Día 6 de la Novena de Aguinaldos: oraciones, gozos y villancicos para el 21 de diciembre

Ya faltan pocos días para la llegada del niño Dios, en Colombia, con oración y cantos tradicionalmente, las familias aclaman por el esperado nacimiento

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Noviembre 13 de 2019. El
Noviembre 13 de 2019. El parque Mundo Aventura inaugura el pesebre mecánico más grande de Bogotá. COLPRENSA (Camila Díaz).

Según la Iglesia católica, una de las novenas más importantes históricamente ha sido la de preparación a la Navidad, celebrada desde la edad media en España y Francia, para rememorar el embarazo de la Virgen María. El ritual llegó desde Europa a Colombia con la colonización y, desde entonces, convoca a familias y amigos todos los años.

Cuenta la Red Cultural del Banco de la República que el fraile ecuatoriano Fernando de Jesús Larrea (1700 - 1733) fue quien comenzó a escribirlo, cuando apenas tenía 25 años de edad, por encargo de la señora Clemencia de Jesús Caycedo Vélez, quien fundó el conocido colegio La Enseñanza, en Bogotá.

Lo que la mujer quería era un libro para rememorar la llegada al mundo del Niño Dios, así como los días previos a ella, como el recorrido de los tres reyes magos desde el Oriente para llegar a Belén y celebrar el nacimiento de Jesús. Así, pues, se creó no solo el cántico del “Dulce Jesús Mío”, sino la Novena, que se celebra solo en Ecuador y Colombia, salvo algunas poblaciones de Venezuela.

Desde el 16 de diciembre inicia esta tradición y cada día las familias colombianas se reúnen para orar frente a la llegada del niño Dios, que nacerá el 25 de diciembre a la medianoche.

Hoy se celebra el sexto día de este homenaje, a continuación les dejamos el orden del día, los cánticos y las oraciones:

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que le diste en vuestro hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicando por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. (Gloria al Padre –3 veces).

Intención del día 6

Jesús había sido concebido en Nazaret, domicilio de José y María, y allí era de creerse que había de nacer, según todas las probabilidades. Mas Dios lo tenía dispuesto de otra manera y los profetas habían anunciado que el mesías nacería en Belén de Judá, ciudad de David. Para que se cumpliese esa predicción, Dios se sirvió de un medio que no parecía tener ninguna relación con este objeto, a saber la orden dada por el emperador Augusto, que todos los súbditos del imperio romano se empadronasen en el lugar de donde eran originarios. María y José, como descendientes que eran de David, no estaban dispensados de ir a Belén. Ni la situación de la Virgen Santísima ni la necesidad en que estaba José del trabajo diario que les aseguraba la subsistencia, pudo eximirles de este largo y penoso viaje, en la estación más rigurosa e incómoda del año.

No ignora Jesús en que lugar debe nacer e inspira a sus padres que se entreguen a la Providencia, y que de esta manera concurran inconscientemente a la ejecución de los designios. Almas interiores, observad este manejo del Divino Niño, porque es el más importante de la vida espiritual; aprended que quien se haya entregado a Dios ya no ha de pertenecerse a sí mismo, ni ha de querer a cada instante sino lo que Dios quiera para él; siguiéndole ciegamente aun en las cosas exteriores, tales como el cambio de lugar donde quiera que le plazca conducirle. Ocasión tendréis de observar esta dependencia y fidelidad inviolable en toda la vida de Jesucristo, y este es el punto sobre el cual se han esmerado en imitarle los santos y las almas verdaderamente interiores, renunciando absolutamente a su propia voluntad.

Pesebre en Bogotá- COLPRENSA -RAÚL
Pesebre en Bogotá- COLPRENSA -RAÚL PALACIOS)

Oración a la Santísima Virgen María

Soberana María que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. ¡Oh dulcísima madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Avemaría –3 veces).

Oración a San José

¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos misterios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. (Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria al padre).

Gozos

Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado.

Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano;

que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos,

Niño tan precios, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño.

Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo.

Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano.

Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado.

Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos.

Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz.

Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

Oración al Niño Jesús

Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria.

Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no que dará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

Villancico

El Tamborilero

El camino que lleva a Belén

baja hasta el valle que la nieve cubrió.

Los pastorcillos quieren ver a su rey,

le traen regalos en su humilde zurrón

Ropoponpon, ropoponpon

Ha nacido en un portal de Belén

El niño Dios

Yo quisiera poner a tus pies

algún presente que te agrade, Señor,

mas tú ya sabes que soy pobre también

y no poseo más que un viejo tambor

Ropoponpon, ropoponpon

En tu honor frente al portal tocaré

Con mi tambor

El camino que lleva a Belén

Yo voy marcando con mi viejo tambor

Nada mejor hay que te pueda ofrecer

Su ronco acento es canto de amor

Ropoponpon, ropoponpon

Cuando Dios me vio tocando ante él,

me sonrió

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