Es el 30 de diciembre de 2003. Pero el escritor norteamericano John Gregory Dunne no verá en la tevé la bola cayendo desde lo alto en la esquina más famosa de Nueva York y acaso de los Estados Unidos: Times Square y su fiesta de Año Nuevo. De pronto, sin un síntoma previo, como golpeado por un rayo, cae muerto en su departamento de La Gran Manzana, donde vivió cuatro décadas con Joan Didion (Sacramento, California, 1934).
Dolor de fuego.
Y estas palabras en el principio de su libro El año del pensamiento mágico, alusión al drama de la pérdida, el duelo, los ritos que desata la muerte: "La vida cambia rápido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar, y la vida que conoces se acaba".
Lo termina en ochenta y ocho días. Catarsis imprescindible. Y una confesión desgarradora a sus amigos:
–Me niego a tirar los zapatos de John, porque siento que volverá…
Pero… ¿quién es Joan Dion, un nombre que no circula como los estelares, mañana, tarde y noche?
Escritora de culto –de cenáculo–, escritora, periodista, guionista, crítica de cine, editora de medios –la revista Vogue, por caso–, gran dama de la revista literaria The New York Review of Books, es un gran personaje de la contracultura. Compartió fiestas con Janis Joplin, de voz única y corta y frenética vida, apagada a los 27 años por sobredosis. Fue íntima amiga de Jim Morrison, el inolvidable vocalista de The Doors, otro famoso muerto a los 27: un trágico clan señalado por ese número… Entrevistó –capolavoros– a gente que vivió bajo el signo de la adrenalina: Annie Leibovitz, Patti Smith, y hasta fanático del demente criminal Charles Manson, que se hacía llamar "El hijo del Diablo".
Y cuando aún tenía clavada en el corazón la muerte de su marido… una pancreatitis se llevó dos años después a su única hija, y adoptiva, Quintana Roo, de 39 años.
Una vez más, Joan enfrentó el mazazo inclinada sobre el teclado de su computadora, preguntándose porqué, y acaso recordando aquella línea de Woody Allen:
–Si quieres hacer reír a Dios…, háblale de tus futuros planes.
Y así escribió los relatos del libro Noches azules. En primera persona, y preguntándose angustiada:
–¿Y si ya jamás puedo encontrar las palabras que funcionen?
Pero algo faltaba y algo más merecía Joan, que ha llegado a los 82 años. Su sobrino, el director de cine Griffin Dunne, logró vencer el "no" de su tía y rastreó sus archivos privados: las confesiones íntimas de una mujer irrepetible.
No fue fácil. Problemas de money, money, money…
Pero Griffin no se dio por vencido. Puso una colecta en el sitio Kickstarter, y vía Internet batió un récord: 80 mil dólares en las primeras 24 horas.
Resultado: de largas sesenta horas de material nació el film Joan Didion: el centro cede, destinado a Netflix y listo para levantar el telón este viernes 27 de octubre.
Un volver a vivir de un personaje que atravesó como protagonista algunos de los años más ricos de la cultura y la contracultura norteamericanas.
Volver a vivir de todas maneras. Aunque en esas imágenes y voces retorne, dolorosamente, la doble muerte –marido e hija– que, a pesar de todo, no pudo doblegarla.
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