Un grupo de hombres armados, sin identificar, le hurtó de manera violenta el vehículo oficial al alcalde de Guachené, Élmer Abonía Rodríguez, en la tarde del jueves 29 de diciembre, en zona rural de ese municipio.
Según informó el secretario de Seguridad de esa población del Pacífico colombiano, Carlos Graciano, el atraco ocurrió hacia las 6:30 p.m. en la vereda Campo Llanito, informaron en el periódico El Tiempo.
Detallaron que el mandatario iba en camino a una reunión cuando un grupo de cuatro personas, con armas largas, los interceptó al mandatario local y a su escolta, para después obligarlos a descender del automotor, con lo que sería una pistola.
Posteriormente, los sometieron para despojar de su arma de dotación al hombre del esquema de seguridad del alcalde, que es miembro de la Polcía Nacional, y se emprendieron la huida en la camioneta con el conductor del vehículo, a quien abandonaron en la vía minutos después, destacaron sobre el hecho en la emisora Caracol Radio.
“Se están adelantando las diligencias con la Seccional de Investigación Criminal, Sijín, en la búsqueda del vehículo”, agregó el secretario de seguridad de Guachené.
Pese al violento hecho, tanto el funcionario, como su escolta y su conductor resultaron ilesos. Graciano señaló en la revista Semana que en la zona tienen reporte de robos similares.
“Podría tener que ver con la proliferación del hurto de camionetas que sirven para movilizarse en terrenos rurales (...) el objetivo era llevarse el vehículo, no hacerle daño al alcalde”, citaron de sus declaraciones en ese medio de comunicación.
Recordaron en Semana que en esa población delinquen la guerrilla del ELN y algunos de los grupos disidentes de las extintas FARC, como es el caso de la columna Dagoberto Ramos.
A esa estructura criminal le atribuyen el hostigamiento armado del viernes 30 de diciembre en contra de la estación de Policía de Toribio, en el nororiente del departamento, donde perdió la vida el patrullero Víctor Palechor de 27 años, de acuerdo con la información preliminar de las autoridades, destacaron en el medio regional Periódico Virtual.
Durante el ataque con ráfagas de fusil, lanzaron un artefacto explosivo en contra de la sede policial, cuyas esquirlas alcanzaron al uniformado, quien posteriormente perdió la vida, ya que no recibió atención médica a tiempo, aseguraron sus compañeros en el portal de noticias caucano.
“Es muy triste ver que sacaron miles de excusas para no auxiliarlo. Para el amigo no existió la posibilidad de un helicóptero para que lo atendieran en un hospital de Santander de Quilichao o de Cali. Al final murió mientras que enfermeros y los mismos compañeros luchaban para que no se desangrara”, señaló uno de los policías.
Hacia las 3 de la tarde iniciaron los atentados, y detonaron tatucos, para luego pasar a los ametrallamientos desde las montañas.
“Estuvimos esperando tres horas para que nos brindaran el apoyo aéreo para sacar al compañero, quien estaba consciente, nos hablaba, pero no, nunca recibimos ayuda de las personas que supuestamente nos representan. Se nos murió”, sostuvieron los compañeros de Palechor, en el medio regional.
Semana informó que el traslado del uniformado no fue posible, ya que por medios terrestres no había garantías de seguridad para que enviar vehículos, mientras que por las condiciones climáticas en Popayán y Cali, no podían enviar una aeronave.
Incluso el director de la Policía Nacional, el general Henry Sanabria, envió sus condolencias a los allegados del policía muerto y se comprometió a llevar ante la Justicia a los responsables.
“Ofrendó su vida al servicio de los residentes en Colombia, enfrentando a la delincuencia. Los autores de este hecho serán sometidos al imperio de la ley. Que Dios brinde fortaleza y consuelo a su familia. #NosDerribanPeroNoNosDestruyen (sic)”, publicó en su cuenta oficial de Twitter.
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