Después de mucho gastar, los colombianos parecen haberse quedado sin ahorros para el 2023

La pandemia no solo generó problemas financieros en los hogares colombianos. También existe un sector considerable de la población que logró ahorrar al quedarse trabajando desde casa.

Se trata de todos aquellos quienes conservaron su trabajo en sectores que se mantuvieron e, incluso, crecieron durante la pandemia, debido a las nuevas exigencias tras la emergencia sanitaria. Fue una importante fracción de colombianos que, de la noche a la mañana, dejó de gastar en transporte público, gasolina, ropa, calzado y comida, llámese almuerzo, café o snacks.

Los mismos que, a medida que fueron suavizándose y levantándose las medidas decretadas por el Gobierno nacional para evitar los contagios, empezaron a gastar sus “ahorros” dándose uno que otro “gustico”, y siguieron haciendo lo mismo durante todo el 2021 y todo el 2022.

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Es ese mismo gasto inconsciente el que hoy no solo los dejó sin ahorros, sino también sin un colchón con el cual amortiguar los golpes de los impuestos y la inflación.

Un fenómeno que el Banco de la República retrata en su Informe especial de posición financiera de los hogares; en el que, luego de calcular el flujo anual del ahorro financiero bruto de los colombianos, descubrió que pasó a ser negativo durante los primeros meses del 2022; es decir, su aumento en el consumo era superior al de ingresos disponibles.

“Si a lo anterior se adiciona el gasto en formación bruta de capital, se encuentra que el endeudamiento neto de los hogares sigue la misma tendencia decreciente del ahorro y toma valores negativos de mayor magnitud en términos absolutos” lo que, en otros términos, significa que: a menos ahorros, menos gastos.

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Lo que conduce a que se contraiga el gasto de los hogares y por ende el crecimiento económico nacional. El cual había sido considerable durante 2021 y 2022, de 11% y 8%, respectivamente.

Un indicador en el que el gasto de los hogares es clave. Pues, según datos de Corficolombiana, de los 9,4 puntos de crecimiento anual que el país registró durante los primeros 9 meses del 2022, 8,3 corresponden al consumo privado.

Pero ya desde entonces empezaban a notarse signos de moderación en el gasto de los hogares, que no fueron visibles durante gran parte del 2021 y el 2022, pero que, para finales de este último resultaban “saludables”.

En pocas palabras, el consumo poco restrictivo de los hogares empezó a contraerse “algo visto solo en cuatro episodios de desaceleración desde 2005. Esta contracción fue motivada por la disminución del gasto en bienes no durables y semidurables –fenómeno que podría estar relacionado con la alta inflación de alimentos y bienes para el mantenimiento del hogar y cuidado personal–, a lo que se sumó la expansión del gasto en servicios más moderada desde el primer trimestre de 2019″.

Un fenómeno que se verá con mayor fuerza este 2023, momento en el que el crecimiento económico será tan solo de un 1,1%, según algunas estimaciones tempranas. Que, de ser ciertas, registrarían el crecimiento más bajo de los últimos 18 años.

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