Bogotá es una ciudad llena de secretos e historias por descubrir, aunque la mayoría de los turistas que acuden a la capital colombiana suelen recurrir al centro histórico, existe una amplia variedad de atractivos turísticos, que en muchas ocasiones no son conocidos ni siquiera por sus propios habitantes, aunque se trata de reliquias del tiempo resguardadas por los vecinos de los barrios de la capital.
Si cuenta con espíritu aventurero y le interesa descubrir nuevos atractivos de la ciudad, desde Infobae Colombia le recomendamos visitar estos cuatro lugares. Una de las ventajas que tendrán sus excursiones es que no se encontrará con filas interminables de visitantes o grandes cantidades de turistas.
Parque arqueológico Hacienda “El Carmen”
Para los habitantes de Bogotá a veces es fácil recordar que una gran parte de los terrenos que actualmente conforman la metrópolis antes eran “potreros”, aunque esto no es equivocado, tampoco es exacto. En realidad, la ciudad colonial de Santa fe era el centro de la vida urbana y su mayor motor económico eran las enormes haciendas que rodeaban la ciudad.
Esta configuración del territorio es una de las claves para entender el sistema colonial y sus efectos en nuestra vida cotidiana. Pues con el paso del tiempo estas grandes haciendas fueron fragmentándose, producto de la repartición de las herencias. Pero en el siglo XX este fenómeno se aceleró, debido al crecimiento urbano y el aumento en la demanda de vivienda. Ello llevó a la parcelación del terreno con el fin de ser vendido, aumentando su valor y fomentando la industria de la vivienda, un proceso en el que nos encontramos actualmente inmersos.
Este contexto es importante para comprender lo que paso en la Hacienda el Carmen. Pues en 2007 este predio iba a ser destinado para la construcción de un proyecto de vivienda, impulsado por Metrovivienda. No obstante, durante los trabajos de remoción fue encontrada la mayor necrópolis de Suramérica.
El área fue declarada como arqueológica en 2014 por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). Actualmente, se ha convertido en uno de los principales centros de investigación del pasado prehispánico del sur de Bogotá.
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Casa Quinta de Nariño
En el actual Parque Metropolitano de Ciudad Montes se encuentra ubicada la Casa Quinta de Antonio Nariño. El prócer adquirió este bien a finales del siglo XVIII, pensado como zona de recreo debido a su cercanía con la entonces capital y proximidad con el río Fucha, uno de los cuerpos de agua mejor valorados en la historia de Bogotá.
Infortunadamente, solo pudo disfrutar el bien entre 1803 y 1804, cuando lo ocupó en calidad de prisionero. Ello, debido a que aún era procesado por haber traducido los Derechos del Hombre (1794). Tras la muerte de Nariño poco se conoce del destino del predio, aunque se sabe que Soledad Acosta se hospedó en este a mediados del siglo XIX. Al final el bien cayó en desuso y fue abandonado.
En la década de 1960 el barrio Ciudad Montes fue objeto de un intenso proceso de urbanización. En 1988 inició la restauración de la histórica Casa Quinta y en la década de 1990 funcionó aquí un museo. Sin embargo, a los pocos años la totalidad de las piezas que componían la colección del museo fueron trasladadas a Villa de Leyva. En la actualidad, en el interior del bien funciona una ludoteca y alrededor del predio se extiende uno de los parque más bonito de la ciudad.
Mausoleo Madre de la Luz Divina
La enorme mayoría de los bogotanos no sabe que en la localidad de Fontibón se encuentra la única replica de la Capilla de San Pedro de América Latina. El edificio es obra del maestro José Ignacio Castillo Cervantes, que le dedicó la edificación a su madre, quien siempre quiso conocer Roma, pero nunca lo pudo hacer.
Su construcción comenzó en la década de 1960 y se prolongó hasta 1990. El maestro Castillo no solo imitó la arquitectura del principal templo católico, también al interior del edificio se elaboraron pinturas murales que buscaban reproducir las principales obras de arte del renacimiento italiano.
En palabras del consejero local de patrimonio de la localidad, Martín Lugo Febres, se trata de una réplica de la entrada de la Capilla Sixtina y la Plaza de San Pedro, representada por un sol y un conjunto de pinturas como el Moisés, Adán y Eva. Curiosamente, el bien es actualmente ocupado por la Iglesia anglicana de Bogotá.
El Puente del Indio
En el barrio La Pradera de Ciudad Bolívar se encuentra una curiosa construcción del siglo XIX, esta es conocida por los vecinos como el Puente del Indio. Aunque en realidad se trata de un acueducto, no se conoce a cabalidad ni la función o el uso inicial que fue dado a la estructura.
Sobre lo que si existe plena certeza es de los procesos de apropiación que el Puente del Indio ha tenido con los habitantes de la localidad. Estos iniciaron un proceso de restauración en 2017 y lo han integrado en sus procesos de memoria y apropiación territorial. Otros de los bienes patrimoniales de la localidad son el Palo del Ahorcado y la Laguna Encantada.
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