El 21 de marzo de 2020, cuando iniciaba el confinamiento en el país por la llegada del covid-19, se vivió un motín en la cárcel La Modelo en Bogotá que dejó la muerte de 23 reclusos y casi 100 heridos, entre los se encontraban algunos funcionarios, la investigación avanzó y salió a la luz que al menos tres funcionarios del Inpec se sumaron a la violencia que se desató en el reclusorio, posteriormente fueron acusados por tortura agravada y lesiones personales agravada. Sin embargo, pasado más de dos años del hecho por vencimiento de términos, Víctor Cervera, Yeferson Hueso y Julián Piñeros quedaron libres.
De acuerdo con la revista Semana, la decisión de dejar en libertad los sujetos que fueron partícipes de la noche violenta en la cárcel de Bogotá fue tomada por el Juzgado Segundo de Control de Garantías de la capital de la República, argumentando que se superaron considerablemente los términos para el inicio del juicio, es decir, pese a que pasaron 11 meses nunca se dio inició al juicio contra los tres guardas.
El escrito de acusación contra los tres funcionarios del Inpec fue radicado el 17 de febrero del año pasado y la Fiscalía aseguró que los tres acusados estuvieron relacionados en el violento motín, incluso, en la investigación se señaló que estas personas habrían obligado a los reclusos a desnudarse a la fuerza y posteriormente los sometieron a fuertes golpes y torturas como castigo por haber causado desorden dentro del penal y haber puesto en juego la reputación de la insitución con sus actos.
“En el proceso de retoma por parte del Inpec y fuerzas de apoyo, se presentaron excesos en el uso de la fuerza y actos de tortura contra personas privadas de la libertad; estos abusos se extendieron más allá del motín y en el proceso de retoma de la cárcel hasta incluso el traslado a centros asistenciales, se incluyeron prácticas encaminadas a infringir dolores y sufrimientos a través de la agresión física y la exposición desnuda de las personas privadas de la libertad en varios momentos y escenarios, incluso posteriores al motín con el fin de castigarlos”, señaló el fiscal.
Al dragoneante Julián Alberto Piñeros, se le señaló de golpear a una de las personas privadas de la libertad y provocarle heridas con arma cortopunzante, todo eso mientras el interno permanecía desnudo, en el sector conocido como el “túnel de abogados”, lugar al que fue llevado por otros guardas del Inpec tras esconderse en los talleres de la prisión luego de que se acabara el motín.
En el caso de los dragoneantes Yeferson Hueso y Víctor Cervera, la investigación avanza porque por la tortura a la que sometieron a los privados de la libertad, quedaron en estado de convalecencia. Según cuenta la investigación, golpearon a los presos con garrote mientras las víctimas estaban esposadas a una camilla en el Hospital Universitario de La Samaritana.
Entre las pruebas que se recolectaron había imágenes de las cámaras de seguridad que mostraban la violencia perpetrada por los funcionarios sobre los cuerpos de los presos. En las imágenes de seguridad de la Puerta 1 quedó grabado, como los guardias pasaron por ese lugar a varios reclusos ya reducidos, desnudos y ensangrentados, que seguían siendo golpeados por los guardianes. Además, se evidenció el traslado a rastras de un cuerpo, lo que constituye una alteración de la escena de una muerte violenta.
También quedó en evidencia que varios miembros de la guardia y bachilleres de apoyo dispararon indiscriminadamente contra los amotinados, incluso hubo una posible ráfaga de fusil, por lo que 76 detenidos resultaron heridos tras esa noche.
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