Monos usados en investigaciones contra la malaria en Cali vivirían en condiciones inadecuadas

La Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) estableció una sanción luego de encontrar varias irregularidades con el manejo de estos animales

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Primates del centro de experimentación sancionado por la entidad ambiental vallecaucana. Crédito: CVC.
Primates del centro de experimentación sancionado por la entidad ambiental vallecaucana. Crédito: CVC.

Este jueves 5 de enero, a propósito de una serie de denuncias por presunto maltrato animal difundidas contra el Centro de Investigación Científica Caucaseco y la Fundación Centro de Primates (Fucep), que funcionan en el corregimiento El Hormiguero de Cali, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca emitió una serie de sanciones en su contra.

La organización no gubernamental Personas por el Trato Ético a los Animales (Peta) hizo una denuncia recientemente sobre el trato que estaría recibiendo un grupo de monos aotus en las instalaciones de este centro de investigación. Los activistas, respaldados con información de once extrabajadores y documentos de la propia CVC —que ha seguido este caso desde 2021—, afirmaron que los primates estarían sometidos a condiciones de poca higiene, mala alimentación y prácticas experimentales cuestionables.

Entre otras cosas, los monos vivirían recluidos en jaulas oxidadas, que a su vez se mantenían en corrales cubiertos con polisombra. Sus sitios de cautiverio, dice la denuncia, no son aseados apropiadamente y están llenos de heces y hongos. Asimismo, los primates serían alimentados con concentrado para perro remojado con agua de panela. Alrededor de los corrales crece la maleza, lo cual atrae serpientes, ratones, cucarachas y hasta gatos, situación que los pondría en riesgo de varias infecciones.

Por otro lado, los animales serían cazados de forma irregular para hacerlos partícipes en investigaciones para una vacuna contra la malaria que todavía no tiene una fórmula definida, pero para cuyo desarrollo los investigadores habrían recibido —desde 2003, cuando empezó el proyecto— 17 millones de dólares del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) y 22 mil millones de pesos del Estado colombiano.

Esta denuncia tuvo eco entre activistas como Terry Hurtado, animalista y concejal de Cali por el partido Alianza Verde. Para él, estos hallazgos “ponen en evidencia y en discusión un problema sobre el seguimiento al rigor científico que hay en investigaciones donde se utilizan animales no humanos, pero además genera una alerta sobre el seguimiento y control que se hace de los recursos públicos”.

El político pidió acciones contundentes al respecto a la CVC, la Contraloría General de la Nación y la Procuraduría General de la Nación, dado que también hay recursos del erario involucrados en el escándalo. La entidad ambiental atendió a la solicitud y envió funcionarios al recinto. El personal registró posibles infracciones a la normatividad ambiental vigente.

Allí, según un comunicado oficial, fueron hallados “127 ejemplares de mono nocturno y 6 de mono ardilla, en jaulas de 80x80 centímetros, rodeadas de mallas eslabonadas y cubiertas con polisombra”.

Además, justo como indicó la denuncia, no había documentación idónea sobre los ejemplares allí recluidos, como registros médicos de atención, hojas de vida de los ejemplares, actas de necropsia debidamente diligenciadas o actas del comité de ética. Tampoco había permisos para adelantar la investigación científica. Para colmo, algunos de los monos se habían reproducido y el centro de primates no contaba con el permiso necesario para la cría.

Diego Luis Hurtado Anizares, director de la regional de la CVC Cali, aseguró que se inició un procedimiento sancionatorio ambiental, “dado que por hallazgos que arrojó el procedimiento se podría configurar un hecho de maltrato animal. Al final de dicha visita, no hubo ninguna objeción por parte del personal que atendió a nuestros técnicos. Hemos procedido en el marco de la Ley y el debido proceso, en el que los implicados podrán allegar todas las pruebas para demostrar lo contrario”.

No se sabe qué hacer con los monos

La CVC solicitó ayuda a entidades como el Instituto Nacional de Salud para saber cómo proceder con los animales cautivos: cabe recordar que hacían parte de una investigación en la que eran infectados con la malaria, por lo cual son un riesgo biológico para los seres humanos que los manejen. Por eso, la entidad ambiental no los pudo trasladar al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, ubicado en Palmira.

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