La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) realizó una intervención forense en el cementerio municipal de Puerto López, Meta, donde recuperaron 14 cuerpos. Los cadáveres podrían corresponder a civiles y personas que fueron presuntamente reclutadas por grupos paramilitares y después las catalogaron como desaparecidas durante el conflicto armado en Colombia.
La acción humanitaria contó con el apoyo del Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda (COFB) y hace parte del Plan Regional de Búsqueda del Meta — Región Centro-Oriente. Los familiares también participaron en la intervención forense, debido a que esperan saber el paradero de sus seres queridos. “Se presumen podrían estar inhumados en este camposanto de Puerto López”, detalló la UBPD en un comunicado de prensa.
En este municipio del Meta existe un registro de 267 personas dadas por desaparecidas en el contexto del conflicto armado. El departamento, por su parte, es el segundo con el mayor número de víctimas por este delito, con 8.755 casos; detrás de Antioquia, que tiene 23.077.
Por esta razón, la intervención del cementerio se dividió en dos fases: la primera fue entre el 6 y el 11 de diciembre y realizaron las acciones en 11 sitios de interés forense; mientras que la segunda se realizará durante el primer semestre de 2023.
“Esperamos un avance en la identificación, recuperación y que pronto acompañemos las entregas dignas de estas personas a sus familias”, precisó César Santoyo Santos, del COFB.
También resaltó que la intervención es clave para esclarecer la verdad de los desaparecidos en el centro-oriente del Meta entre 1997 y 2005. Gracias al Plan Regional de Búsqueda del Meta — Región Centro-Oriente, se identificaron 25 sitios de interés forense en el cementerio municipal. “Podrían estar inhumados 32 cuerpos sin identificación o con identificación orientada, y que posiblemente correspondan a víctimas de reclutamiento y desaparición”, sostuvo la Unidad de Búsqueda.
Las víctimas y el proceso reparador
La UBPD destacó dos casos en los que las familias colombianas aún esperan saber de sus seres queridos desaparecidos y qué pasó con ellos. Se trata de un joven afrocolombiano minero oriundo del pacífico —cuya identidad no mencionaron— y de Rubén Darío Groso Manchay, un adolescente de 14 años que vivía en Tauramena, Casanare.
La primera víctima se remonta a marzo de 2002, cuando fue visto por última vez por sus familiares. De acuerdo con la investigación humanitaria y extrajudicial de la UBPD, el joven de 23 años salió de su casa con la promesa de un empleo como recolector de café, pero terminó reclutado por un grupo paramilitar. “Su fallecimiento ocurrió en julio de 2004 en medio de unas hostilidades registradas en Puerto López”, puntualizó la entidad.
El caso de Groso Manchay sucedió en 1992, cuando fue reclutado por un grupo paramilitar mientras visitaba a unos primos y a su madre en la vereda en la que vivían. La Unidad de Búsqueda indicó que seis años después, sus familiares recibieron un telegrama del Instituto Nacional de Medicina Legal que les cambió sus vidas: “les informaban que el cuerpo de Rubén Darío posiblemente estaba inhumado en el cementerio de Puerto López”.
Martha Lucía Groso, hermana de Rubén Darío, agradeció el apoyo que le brindó la UBPD. “Muchas gracias porque ellos fueron muy perseverantes con nosotros”, precisó la víctima y mencionó que “fueron los primeros con los que nosotros pudimos contactar para hoy estar aquí sacando a mi hermano”.
Vale indicar que hubo otro evento además de la intervención forense. Se organizó un acto de memoria por las víctimas de reclutamiento y desaparición en Puerto López, Meta: “Las organizaciones defensoras de derechos humanos lideradas por la Unidad de Búsqueda rechazaron las violaciones perpetradas en esa región del país”, expuso la entidad.
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