Hace algunas semanas el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -ICBF- envió a la Guajira 50.000 unidades de bienestarina líquida para prevenir la desnutrición en niños y niñas en esta zona del país por orden de su directora Concepción Baracaldo Aldana, que en los últimos días ha estado envuelta en escándalos debido a sus declaraciones sobre el desconocimiento que tiene alrededor del tema de la infancia.
Ahora desde Magangué, departamento de Bolívar, donde se instaló la mesa comunitaria, el presidente Gustavo Petro habló sobre la decisión de luchar en contra de la desnutrición en el país con bienestarina, ya que considera que los niños y niñas del país deben ser alimentados de otras formas y que este producto sale muy costosa al importarlo, por lo que ese dinero debería ser invertido en la producción de alimentos agrícolas en el territorio.
“Cuando el ICBF entrega bienestarina está cometiendo un grave error, porque la bienestarina es productos importados al por mayor y la reparten a los niños, eso donde no se la roban. Pues no, para que lograr que los niños estén nutridos, lo que se tiene que lograr es que el territorio produzca la comida suficiente y no importarla”, dijo el mandatario en medio del evento.
Y agregó que el Estado colombiano debe hacer un esfuerzo por potenciar los productos que se pueden producir al interior del país: “Hoy la bienestarina debe estar costándonos ‘un ojo de la cara’ por estar importándola, cuando el territorio puede dar la alimentación; si el Estado ayuda, eleva la rentabilidad de los productos que se pueden conseguir en el territorio”.
Durante ese mismo espacio, el mandatario se refirió a la importancia de combatir la problemática de hambre en todo el territorio nacional, esto creando un sistema permanente de abastecimiento de alimentos para las poblaciones más vulnerables, sobre todo en temporadas donde el clima puede dañar los alimentos, como el invierno.
“Las medidas de urgencia no nos soluciona el problema. Nos sirve para paliar los días que estamos viviendo, sobrepasarlos, pero hay que establecer las medidas de más largo plazo, que nos permitan vivir bien, a pesar de que los inviernos empeoren”, agregó el mandatario, que además, habló sobre la posibilidad de hacer alianzas con negocios para que puedan vender productos de la canasta familiar más baratos en zonas vulnerables que en las grandes cadenas del país.
Recordemos que la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo -UNGRD-, a través de alianzas público-privadas, ha venido liderando la compra de alimentos, que luego se cocinan y se reparten en las comunidades vulnerables y afectadas por la emergencia invernal, como parte del programa ‘Hambre Cero’, una estrategia para garantizar la seguridad alimentaria.
El dinero es transferido por el Gobierno nacional, a través del Ministerio del Interior, a las Juntas de Acción Comunal, que se encargan de la administración del mismo. Los insumos y alimentos para las ollas deben adquirirse dentro de las mismas regiones con el fin de que se impulse la economía local en las regiones afectadas y así contribuir a su recuperación de forma rápida.
“No vamos a contratar pulpos empresariales de los carteles. Vamos a contratar directamente a la Junta de Acción Comunal. Le vamos a entregar, allí donde está el mapa del hambre en el barrio pobre, un dinero mensual”, indicó el presidente.
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