A pocas horas de que iniciara el 2023, resultó muerto el líder juvenil José Taicus Pascal, quien formaba parte de la Guardia Indígena en zona rural del municipio de Tumaco, en el occidente del departamento de Nariño, con lo que se alcanzó la escabrosa cifra de 190 líderes sociales asesinados durante el año pasado.
El adolescente de 16 años falleció luego de que su familia sufriera un atentado cuando se movilizaban a una reunión con sus allegados, por el fin de año, en las inmediaciones de la vía que conduce al resguardo Alto Albi, en la vereda Pinde, señaló mediante un comunicado la Organización de Resguardos Indígenas del Pueblo Awa del Pacífico (Oripap).
Tras el ataque también resultó herido de gravedad un hermano del fallecido, identificado como Javier Taicus Canticus, de 21 años de edad, quien se encuentra con pronóstico reservado en un centro asistencial, agregaron en la misiva.
“Finalizamos el año 2022 con comunidades confinadas, familias desplazadas, líderes amenazados, iniciamos con la esperanza de que el año 2023 sea una época de tranquilidad para nuestras comunidades, según lo anunciado el 1° de enero por el señor presidente de la república de Colombia Dr. Gustavo Petro, desafortunadamente seguimos de luto perdiendo a nuestros indígenas en especial a los jóvenes (sic)”, afirmaron.
Ante este nuevo deceso de un líder de la comunidad Awa, desde la Oripap le hicieron un llamado a las estructuras criminales que delinquen en sus territorio para que se acojan al llamado de la paz total de la actual administración.
“Hacemos un llamado a los actores armados presentes en la región a responder al llamado del gobierno del presidente Petro a establecer diálogos que permitan consolidar una paz estable (...) así mismo exigimos que detengan el exterminio del pueblo INKAL AWA y la utilización de nuestros territorios ancestrales sagrados como campos de guerra (sic)”, invitaron.
Y le pidieron a los integrantes de la actual administración que las políticas para el cese de la violencia que buscan implementar las diseñen desde las regiones.
“La construcción de paz no es un ejercicio de diseño genérico desde los escritorios en Bogotá, que esta es una labor desde los territorios, que requiere además la construcción de rutas de acercamiento y diálogos transversales vinculantes, municipales, regionales, departamentales, nacionales e internacionales con la participación de las comunidades étnicas (sic)”, solicitaron.
La última semana de diciembre de 2022 fue bastante violenta en contra de los líderes sociales, mes en el que fueron ultimadas 12 de estas personas que representan y trabajan por sus comunidades.
Dos días antes del mencionado homicidio del líder juvenil indígena, se reportó el asesinato de Óscar Arvey Baena, presidente de una Junta de Acción Comunal (JAC) en Putumayo.
Su cuerpo sin vida fue hallado en la vía Villagarzón-Puerto Asís, la cual solía utilizar la víctima cuando iba hacia la vereda El Desierto, donde trabaja con su JAC desde hace una década, recogieron de la información preliminar del hecho en el portal informativo regional Mi Putumayo Noticias.
Ese mismo día, pero en la madrugada, se reportó el asesinato de Óscar Humberto Rodríguez, uno de los concejales del municipio de Linares (Nariño).
Además de trabajar en el cabildo de la población nariñense, Rodríguez era presidente de la Asociación de Trabajadores Campesinos de Linares (Astracal), vocero político de la Unión Campesina por la Paz de los municipios de Linares, Sandoná, Ancuya, El Peñol y El Tambo, así como era líder nacional de la Unidad popular Agroambiental por La Paz del Sur de Colombia (Upazsur), informaron en el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
Según los datos de Indepaz, tras la muerte del adolescente indígena, van 1410 líderes sociales o defensores de derechos humanos asesinados desde que la extinta guerrilla de las FARC firmó el acuerdo de paz con el Estado colombiano.
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