Desde el comienzo del nuevo Gobierno, el presidente Gustavo Petro dejo en claro las diferencia y críticas que tiene frente a la política contra el narcotráfico aplicada por el país y la región desde hace años y liderado por Estados Unidos. Incluso, en varias intervenciones, aseguró que al haberse demostrado que fallo tienen que plantearse nuevas alternativas y propuso comenzar con la legalización, un proceso integral de sustitución de economías y tierras a favor de una economía productiva que dignifique a las poblaciones rurales y proteja la naturaleza; y tratar la drogadicción como un tema de salud pública.
En esta línea, Felipe Tascón, director de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, ha señalado en una entrevista con El Tiempo, como se llevará a cabo el proceso que tiene a cargo esta institución e hizo énfasis que la industrialización del campo colombiano será el enfoque para que lo que se haga tenga éxito.
“La política es clara: industrializar el campo en las áreas de presencia de hoja de coca, amapola y marihuana. Nuestra labor es sentar las bases para un camino de industrialización para disputar el producto dominante: la cocaína. El modelo de erradicación forzada o sustitución del cambio de mata por mata no ha funcionado. Vamos hacia una nueva vía, la correcta: industrializar y construir tejido productivo”, señaló Tascón.
En este sentido, aseguró que teniendo la información a la mano se puede concluir que son, al menos, 99.000 familias que están dispuestas a acogerse a los cambios que propone el Gobierno, pero que no se puede dejar de lado que los campesinos que siembran hoja de coca, en su mayoría, lo hacen para garantizar su supervivencia, por lo que se debe construcción de una política de cambio del modelo que les asegure el sustento y responda a las necesidades de esas personas que han sufrido el abandono estatal y la estigmatización.
El director dejó en claro que, aunque sembrar coca no es ilegal, los campesinos que han volcado sus esfuerzos a esto como última opción si están inmiscuidos en “un circuito que es ilegal” y es peligroso para ellos. Por lo que desde la agencia tienen la meta de lograr alternativas, no solo para dejar la producción de hoja de coca, sino para que también tenga rentabilidad.
“Hay empresas internacionales que nos están ofreciendo programas. Un empresario franco-colombiano, François Vela, que tiene la representación de firmas francesas de semillas, nos presentó un proyecto sobre la siembra de girasol como emprendimiento que puede disputarle completamente a la hoja de coca, dada su utilización en la producción de aceites. Así mismo, con el maíz, rubro gigantesco que podemos explotar para sustituir extensiones de hoja de coca”, contó sobre las alternativas que están estudiando.
Sin embargo, dejo el claro que también se encuentran estudiando qué usos puede tener la hoja de coca para aprovechar el trabajo ya realizado por algunos campesinos. En cuanto al tema de afrontar a los compradores, que son los grupos armados y narcotraficantes, anotó que esto va de la mano con el proceso que se está haciendo desde la oficina del alto comisionado para la paz, Danilo Rueda, con los diálogos y las negociaciones.
“Este es un programa que funciona de la mano y avance de la paz total, la tarea que tiene el alto comisionado de Paz de negociar con todos los grupos el compromiso del cese del fuego bilateral, porque los grandes empresarios de la cocaína funcionan dentro de un entorno de guerra, sin este no tienen la forma de actuar y presionar en los entornos rurales donde operan”, añadió el director de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, quien contó que todo esto también está pensado desde lo firmado en los acuerdos de paz entre el Estado y las extintas Farc.
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