Un nuevo y sentido homenaje le rindieron durante la mañana del jueves 12 de enero al sargento Javier Solano, el bombero que falleció durante la conflagración de grandes proporciones que ocurrió en Barranquilla el pasado 21 de diciembre de 2022 y que les tomó casi 60 horas para extinguir por completo a los organismos de emergencia de la ciudad caribeña.
En el evento estuvieron presentes tantos sus compañeros, como el mismo alcalde de la capital de Atlántico, Jaime Pumarejo, quien publicó un video de la instalación de la placa conmemorativa del rescatista con la que se oficializó que, de ahora en adelante, la estación en la que trabajó por más de 20 años el uniformado fallecido, llevaría su nombre.
“Se llamará Javier Solano Ruiz, en homenaje al valiente oficial que perdimos en el incendio registrado hace unas semanas en la vía 40”, trinó el mandatario local.
Pumarejo recordó también, en la misma red social, que el miembro de ese cuerpo de emergencia murió al ser el primer respondiente cuando inició la conflagración de un tanque de almacenamiento de combustible.
“Quedó inmortalizado el heroísmo del sargento Javier Solano. Pocos saben que ofrendó su vida por la de sus compañeros para que siguieran batallando las llamas. Trabajaremos para que ese cuerpo tenga más herramientas para seguir honrando su legado”, agregó.
Y es que este siniestro quedó grabado en la memoria de los habitantes de la ciudad caribeña ya que provocó graves restricciones durante los dos días y medio que les tomó contener las llamas en dos tanques que estaban ubicados en el muelle de la ciudad, a la altura de la Vía 40 con calle 85. Los organismos de socorro trabajaron para evitar que las llamas se extendieran a dos tanques adicionales.
Para extinguirlo por completo, participaron 40 hombres de su cuerpo de bomberos, más bomberos voluntarios del área metropolitana y otros municipios del departamento de Atlántico. También trabajaron hombres de la Armada Nacional, la Policía Metropolitana, expertos de Ecopetrol, ingenieros especialistas en hidrocarburos y miembros de la red APELL.
Además, se contó con apoyo técnico de la Fuerza Aérea, máquinas del aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz, una máquina de bomberos del aeropuerto de Santa Marta y personal de la Aeronáutica Civil.
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