Un trágico saldo de un soldado muerto y otros cuatro más heridos dejó el desplome de una garita en el fuerte militar que se ubica en Puente Valencia, en el municipio de Jamundí, en el límite entre los departamentos de Cauca y del Valle, siniestro que se reportó el martes 10 de enero.
En el lugar están instalados militares que forman parte de la Tercera Brigada del Ejército Nacional, pero uno de los puestos de vigilancia, al parecer por el mal estado en que se encontraba, colapsó según la información que entregó el Ejercito al periódico Q’hubo Cali.
“Por deterioro de instalaciones colapsa el techo de un búnker del dispositivo situado en Puente Valencia ocasionando el deceso de un uniformado y lesiones múltiples a cuatro más”, citaron del comunicado de la Fuerza Pública.
La caída de la estructura ocurrió hacia las 11:19 de la mañana del martes, cuando los militares se encontraban llevando a cabo sus labores de vigilancia en la zona, reseñaron en el portal regional de noticias 90 Minutos.
El soldado que falleció fue identificado como Gerson Vaquiro Vargas, mientras que los heridos responden a los nombres de Deivy Gómez Rosero, Keyner Pino Pino, Miguel Angel Uriana y Gerson Bolaños Díaz. Todos ellos fueron remitidos a Cali a la clínica Piloto y al Hospital universitario Fundación Valle de Lili, destacaron de la misiva del Ejército en ese medio de comunicación.
También el clima habría tenido que ver con el deterioro de la garita que colapsó, detalló en la emisora Blu Radio el Brigadier General William Prieto, comandante de la Tercera Brigada.
“Lamentamos este hecho, las fuertes lluvias afectaron esta estructura, que se terminó desplomando, dejando a uno de nuestros soldados fallecido”, afirmó.
El oficial agregó en el medio radial que se abrió una investigación para establecer exactamente qué fue lo que provocó el desplome en el puesto de vigilancia.
La zona rural de este municipio, al sur de la capital vallecaucana, está siendo afectada por la presencia y acciones delincuenciales de grupos al margen de la ley como el ELN y algunas disidencias de las extintas FARC que se disputan a sangre y fuego las rentas ilegales en la zona, especialmente las rutas del narcotráfico.
Uno de los hechos de violencia que se conoció recientemente fue una detonación dentro de un conjunto residencial en el corregimiento de Potrerito, el pasado 31 de diciembre de 2022.
“Llegaron tres hombres armados que ingresaron y dejaron un artefacto explosivo en los tanques de acueducto que abastece a los 205 predios y posteriormente, se generó la detonación la cual genera daños materiales a estos tanques de la reserva de acueducto sin ninguna otra novedad, afectando a unas 40 familias”, informó en la emisora RCN Radio, Fernelly Quijano, secretario de Gobierno de Jamundí.
Según las primeras versiones de la comunidad, recopiladas por el medio radial, los hechos estarían directamente relacionados con la presión y extorsión que han impartido un grupo de personas –no identificadas– a los habitantes de la zona durante los últimos meses para obtener agua.
Seis días atrás, a la Fuerza Pública le tocó desmontar una valla amenazante en la que supuestamente el Comando Coordinador de Ocidente, una de las disidencia de la extinta guerrilla de las FARC, prohibía que se perpetraran robos, extorsiones y expendio de estupefacientes en el corregimiento de Robles.
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