A comienzos de este año, una de las varias metas que tenía la Secretaría de Hábitat era la de materializar un proyecto mediante el cual habría por lo menos tres barrios (la meta era cerrar el 2022 con tres) que pudieran aplicar varios principios clave para hacerle frente al cambio climático como el de, por ejemplo, hacer un uso eficiente del agua con aparatos ahorradores y sistemas que permitieran detener, retener y almacenar el agua de lluvia.
La meta era consolidar barrios que por ejemplo tuviera cargadores públicos para los aparatos celulares alimentados de energía solar, y que fueran espacios que priorizaran por ejemplo la siembra de especies polinizadoras para fomentar el regreso de las abejas para fomentar el retorno de las abejas al entorno urbano.
Recordando esta meta, y habiendo superado las expectativas, este viernes 30 de diciembre, con un recorrido por el territorio, un reconocimiento a los líderes del sector y una entrega de regalos a los niños, la secretaria del Hábitat, Nadya Milena Rangel, acompañada por el alcalde local, Diego Alejandro Maldonado, hizo entrega oficial a la comunidad el ecobarrio denominado, El Recodo, en la localidad de Fontibón.
Con este ya son cuatro los ecobarrios entregados durante la administración de Claudia López, sumándose a los de La Perseverancia, El Cortijo y El Regalo-La Cabaña. El gran diferencial del ecobarrio El Recodo es que sus habitantes, liderados por organizaciones sociales como: 1+ del Say, Club de guianza, Patrulleritos ambientales y Hogar de paso Gerontes, entre otras, han consolidado un importante número de acciones pedagógicas que buscan el cuidado y preservación del Humedal Meandro del Say.
Este ecobarrio cuenta con cuatro territorios entre los que se destacan el parque principal de El Recodo, el parque recreativo para mascotas, los jardines senderistas y el parque Búho Pirata, denominado así por los niños del sector en homenaje a un búho sabanero habitante del meandro que perdió uno de sus ojos y se ha convertido en el símbolo de los procesos pedagógicos que allí se adelantan.
En estos espacios, la secretaría instaló equipamientos que, por más de 366 millones de pesos, propiciarán las buenas prácticas ambientales como iluminación y puntos para recarga de teléfonos con energía solar fotovoltaica, sistemas de recolección de aguas lluvia, estaciones para mantenimiento de bicicletas, comederos para animales y puntos para la disposición de sus desechos y una plazoleta para presentaciones artísticas.
Con esta estrategia que reverdece la ciudad, promueve las prácticas sostenibles y favorece la interacción entre las comunidades, la administración distrital planea culminar su periodo en diciembre de 2023 con un total de ocho ecobarrios para el disfrute de la ciudadanía. ¡Esta es la Bogotá que estamos construyendo con mejores espacios públicos!
Ecobarrio La Perseverancia, el primero de todos
Para recordar la trayectoria de este modelo de barrios eficientes, vale la pena recordar que, en enero de este año, ya se estaba aplicando un plan piloto en el barrio La Perseverancia (que posteriormente se convirtió en el primer espacio eficiente de este tipo en la ciudad), y que por aquel entonces ya contaba con zonas en donde se estaban implementando obras de embellecimiento con mobiliario urbano eficiente, mecanismos de aprovechamiento de la energía solar, sistemas urbanos de drenaje sostenible, señalización, urbanismo táctico, contenedores multipropósito, decks de madera y siembra de especies polinizadoras.
Adicionalmente, hace ya casi 12 meses, el presupuesto era de $750 millones, y así se lo dijo uno de los coordinadores del mismo al periódico El Nuevo Siglo el pasado 21 de enero:
“Los ecobarrios son una propuesta de intervención de espacio público, en donde lo que buscamos es implementar prácticas sostenibles que ayuden en el marco de un proceso de diseño participativo con las comunidades, a incentivar el cuidado del medioambiente para mitigar los efectos negativos que tiene el cambio climático (...) Para sacar los dos ecobarrios que deberán iniciar este año hay un prepuesto de $750 millones y sacar adelante el proyecto en La Perseverancia tuvo un costo de $393 millones”, indicó en aquel entonces el subdirector encargado del proyecto, adscrito a la Secretaría del Hábitat, César Augusto Marín.
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