Uno de los puntos que más ha afectado al fútbol colombiano desde hace décadas ha sido la violencia. A comparación de otros países del mundo, el desarrollo del balompié en el país se ha visto constantemente afectado por los actos de intolerancia de las aficiones, que incluso llegan a atentar contra su propio equipo.
En pleno 2023 estos actos continúan más presentes que nunca y los victimarios de los más recientes ataques y amenazas han sido los miembros del Deportes Quindío, quienes vieron como sus instalaciones, incluido el bus en el que se transportan los jugadores, para llegar al centro de entrenamiento, fueron atacados y vandalizados.
El ataque del bus se presentó como el hecho más sensible, ya que uno de los jugadores salió herido por uno de los objetos que lanzaron al ser impactado en la cabeza, no obstante, luego de ser trasladado al Hospital San Juan de Dios de Armenia, se le descartó que fuera un golpe de gravedad.
Debido a esto, por medio de un comunicado oficial, el club decidió pronunciarse al respecto invitando a su hinchada a tomar conciencia y no dejarse llevar por la rabia:
“El Deportes Quindío rechaza los actos violentos y vandálicos ocurridos en las últimas horas... lamentamos estos hechos vergonzosos y hacemos un llamado a la tolerancia. Entendemos la inconformidad tras no lograr nuestro objetivo de ascender el año anterior, pero ningún resultado negativo puede usarse como excusa para atentar contra la vida e integridad de cualquier ser humano”
Y es que el cuadro Cafetero no ha sido víctima de ataques de hinchadas o barras contrarias, sino que han sido sus propios seguidores los que se han ‘desquitado’ con ellos de formas agresivas. La principal razón por la cual estos hechos ante el Quindío se presentaron es por el fallido intento del equipo de ascender a la Primera División del Fútbol Profesional Colombiano para este año.
En 2022, el cuadro Milagroso se posicionó como uno de los favoritos a quedarse con un puesto en la máxima categoría del balompié nacional y si bien llegó hasta las instancias finales, cayó siempre en los momentos cruciales, condenando su destino a un año más en la reconocida categoría ‘B’ de Colombia.
Tal fue el fracaso del equipo de cumplir el objetivo del ascenso que los jugadores Sebastián Ayala, Breiner Paz, Mateo Trejos, Jesús Figueroa, Jairo Borrero, Santiago Gómez y el arquero Mathias Cubero, decidieron presentar sus cartas de renuncia y abandonaron el equipo.
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No obstante, las renuncias realmente son lo de menos en esta situación. El malestar en la hinchada del Quindío está tan desbordado por el fracaso del ascenso, que incluso los miembros del cuerpo técnico, incluido el entrenador Oscar Héctor Quintabani recibieron amenazas de muerte y tuvieron que ser escoltados por la Policía Nacional hasta sus viviendas.
Por el momento, el personal de la Seccional de Investigación Criminal (SIJIN), adelanta las investigaciones para encontrar a los responsables de estos actos, mientras que la Alcaldía de Armenia y el Instituto Municipal del Deporte y la Recreación también rechazaron lo ocurrido:
“Desde la administración municipal e IMDERA llamamos a la tolerancia y el respeto recordándoles que el Jardín de América (Estadio Centenario) es un bien público, es la mayor insignia de la ciudad, es un templo de la capital quindiana y no solo es la casa del equipo profesional”.
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