Desde que a comienzos de diciembre se prendieron las alarmas por una ola de intoxicaciones, producto de licor adulterado, y que lamentablemente se tradujo en una serie de fallecimientos entre Bogotá y Cundinamarca, todas las entidades competentes, lideradas por la Secretaría de Salud, pusieron en marcha un trabajo conjunto para identificar los sitios en los que puedan elaborarse o comercializarse bebidas adulteradas.
Esas acciones dieron como resultado la realización de 295 operativos (290 en establecimientos y cinco en espacios públicos) adelantados por parte de las Secretarías de Salud, Integración Social, Seguridad, Convivencia y Justicia, Gobierno, diferentes Alcaldías Locales, la Policía Metropolitana y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).
Y no era para menos: el saldo que dejó este flagelo fue de la identificación de 66 presuntos casos de intoxicación por bebida alcohólica adulterada con metanol, los cuales ocasionaron el fallecimiento de 46 personas y generaron síntomas graves a 20 personas más.
Más específicamente, se identificaron 66 presuntos casos de intoxicación por bebida alcohólica adulterada con metanol, los cuales ocasionaron el fallecimiento de 46 personas y generaron síntomas graves a 20 personas más.
Así mismo, desde que comenzó la temporada decembrina, la Alcaldía de Bogotá ha hecho intervenciones en 760 establecimientos, se han impuesto 51 medidas sanitarias de seguridad a comercios (con suspensión de trabajo o servicios) y se han aplicado 153 medidas sanitarias de seguridad a productos que produjeron la destrucción de 1.750 litros de bebidas alcohólicas fraudulentas.
Vale referir que la mayoría de los afectados han sido personas entre los 40 y 69 años de edad con antecedentes de consumo problemático de alcohol, que desempeñan actividades laborales informales y que han consumido bebidas alcohólicas en plazas y parques de las localidades de Santa Fe, Los Mártires, Rafael Uribe Uribe y Kennedy.
La identificación de esta alerta permitió una reacción inmediata para evitar mayores afectaciones. Para controlar la circulación de los licores implicados, se han realizado en distintas localidades operativos adicionales a los que tradicionalmente se realizan.
Así mismo, esta situación fue puesta en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación para su intervención, y paralelamente a la acción judicial, como parte de las acciones preventivas, el Distrito también se adelantó un trabajo de sensibilización con la población afectada para prevenir el consumo de este tipo de bebidas.
Llamado en el puente de Reyes
Con estos antecedentes, en el marco del primer puente del año y el último de la temporada decembrina, este 7 de enero la Secretaría de Salud le recordó a la ciudadanía que la entidad no ha dejado de realizar, de manera permanente, acciones de inspección, vigilancia y control en alimentos y bebidas alcohólicas.
“Se invita a la ciudadanía para que denuncie en la Línea 123 la elaboración clandestina, distribución o venta de licores adulterados. Las intoxicaciones causadas por bebida adulterada con metanol se caracterizan por causar síntomas visuales y afectación al sistema nervioso central, además de otras complicaciones severas que pueden derivar en la muerte. Los principales síntomas son: dolor de cabeza, confusión y desorientación; dolor abdominal, náuseas, vómito; pérdida de agudeza visual, visión borrosa en copos de nieve, manchas o ceguera total, así como convulsiones”, hizo el llamado este 7 de enero la cartera de educación.
Adicionalmente, la secretaría reiteró este sábado las recomendaciones que se deben tener en cuenta para evitar acceder a una botella adulterada que, eventualmente, podría ocasionar la intoxicación e incluso la muerte.
• No comprar licor en la calle.
• No recibir bebidas alcohólicas de personas desconocidas.
• Desconfiar de productos con precios más bajos de los que regularmente se encuentran en el mercado.
• Comprar bebidas únicamente en sitios autorizados.
• Revisar que los envases y rótulos de las bebidas se encuentren en buen estado.
• Una vez consumida la bebida alcohólica, destruir la etiqueta y el dosificador para evitar que estos sean usados nuevamente.
• En sitios públicos, siempre exigir que el licor se destape en su presencia.
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