Colombia protagonizó la Alianza de Aceleración para frenar la pérdida de biodiversidad

En el marco de la COP 15, que hoy llega a su final en Montreal, Canadá, Colombia logró unir a 17 países con el objetivo desarrollar efectivamente sus Estrategias Nacionales de Biodiversidad y Planes de Acción (EPANB)

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Las extinciones en cascada de
Las extinciones en cascada de especies son inevitables. Un estudio basado en modelos, señala que la Tierra perderá una media de hasta el 10 % de sus animales y plantas para 2050 debido al uso del suelo y el cambio climático.

Con una asistencia masiva en la Décimo Quinta Conferencia de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP15), el ‘NBSAP Accelerator Partnership’ se hizo realidad.

La alianza presentada por la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad es considerada como el mecanismo de aceleración que apoyará la consecución de nuevos objetivos, metas y acciones globales de 17 países con el fin de hacerle frente a la pérdida de biodiversidad.

Para ello se dispondrá de recursos financieros y no financieros que permitirán dar inicio a la implementación temprana del Marco Post 2020. Para lograrlo, países como Alemania y Noruega se unieron aportando 29 millones de dólares y dos millones de dólares respectivamente, lo que garantiza tres años de implementación asegurada.

“Este acelerador (NBSAP Accelerator Partnership) construido por Colombia permite que, rápidamente, los países miembros de esta Alianza y que tienen una ambición alta de protección de la biodiversidad y cambio climático, puedan formular programas ambiciosos y puedan encontrar los recursos para implementarlos”, afirmó la ministra Susana Muhamad durante el lanzamiento de este mecanismo en la COP 15.

En ese sentido, el trabajo se enfocará en identificar las necesidades y vulnerabilidades de los países en desarrollo en la pérdida de Biodiversidad y el acelerador brindará apoyo con los recursos y ayuda de los donantes como el banco multilateral, el sector privado y otros actores con potencial para invertir en estas prioridades.

Al respecto, Sandra Valenzuela, Directora Ejecutiva de WWF Colombia, no solo destacó el liderazgo del país en este tipo de acciones sino que a la vez se refirió a este acelerador como “una importante iniciativa, que busca conectar y promover inversiones que beneficien a las comunidades hacia el desarrollo de economías legales, regenerativas, basadas en la naturaleza y que protejan nuestra biodiversidad. Celebro esta noticia en un momento en el que el mundo espera que se defina en esta COP15 un Marco Global de Biodiversidad ambicioso, que asegure el bienestar de las personas y la naturaleza”, dijo.

Alemania, Antigua y Barbuda, Australia, Belize, Chile, Unión Europea, Gabón, México, Países Bajos, Noruega, Eslovenia, España, Suiza, Reino Unido y Vanuatu, entre otros, ya hacen parte del NBSAP Accelerator Partnership que será vital para implementar el Marco Post 2020 una vez sea adoptado en la COP15.

La ministra de Ambiente y
La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia asistió a la COP 15 en Montreal, Canadá.

Del acelerador al Acuerdo de Kunming-Montreal

Si bien, el ‘NBSAP Accelerator Partnership’ ha sido una iniciativa que se lanzó en el marco de la COP15 de biodiversidad, el Acuerdo de Kunming-Montreal es el resultado final de varios días de negociaciones entre líderes de varios países del mundo que después de dos años de retraso, tras la pandemia, hoy establecen nuevas reglas de juego para frenar la pérdida de biodiversidad para el año 2030, una meta que obliga a mantener a raya el calentamiento global, por debajo de los 1.5 grados centígrados.

En ese orden de ideas, el acuerdo comprende un panorama holístico de la situación actual y en tal medida le apunta a conservar al menos 30 % de la tierra, el agua dulce y los océanos del mundo, poniendo por delante los derechos de las comunidades locales e indígenas, que los habitan.

Pero no todo es color de rosa. Si bien los objetivos son muy claros, WWF ha alertado sobre la necesidad de implantar medidas estrictas que permitan que esto se haga una realidad desde cada uno de los los 196 países involucrados, pues si bien llegar a un acuerdo mundial puede marcar la guía de ruta para detener la pérdida de biodiversidad, la garantía está dada por las acciones reales de los gobiernos, las personas y las empresas.

“El acuerdo representa un hito importante para la conservación de nuestro mundo natural, y la biodiversidad nunca ha estado en un lugar tan alto en la agenda política y empresarial, pero puede verse socavado por una implementación lenta y falta de movilización de los recursos prometidos. También carece de un mecanismo obligatorio para que los gobiernos adopten medidas más ambiciosas si no se logran los objetivos. Ahora tenemos que ver la implementación inmediata de este acuerdo, sin excusas ni retrasos: la naturaleza y todos los que dependemos de ella para nuestro sustento, economía y bienestar hemos estado esperando demasiado, ya es hora que la naturaleza prospere de nuevo. Los gobiernos han escogido el lado correcto de la historia en Montreal, pero la historia nos juzgará si no cumplimos la promesa que hicimos hoy”, dijo Marco Lambertini, director general de WWF Internacional.

A dicha crítica se suma la ambigüedad sobre el objetivo numérico para reducir la insostenible huella de carbono de la producción y el consumo, pues al final el trabajo de traducir el acuerdo para incluirlo en planes nacionales y políticas proporcionales con la escala de la crisis de la naturaleza estará solo en manos de los gobiernos.

En esa medida, si bien el Acuerdo cuenta con zonas grises, su firma fue celebrada como un gran paso por la biodiversidad, pues compromete a los gobiernos a eliminar los subsidios perjudiciales para la naturaleza y los obliga a aumentar los recursos financieros de todas las fuentes en 2030, movilizando al menos 200 mil millones de dólares por año y dándole la oportunidad a la naturaleza de recuperarse en medio de un contexto de división geopolítica y desigualdad.

La sabana brasileña alberga miles
La sabana brasileña alberga miles de especies que no se encuentran en ningún otro lugar. Pero están desapareciendo para dar paso a gigantescas granjas industriales. Cada año, un millón de hectáreas se convierten en tierras agrícolas, la mayoría para cultivar soya para alimentar cerdos y pollos. Gran parte de la deforestación está siendo impulsada por la especulación de la tierra, con tierras vírgenes compradas a bajo precio de pequeños propietarios y luego taladas y utilizadas para pastoreo.

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