Con una inversión de 52 mil millones de pesos, este fin de semana, arrancó el plan piloto de las puertas anti evasores en el sistema de Transmilenio. Con la instalación de 8 puertas en la estación de la Calle 63 ubicada en la troncal de la Caracas, estas serán las primeras de 693 puertas que se irán reemplazando en lo corrido del año entrante.
Con la intención de disminuir el número de colados por los accesos laterales, este era un plan que la empresa de Transmilenio venía formulando desde mediados de año y que tenía proyectado poner en marcha antes de que concluyera el año.
De hecho, en una entrevista que el entonces gerente, Álvaro Rengifo, le concedió a El Nuevo Siglo en junio de este año, aseguró que la estrategia para hacerle frente a la evasión estaría centrada en la instalación de estas puertas y de un ejercicio de cultura ciudadana. “Esperamos comenzar con el piloto de las puertas anti evasión en el último trimestre del año, pues necesitamos que todos los usuarios paguen. La evasión no es una manera de protestar y el vandalismo le costó al sistema $20 mil millones”.
Así mismo, el promedio de pérdidas anual que tiene la empresa de Transmilenio es de entre $220 mil millones y $300 mil millones al año, cifra con la que se podría construir uno o dos Transmicable como el de Ciudad Bolívar.
En cuanto a las nuevas puertas, el sistema de transporte aseguró que son más pesadas, tienen mayor calibre y nueva tecnología. Cuentan con un sistema de bloqueo y rieles superiores e inferiores y estarán conectadas a un centro de gestión que monitoreará las fallas que se puedan presentar.
No obstante, usuarios de esta estación no son optimistas frente a este cambio, e insistieron en que mientras no se genere cultura ciudadana alrededor del sistema, ninguna puerta evitará que haya colados.
“En las dos ocasiones que pasé por acá las puertas estaban abiertas. Yo no creo que vaya a haber ningún cambio, porque la gente, de todas formas, las abre a las malas. No le veo viabilidad a este nuevo sistema porque la cultura de la ciudad está muy mal manejada. Así cambien las puertas, la gente no tiene la cultura de pagar y se van a seguir colando”, indicó uno de los usuarios.
Adicionalmente, en los portales de las Américas, 20 de julio y las estaciones de Molinos, San Victorino, Patio Bonito y León 13, gestores de convivencia de Transmilenio y la Policía Metropolitana de Bogotá llevaron a cabo acciones de registro para evitar el hurto, y además desarrollaron un diálogo persuasivo con los usuarios sobre la evasión.
Por qué hay evasión en Bogotá
Ahora, ¿Por qué hay evasión en Bogotá? En septiembre de este año, Probogotá hizo un análisis sobre evasión y determinó que ya está plenamente identificado que la primera forma de evasión se realiza a través de los torniquetes, seguido de las barreras de control de acceso de discapacidad (BCA) y por las puertas laterales.
También es claro, gracias a un estudio que hizo la Universidad de los Andes, que el 90,4% de los evasores son menores de 40 años, el 72,2% son menores de 28, el 67% no tiene formación profesional y el 85% gana menos de 800 mil pesos al mes.
El estudio también determinó que las principales razones para evadir el pago del pasaje son, primero, que el ciudadano sabe que su acción no tendrá mayor repercusión; segundo, el elevado costo de la tarifa (y cómo está no se compadece con los ingresos de los estratos más bajos); tercero, la calidad del servicio. En cuarto lugar, está la permisividad frente al trabajo informal y la mendicidad dentro del sistema, y, en quinto lugar, está la falta de institucionalidad que haga cumplir las sanciones impuestas a los ciudadanos que son abordados al momento de cometer la infracción.
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