Con el fin de mantener firmes y activas las capacidades de vuelo y combate de las fuerzas armadas colombianas, a finales del año pasado, 2022, el Gobierno Nacional, en cabeza del presidente de la República, Gustavo Petro, firmó un nuevo contrato con el que se estableció que se garantizaría el mantenimiento de los aviones Kfir. El documento, en el que se pacta un acuerdo de más de 30 mil millones de pesos para esa misión, surge en paralelo a la fallida compra de nuevas aeronaves para reemplazar las que ya tiene el país.
Es de recordar que el Estado anunció que la compra de las aeronaves no sería posible porque el plazo de ejecución que tenía el Conpes 4078 de 2022, en el que se destinaban 678 millones de dólares para esa acción, se había vencido el 31 de diciembre del 2022. “El Conpes del que habla el ministro de Defensa para la compra de aviones por casi 650 millones de dólares fue firmado por el anterior gobierno. Ha perdido su fuerza legal este 31 de diciembre”, explicó el líder del movimiento Pacto Histórico y jefe de Estado.
De acuerdo con lo que se supo, aquel contrato, firmado con la compañía Israel Aerospace Industries Ltd. (IAI), será renovado cuando el país tenga luz verde para acceder a nuevas máquinas; es decir, tal y como se pactó recientemente, el nuevo plazo irá hasta el 31 de diciembre del año 2024. Así lo anunció el ministro de Defensa, Iván Velásquez. El jefe de esa cartera gubernamental, en una entrevista con el diario El Tiempo, reveló detalles de lo que hay detrás de este proceso.
“Los estudios realmente se han venido haciendo por años. En la última etapa, que es tal vez del 2012 o 2016, se define la necesidad de la adquisición, se establece la obsolescencia para iniciarse en diciembre del 2023. Ahora hay que aclarar que no es que en enero del 2024 nos quedemos sin aviones, sino que empieza un proceso para darlos de baja, pero es un proceso paulatino y este año se definirá cómo va a ser ese proceso según el nivel de obsolescencia, y se definirá la frecuencia en la que saldrán de servicio esos aviones”, inició diciendo en su conversación con ese medio de comunicación.
“Desafortunadamente no logramos, en las prenegociaciones que se adelantaron finalizando el año, concretar ni con los franceses ni con los suecos”, dijo el ministro en una entrevista otorgada a Caracol Radio. Las empresas que habían manifestado su interés en vender a Colombia sus aeronaves de combate eran Lockheed Martin, con sus F-16 (Viper block 70); Saab, con su Gripen E/F; Dassault Aviation, con Rafale C/F3, y Eurofighter, con su Typhoon (C.16).
Según explicó, los estudios que están agendados para iniciar en los próximos días tiene como finalidad descubrir si, de hecho, se realiza la compra, la cantidad de aviones que sería necesario adquirir y el precio total de aquella transacción. Puntualizó, además, que la compra podría realizarse antes de que termine el gobierno de Gustavo Petro y que, en principio, se tiene pensada una cifra de inversión de 1.048 billones de pesos. Este valor, dice, no afecta ningún cálculo, pues, la adquisición no se haría de manera inmediata. “Lo crítico es que el proceso de adquisición puede llevarse entre cuatro y cinco años, pues además de su construcción se requiere formación de los pilotos”, comentó al diario.
Velásquez se unió a la opinión del inmediatamente anterior ministro de Defensa del país, Diego Molano, quien resaltó que esta inversión es importante para el país para no perder “funciones vitales para la soberanía nacional”. Manifestó que tener aviones de combate de superioridad aérea es importante para mantener la soberanía del espacio aéreo. Así mismo, que son necesarios para hacerle frente a la delincuencia del país; por ejemplo, a quienes trafican sustancias ilícitas, pues, quienes se dedican al narcotráfico “usan aviones cuyo techo y velocidad solo pueden ser neutralizados por aviones de este tipo”.
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