La oxigenación por membrana extracorpórea, más conocida como Ecmo por sus siglas en inglés, se hizo muy conocida en Colombia al convertirse en la última posibilidad de muchos pacientes afectados por el covid-19 y que no responden a los tratamientos convencionales de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
Pues bien, esta tecnología fue recientemente utilizada por médicos de la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV) para mantener durante más tiempo los órganos de una donante fallecida por muerte cerebral.
Los profesionales explicaron que cuando el tronco encefálico deja de responder definitivamente, el cuerpo no puede mantener sus funciones corporales, como por ejemplo respirar, y necesita de ventilación mecánica para oxigenar los demás órganos y mantenerlos en óptimas condiciones por el tiempo necesario para que puedan ser recibidos por pacientes que esperan un trasplante.
Por eso, los médicos de la FCV pidieron autorización a los familiares de la donante para brindarle apoyo con Ecmo durante 10 horas y de esta manera lograr rescatar su corazón, riñones e hígado. Gracias a esto, lograron salvar la vida de cuatro personas por los trasplantes que recibieron en la Fundación Cardiovascular de Colombia y la Foscal (Fundación Oftalmológica de Santander).
“En este caso usamos la máquina para mejorar la circulación de la donante, mejorar su presión arterial, aumentar el oxígeno en la sangre y permitir que sus órganos volvieran a recibir un flujo sanguíneo alto para detener y revertir su daño”, explicó el director del programa de Ecmo y Corazón Artificial de la FCV, Leonardo Salazar Rojas.
Es la primera vez que una operación de este tipo se realiza en Colombia, pues no es la aplicación convencional de la técnica Ecmo.
En el país se realizan trasplantes desde los años 60, pero no existen sistemas de perfusión de órgano aislado, que es la tecnología que permite recuperar órganos para donantes, por lo que la técnica utilizada por los médicos en Santander podría convertirse en una alternativa que salvaría muchas vidas.
Cabe mencionar que la FCV se especializa en la técnica Ecmo, que consiste en un complejo sistema que funciona como un pulmón artificial al que el paciente es conectado a través de dos tubos llamados cánulas: uno por el que sale la sangre del cuerpo para ser oxigenada y otro por el que entra una vez está limpia de dióxido de carbono (CO2).
Para esto, se requiere un equipo de circulación extracorpórea que extrae la sangre, la pasa por una membrana especial que le saca el CO2, le añade oxígeno y después la bombea al cuerpo nuevamente en un circuito que requiere monitoreo constante de personal altamente calificado.
“Esta manera de funcionar se parece mucho a lo que ocurre en la vida fetal. Cuando se está en el vientre, los pulmones no trabajan y esa labor se hace por fuera del cuerpo, en la placenta”, explicó Leonardo Salazar Rojas, director del programa de Ecmo y Corazón Artificial de la FCV, para el periódico El Tiempo.
“Antes que nada, el equipo de especialistas de la FCV insiste en que es importante entender que lo que el covid-19 produce en los pulmones de los pacientes más críticos es una inflamación que impide realizar de forma óptima el proceso de oxigenación. Cuando esto ocurre es fácil que otros órganos, además del pulmón dañado, se vean afectados porque se empieza a sufrir de un déficit de energía que puede ser letal. Y en este sentido, la terapia Ecmo busca que el corazón y los pulmones se ‘evadan’, lo que permite que estos órganos descansen para favorecer su mejoría”, dijo Salazar al medio mencionado.
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