Este es “Pescadito”, el sicario más joven de Colombia, capturado por las autoridades en Bogotá

Andrés Leonardo Achipiz Bolívar cayó junto a 34 presuntos delincuentes integrantes del grupo delincuencial conocido como “Los Camilo II”. Las autoridades lo relacionaron con varios homicidios y delitos ocurridos en cuatro localidades de la capital

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Imagen de referencia. Foto: archivo
Imagen de referencia. Foto: archivo particular

En el 2013 el país se impresionó con cierto horror al conocer la historia de Andrés Leonardo Achipiz Bolívar, mejor conocido como ‘Pescadito’, un joven de 19 años en esa época y que tenía la escalofriante cifra de 35 homicidios cometidos, convirtiéndose en el asesino serial más joven del país.

Pescadito que al ser capturado solamente tenía 12 de los 35 cargos por homicidio, pagó una condena en un centro penitenciario hasta el 16 de diciembre del 2020, de donde salió tras haber solamente cumplido siete años de condena.

Tras su vuelta a la libertad Achipiz Bolívar, volvió a los delitos en el sur de la ciudad, siendo uno de los criminales que azotaba con más rudeza la capital, cometiendo varios delitos entre ellos el secuestro de tres personas el 26 de junio en el municipio de Soacha. El mayor despliegue de sus rentas criminales las tenía en las localidades de Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa y Tunjuelito.

Pero sus operaciones criminales acabaron tras el anuncio de la Fiscalía General de la Nación, que indicó que en conjunto con la SIJIN de la Policía metropolitana de Bogotá, fueron capturados 22 presuntos integrantes de la organización delictiva ‘Los Camilos’, dedicada a actividades de narcotráfico y homicidios selectivos en el suroccidente de Bogotá y Soacha, Cundinamarca.

Dentro de los procedimientos se incautaron más de 8 millones de pesos, 3 armas de fuego, cerca de 7.000 dosis de estupefacientes, 15 celulares, 1 vehículo y 2 motocicletas. Además, fueron interceptadas más de 100 líneas telefónicas y se activaron agentes encubiertos para conocer las entrañas de la organización e identificar los roles de los señalados integrantes.

Según con información revelada por la Fiscalía, entre los detenidos está Andrés Leonardo Achipiz Bolívar, alias Pescadito, de ahora años de edad quien habría asumido el control de la estructura luego de la captura de la principal cabecilla, alias Camilo.

De igual manera, las autoridades han intervenido sus redes de distribución de estupefacientes en las localidades de Bosa, Kennedy y Tunjuelito, en Bogotá; y en los barrios Ciudad Verde y León XIII, en Soacha, Cundinamarca.

Vale recordar que, en noviembre de 2021, el máximo cabecilla y uno de los sicarios de esta estructura, identificado como Néstor Aguirre, alias Camilo, fue capturado y judicializado junto a otros de sus señalados colaboradores. Contra este hombre se obtuvo recientemente condena de 27 años de prisión.

Gracias a la investigación y con los resultados obtenidos contra ‘Los Camilos’ en el último año, desde la captura de su cabecilla principal, han sido esclarecidos cerca de 50 homicidios selectivos.

‘Los Camilos’ basaban su negocio criminal en tener el control de la venta de estupefacientes en las zonas de Bogotá y Tolima antes mencionadas, ese mandato en el territorio lo lograron a través del miedo y los homicidios. Según los investigadores de la Fiscalía, si en dichas zonas se detectaba que alguien más estaba comercializando sustancias ilegales, esta persona sería asesinada por algún integrante de esta banda.

Los homicidios eran ordenados, aparentemente, por Aguirre, a quien sus subalternos le llevaban la información de otras bandas delincuenciales que estaban intentando vender en estas zonas. El cabecilla mandaba a sus trabajadores a realizar seguimientos a los otros delincuentes y luego los asesinaban.

Pero estos asesinatos no eran cometidos por cualquier integrante de la banda, puesto que dentro del grupo criminal habían diferentes roles y hasta unos precios establecidos por la ‘calidad de la víctima’, esto quiere decir que un delincuente podía recibir entre $100.000 y hasta $5.000.000 de pesos, dependiendo a quién hubiera asesinado. Lo que los investigadores pudieron establecer es que el precio más alto era por los cabecillas de otras bandas criminales.

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