Los problemas que ha dejado el enfrentamiento entre dos de las bandas más temidas en Bogotá como lo son el Tren de Aragua y Los Camilo tiene un nuevo capítulo. Las dos bandas delincuenciales, que se han disputado el control del microtráfico en las calles de la capital del país, llevaron su guerra hasta el interior de la Unidad de Reacción Inmediata URI, de la localidad de Kennedy.
En un informe publicado por Noticias Caracol quedó en evidencia cómo los miembros de la temida banda del Tren de Aragua torturaban a detenidos de la organización criminal Los Camilo al interior de las celdas de la URI localizada al suroccidente de la ciudad.
Las torturas comenzaron con la captura de alias Matatombo, uno de los integrantes más peligrosos de la organización criminal del Tren de Aragua y que se convertiría en el jefe de las celdas de la URI. A partir de ese momento, cada miembro de Los Camilo que llegara a las celdas que Matatombo controlaba, sufriría cualquier tipo de suplicio como forma de extorsión a las familias de los capturados.
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En los videos publicados por Noticias Caracol se evidencia cómo los miembros del Tren de Aragua pedían fuertes cantidades de dinero a las familias de los otros reclusos para que no fueran lastimados. En una de las grabaciones, un hombre que, presuntamente, hacía parte de Los Camilo, era torturado hasta perder varios dedos de su manos, incluso, Héctor Rojas, periodista de Caracol, explica que el tormento terminaba sólo cuando la persona quedaba en estado de inconsciencia por los golpes.
Aunque la responsabilidad de la seguridad de los reclusos al interior de las Unidades de Reacción Inmediata es de la Policía, se tienen registros de por lo menos tres personas torturadas al interior de las celdas ubicadas en Kennedy.
El modo en el que operaban al interior del recinto era que alias Matatombo ordenaba la tortura de los capturados que llegaban a la URI y, una vez se tuvieran los videos con las grabaciones de los golpes, las heridas y el sufrimiento que le causaban a los detenidos, se les solicitaba un dinero a manera de extorsión a las familias de los reclusos.
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Una vez se conoció la primer tortura, la Fiscalía General de la Nación comenzó una investigación para determinar qué pasaba al interior de los calabozos de la URI, donde ni los mismos policías que custodiaban las celdas tenían permitido el ingreso.
Dentro de la investigación adelantada por la Fiscalía, se encuentra el reporte de un hombre que fue obligado a permanecer ocho días en un espacio no mayor a un metro con ochenta centímetros, donde no se le permitía ingerir ningún tipo de alimento ni salir, y al que se le exigía un pago de cinco millones de pesos para no ser asesinado.
El último caso que se conoce de torturas contra miembros de Los Camilo, es el de un adulto mayor que al tercer día de haber llegado a la URI fue herido en dos oportunidades con arma cortopunzante.
Todos estos hechos tan solo son un episodio más en el enfrentamiento de dos bandas criminales que, en su afán por ganar la disputa por el control del microtráfico en las calles de la capital, trasladaron su guerra a las celdas donde están dispuestos a eliminarse para seguir reinando en Bogotá.
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