de la Universidad de Stanford demostró cómo las organizaciones del África subsahariana que se negaron a firmar la "regla de la mordaza global" dejaron de recibir financiación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y como consecuencia vieron un aumento de casi el 100% de las tasas de abortos anteriores al gobierno de Bush.
Un estudio de 2006, realizado por la Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID), denominado Where is the Money for Women´s Rights? ("Dónde está el dinero para los derechos de las mujeres") reveló que los grupos de defensa de los derechos de las mujeres consideraban que la "regla de la mordaza" viola el derecho femenino a la libertad de expresión y de asociación y su capacidad para participar en el fortalecimiento de sus sociedades civiles e instituciones democráticas.
La igualdad de derechos, sostiene Ploumen, representa la mayor fuente de potencial económico sin explotar. "El grupo de expertos del McKinsey Global Institute estima que el avance de la igualdad de las mujeres podría agregar U$D 12 billones al crecimiento global para el año 2025". Y agregó: "Cerrar la brecha de género sería la inversión más inteligente que jamás haya hecho el mundo. El conocimiento sobre la salud sexual y los anticonceptivos ayuda a prevenir el embarazo adolescente y sus múltiples consecuencias. Las niñas no abandonan la escuela; sabemos que cada año adicional de escolaridad aumenta las ganancias futuras de las mujeres en un 10-20 por ciento".
En la región, SheDecided tiene su base en México, ya que consideran que "es un laboratorio importante para el resto de América Latina". Victoria Fuentes, directora ejecutiva de Mexfam, una organización dedicada a mejorar la salud sexual y reproductiva, explicó que la clave del proceso es la concientización de la sociedad, para luego alcanzar las leyes necesarias: "Invertir fuertemente en los esfuerzos de promoción y comunicación, haciendo ruido a través de la sociedad civil para llegar a los legisladores y conseguir que hagan cambios a favor de nuestros problemas, demostrando que este es un movimiento mundial imparable".
Para Fuentes resulta crucial armar un círculo virtuoso en el que "mediante la participación de voces fuertes de la sociedad civil y figuras clave" se pueda "ayudar a liderar el movimiento entre los jóvenes y los adolescentes", ya que eso no permitiría que "este relevante capital político y social se desvanezca".
*Más información en www.shedecides.com
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