Alegría y admiración entre los colegas, eso es lo que pudo escucharse y leerse luego de que se conociera la noticia. El escritor y político nicaragüense Sergio Ramírez (Masatepe, 1942) ganó el Premio Cervantes, el galardón más prestigioso de las letras en español, y el jurado destacó su capacidad de "aunar en su obra la narración y la poesía y el rigor del observador y el actor, así como por reflejar la viveza de la vida cotidiana". Todas las facetas de Ramírez, su labor intelectual y también su rol como actor político y hoy como analista de la política son destacadas en los testimonios. Ramírez que además de escritor y periodista fue vicepresidente de Nicaragua durante el primer gobierno de Daniel Ortega, es el primer autor de ese país galardonado con el Cervantes.
El premio, dotado con casi 150.000 dólares, reconoce la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos "cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española".
Según contó Méndez de Vigo, el autor de Margarita, está linda la mar y Castigo divino recibió la noticia "con alborozo" y bromeó comentando que era "una buena manera de comenzar el día". Ramírez figuraba entre los favoritos de esta edición, que según una regla no escrita debía premiar a un autor latinoamericano, informó la agencia de noticias DPA.
Los responsables de la entrega del galardón serán los reyes de España el próximo 23 de abril de 2018, día de la muerte de Miguel de Cervantes, en la Universidad de Alcalá de Henares. Mientras tanto, Infobae consulto a prestigiosos autores y editores para conocer su opinión sobre el premio.
Una constante entre los consultados fue vincular la obra narrativa de Ramírez con su trabajo como ensayista, como si efectivamente fuera un todo literario. Así opinó Claudia Piñeiro. "Más allá de su literatura", dijo la autora de Las maldiciones a Infobae, "sin dudas una de de las de más peso en la literatura de habla hispana en general y latinoamericana en particular , me alegro con este premio porque Sergio Ramírez representa uno de esos 'padres o ejemplos que necesitamos. En el sentido de una vida dedicada a la escritura pero también a sus convicciones políticas, siempre con mirada crítica y responsable. Como Saramago y algunos pocos más, representa una ética del pensamiento y del compromiso con la sociedad en la que le tocó vivir. "
El escritor nicaragüense Sergio Ramírez gana el Premio Cervantes. Un autor que en 54 años ha librado todo tipo de batallas culturales, políticas y literarias. https://t.co/DHBrcwSsC7 pic.twitter.com/qvjnpgHixq
— Winston Manrique (@WinstonManrique) November 16, 2017
Julia Saltzmann fue editora literaria de Alfaguara en Argentina por muchos años, y desde su experiencia y conocimiento asegura que "cada libro de Sergio Ramírez -todos diferentes, todos atractivos- es un misterio a desentrañar". Saltzmann conoce bien la obra del ganador y asegura que sus textos "son materiales extraordinarios que nos llevan a preguntarnos cómo están hechos, quiénes son esos narradores llenos de recursos pero nunca pretenciosos. Y no por misteriosos son menos acogedores; su lectura siempre me hizo feliz, desde la novela Sombras nada más (la primera obra suya que leí) pasando por la dolorosa evocación de Adiós, muchachos, sus sensibles relatos sobre mujeres –Sara, La fugitiva– o esas joyitas que forman El reino animal. Y en su libro de cuentos Flores oscuras, donde se condensan muchas de las cualidades de este gran escritor, busquen, busquen, lectores, el cuento donde el narrador vuelve a su casa natal. Será una dignísima muestra de cómo la destreza literaria se vuelve emoción, esa emoción nunca exaltada, inteligente, discreta, firme y bondadosa, como su propio autor."
Más buenas noticias hoy: @sergioramirezm Premio Cervantes. Uno se pasa meses sin alegrías. Y luego, todas juntas 🍾 https://t.co/lQ1VrPtVqa
— Santiago Roncagliolo (@twitroncagliolo) November 16, 2017
Para el editor español Pere Sureda, Ramírez es un escritor extraordinario. "Conocí la obra de Sergio Ramírez en 1988 leyendo la maravillosa novela Castigo divino, una especie de La Piedra Lunar de Wilkie Collins, tropical, mágica y con un ritmo de una lentitud apasionante. Después le he leído todos y cada uno de sus libros. Me pilla la concesión, muy merecida del Premio Cervantes, leyendo su última novela publicada, Ya nadie llora por mí. He de decir que es un escritor extraordinario porque, a mi modo de ver, no tiene ni una sola novela mala. Todas son buenas y algunas extraordinarias e inolvidables. Larga vida a un narrador y un cronista excepcional y además, porque lo conocí brevemente en Madrid, a una buena persona."
Mempo Giardinelli supo de la noticia por Infobae. "Celebro que el Cervantes se otorgue este año a un gran escritor latinoamericano. Sergio Ramírez lo merece, hoy, más que ninguno. Espero que mi sonrisa y contento lleguen hasta su querida Managua", dijo el autor de La revolución en bicicleta e Imposible equilibrio.
"Lo conocí en la redacción del diario La Nación y en vísperas del nacimiento de adnCultura", recuerda el escritor y periodista Jorge Fernández Díaz, autor de La herida. Y sigue: "Sergio comenzó en esos días a colaborar con el diario; una magnífica adquisición, ya que es uno de los grandes articulistas de la lengua. Un hombre alto y medido, de una gran lucidez y una notable caballerosidad. Al igual que su amigo Tomás Eloy Martínez, Sergio es un hijo rezagado del Boom, amigo y compinche de García Márquez, Fuentes y Vargas Llosa, y sin duda miembro de honor de esa estirpe lujosa. Su fervor por la revolución nicaragüense y su posterior desengaño son una metáfora del derrotero de toda una generación de intelectuales latinoamericanos, y está contada magníficamente en su autobiografía Adiós muchachos. En novelas y en ensayos, en cuentos y en artículos, ha logrado lo que siempre se propuso: ser un cronista de su país y de los destinos erráticos y paradójicos de América latina."
Para el escritor español Luisgé Martín, autor de La vida equivocada, quien fue presentador de la última novela del escritor nicaragënse en Madrid, "Sergio Ramírez es uno de los grandes, y sabe hacer a la perfección algo muy difícil: mezclar lo íntimo y lo histórico. Sus méritos literarios le pertenecen sólo a él, pero además representa a una literatura, la centroamericana, poco escuchada. El Cervantes le hace justicia."