El ministro de Educación de Colombia, Alejandro Gaviria, ha revelado en los últimos días sus planes sobre infraestructura para las escuelas del país en 2023 y el resto del mandato del presidente Gustavo Petro. En medio de esas declaraciones, aseguró que dos de cada cinco escuelas de las zonas rurales no cuentan con el servicio de agua potable.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el 29 % de centros escolares de todo el mundo no tiene servicio de agua potable. La situación afecta a 546 millones de estudiantes, que deben limitarse de hacer cosas tan básicas como usar un inodoro o lavar sus manos durante la jornada escolar. Esto los expone a enfermedades y situaciones indignas —malos olores, manchas, incomodidad—.
Según Gaviria, esa es la situación de los asistentes al 40 % de escuelas rurales en Colombia, unos 957 mil niños, niñas y adolescentes. “Más de la mitad de esas escuelas rurales no tienen ningún tipo de mantenimiento desde hace 20 o 30 años, un porcentaje muy alto. Cerca del 40 % no tienen agua potable y ahí hay que hacer una gran inversión”, explicó el funcionario.
Para remediar situaciones como esta, el ministro aseguró que se invertirá aproximadamente 400.000 millones de pesos en infraestructura en 2023. “Esperamos que esto sea una inversión superior a un billón de pesos en los años que vienen: 2024, 2025 y 2026″, añadió Gaviria.
Para que se alcance ese grado de inversión, dijo, es necesario que se replantee el Fondo Financiero para la Infraestructura Educativa (FFIE), la cuenta para el Ministerio de Educación que se creó en 2015 para viabilizar y financiar proyectos para la construcción, mejoramiento, adecuación, ampliaciones y dotación de infraestructura educativa física y digital de carácter público en educación inicial, preescolar, educación básica y media, en zonas urbanas y rurales.
A él le parece viable este aumento en los recursos para la infraestructura porque ya hubo un aumento en el presupuesto para educación. “Recuerden que el presidente entrante encuentra un presupuesto ya armado y lo tiene que reajustar. En ese reajuste, este sector recibió 1,2 billones de pesos adicionales, una platica de eso en la que va para infraestructura”, señaló.
Con el aumento hipotético del FFIE, dijo Gaviria, se lograría hacer una revolución en la educación rural. “Ya hay 6.500 proyectos ya identificados, heterogéneos: algunos ya listos, otros que hay que ajustar. Esa es la base. Hay decenas de escuelas en los parques nacionales, ¿por qué no empezamos por ahí? Incorporar ese tipo de consideraciones también es importante”, explicó el ministro.
Añadió que está interesado en distribuir los recursos de infraestructura según un criterio de equidad regional: “o sea, en los municipios PDET, por ejemplo, vamos a hacer un énfasis particular”.
Cabe recordar que, el pasado miércoles 21 de diciembre, Gaviria habló sobre los objetivos principales de su cartera para 2023: medio millón de jóvenes más en la educación superior, PAE universal, mejorar la infraestructura —sobre todo en la ruralidad—, recuperar las pérdidas de aprendizaje causadas por la pandemia, y jornadas ampliadas con cultura y deporte.
Respecto a la infraestructura, el ministerio aseguró que dentro del Plan Nacional de Desarrollo, que debe radicarse en febrero del próximo año, se contempla la posibilidad de incluir artículos que buscan asegurar más recursos para que puedan ejecutar estas propuestas y a su vez, cambios legales que les permitan llevarlas a cabo.
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