La lectura es una oportunidad para conocer paisajes y parajes desconocidos, ver la vida de otros, experimentar aventuras, reír, llorar, pelear... En suma, disfrutar de la complejidad de la vida. Sin embargo, para muchas personas experimentar y disfrutar de un libro no es posible. Ya sea porque no cuenta con la posibilidad de acceder a bibliotecas públicas, por las exigencias de la cotidianidad o porque simplemente no lo disfruta.
Para atajar estas problemáticas, el día 22 de diciembre se hizo lanzamiento de la Política Pública de Lectura, Escritura y Oralidad de Bogotá La LEO). El evento se inició a las 9:00 a.m. en la Biblioteca Pública Virgilio Barco con el propósito “garantizar derechos educativos y culturales, fundamentales para el ejercicio de una ciudadanía plena y democrática”. Su vigencia se extendería hasta el 2040.
Esta política pública busca subsanar la falta de oportunidades de los bogotanos para participar en los circuitos y prácticas de escritura. Su implementación espera un aumento en el porcentaje de lectura en la capital del país. Adicionalmente, la propuesta cuenta con un carácter interinstitucional, de forma que se fomentará la articulación con los sectores de educación, mujeres, planeación, cultura, integración social, gobierno, seguridad, desarrollo económico y salud.
“La LEO será una política pública con una perspectiva de inclusión desde el acceso universal y desde el abordaje de enfoques de derechos humanos, poblacional-diferencial, territorial, ambiental y de género. Es la primera política pública del sector que se diseña centrada en sus beneficiarios con una inversión de $256 mil millones para el sector Cultura”. Señalo la secretaría de cultura de Bogotá, Catalina Valencia.
Esta política se desarrollaría a través de seis ejes: Las prácticas de lectura, escritura y oralidad; la cultura digital; el desarrollo humano; la condición lectora; las prácticas expansivas, y los enfoques de derechos, género y diversidad sexual, poblacional-diferencial (grupos étnicos, personas con discapacidad y curso de vida), territorial y ambiental.
El proceso incluyó un ejercicio de diagnóstico que hace un análisis de los últimos 20 años de acciones de política pública alrededor de la lectura, la escritura y la oralidad en la ciudad, un proceso de agenda pública en el que se desarrollaron 40 espacios de participación ciudadana con 12 grupos poblacionales y el diseño e implementación de la primera encuesta de lectura, escritura, oralidad y espacios de lectura en la que participaron más de 3.500 personas”, precisó Rafael Tamayo, director de lectura y bibliotecas de la Secretaría de Cultura.
Algunos de los principales resultados de la Encuesta de Lectura, Escritura, Oralidad y espacios de lectura desarrollada por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte exponen que la pandemia modifico los hábitos de lectura en Bogotá, pues entre el 2021 y el 2022 los bogotanos leyeron en promedio 4,6 libros por año, tanto en formato físico como en digital; superando la media nacional de 2,7 está cifra fue revelada por la Cámara Colombiana del libro en abril pasado.
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Por otra parte, el documento de exposición de motivos revela otros datos de interés, entre ellos que: De las 37 librerías independientes presentes en la ciudad, 33 se encuentran en el centro; solo el 35, 4 % de los bogotanos había visitado una biblioteca pública, según los datos de la encuesta nacional de lectura, o que según los resultados de las pruebas PISA de 2018 Bogotá está por debajo del promedio en el nivel de competencias de lectura de los países de la OCDE.
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