Se cumplen más de diez días de la última vez que se tuvo contacto con un grupo de migrantes, la mayoría venezolanos, que partió desde la isla de San Andrés con destino a Nicaragua, pero desapareció. En su búsqueda solo se han encontrado pertenencias de una de las pasajeras y en lo que sería parte del casco de la embarcación en la que se movilizaban.
La Organización Nacional de Salvamento y Seguridad Marítima de los espacios Acuáticos de Venezuela (Onsa) notificó que un pescador encontró lo que sería el casco semihundido del buque en el que se transportaban 24 personas, 21 de ellas de nacionalidad venezolana, y naufragaron la madrugada del 17 de diciembre.
Los restos del bote que se investiga si pertenecían a la embarcación de los migrantes fueron hallados a unas 6 millas náuticas de Puerto Limón, Costa Rica, que equivale a unos diez kilómetros de distancia, según reportó Onsa Venezuela el 27 de diciembre.
La organización civil también informó el 26 de diciembre que fueron encontrados un grupo de objetos personales que flotaban a la deriva, identificados presuntamente como pertenecientes a la ciudadana venezolana, Francis Nayarit Cuéllar Montilla, quien viajaba acompañada de su hijo menor de edad.
Lo que se encontró fue un bolso con parte de sus pertenencias, por lo que se mantiene la hipótesis de que la embarcación naufragó y parte de esta, junto con los objetos personales de las personas que se encontraban a bordo permanecen a la deriva en las aguas entre Nicaragua y Costa Rica, sin aún haber reporte de los cuerpos.
Onsa señala que iban 24 pasajeros, 21 venezolanos y ocho menores de edad, que abordaron una embarcación sin identificar de tipo artesanal, de color gris y monomotor, que no estaba preparada para el viaje de seis horas hasta Centroamérica.
Partieron a las 3:00 de la mañana desde San Andrés hacia Isla Maíz en Nicaragua, pero nunca llegaron al destino. Ese día se reportó la desaparición de la embarcación artesanal y se iniciaron las labores de búsqueda que hasta el momento no han dado resultados.
Al día siguiente, la Armada de Colombia se sumó a la búsqueda y reportó que eran al menos 17 personas desaparecidas, pero todo parece que eran más. Señaló que se habrían realizado movimientos de migración irregular en una embarcación ilegal hacia Centroamérica. Los pasajeros tendrían múltiples nacionalidades, pues se presume que algunos eran ecuatorianos, tailandeses e incluso se han mencionado a ciudadanos sirios.
“Estas personas, usualmente, se hacen a la mar en embarcaciones tripuladas por sujetos que emplean rutas no autorizadas, incumpliendo la normatividad marítima vigente y sin las mínimas condiciones de seguridad, con el fin de evadir los controles de las unidades de la Armada de Colombia, poniendo así en riesgo la vida e integridad de los migrantes irregulares”, indicó el Capitán de Navío Octavio Gutiérrez Herrera, Comandante del Comando Específico de San Andrés y Providencia.
Onsa estima que la zozobra de la embarcación se pudo producir por las condiciones meteorológicas que se reportaron en la zona tras zarpar, así como posiblemente por sobrepeso debido al número de personas y la capacidad del buque, como por otros criterios técnicos.
Se han desplegado acciones conjuntas con unidades de Guardacostas, de Superficie y Patrulleros de Aviación Naval para identificar el naufragio y recuperar a las personas junto con las autoridades de Costa Rica y Nicaragua. Desde la Armada señalan que continúan en acciones en el mar Caribe, tanto en búsqueda como para impedir estas prácticas ilegales, mientras hace un llamado a las personas a no hacer uso de ese tipo de embarcaciones.
En lo corrido del año, la Armada de Colombia ha salvaguardado la vida de 683 migrantes irregulares en aguas del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. En la última semana, han sido rescatados al menos 16 migrantes por emergencias en embarcaciones irregulares.
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