Operación Berlín: Los menores reclutados que murieron bajo el fuego que debió salvarlos

En medio de los combates entre Fuerzas Armadas y los grupos armados ilegales murieron muchos menores que peleaban una guerra de la que eran víctimas

La Comisión de la Verdad estableció que 64.084 menores de edad murieron por causa del conflicto armado entre 1985 y 2018 (Infobae - Jesús Avilés)

El volumen ‘No es un mal menor: niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado’ del Informe Final de la Comisión de la Verdad recogió 2.744 testimonios de personas que, en su momento, fueron menores de edad víctimas del conflicto armado del país ya fuera por desplazamiento, amenazas, tortura, abandono o reclutamiento.

Sin embargo, no se puede evitar pensar en todas aquellas voces que no alcanzaron a ser escuchadas por la CEV porque fueron víctimas mortales del conflicto. Dentro de las maneras más dolorosas en las que murieron los menores reclutados, se encuentran aquellos que cayeron en combate, quienes fueron dados de baja por las balas de las Fuerzas Armadas, de quienes se esperaba que los rescataran del reclutamiento forzado.

Los datos recopilados en el documento dan cuenta de que, entre 1990 y 2017, por lo menos 16.238 menores de dieciocho años fueron víctimas de reclutamiento: 11.314 hombres (69,7 %) y 4.924 mujeres (30,3 %). Además, 64.084 menores de edad murieron por causa del conflicto armado entre 1985 y 2018.

Existieron muchas estrategias por parte de los grupos armados para reclutar menores, desde las amenazas y el secuestro, hasta la manipulación emocional o las falsas promesas de un mejor estilo de vida. Pero también se señala que la estigmatización ejercida por parte del Ejército Nacional hacia los menores campesinos que vivían en zonas donde los grupos guerrilleros tenían control, los motivó a enlistarse en la lucha insurgente.

El reclutamiento forzado convirtió a los menores en actores de una guerra que no era suya, empuñando un fusil o aprendiendo sobre explosivos, pero también siendo la carne de cañón que primero caía en los combates con la Fuerza Pública. Paradójico era, que los uniformados de las Fuerzas Armadas, tenían que combatir para rescatar a aquellos menores que murieron bajo sus armas.

Un informe de la Defensoría del Pueblo detalla que en el 84,3 % de los casos, las niñas, niños y adolescentes reclutados combatieron; en el 74,8 % participaron en emboscadas; en el 72,5 %, en labores de inteligencia; en el 61,5 %, en tomas armadas; en el 45,5 %, en fabricación e instalación de explosivos, y en el 44,6 %, en acciones relacionadas con el orden público.

Así se dio la Operación Berlín

Para hablar de casos en los que menores de edad reclutados por las Farc perecieron bajo el fuego de la fuerza pública, hay que hablar de la Operación Berlín, un operativo realizado por la Quinta Brigada del Ejército Nacional cerca al páramo de Berlín, Santander.

Sucedió entre el 19 de noviembre de 2000 y el 5 de enero de 2001, justo cuando las Farc-EP llevaban a cabo unos diálogos de paz con el gobierno Pastrana y se creó la zona de distensión de San Vicente del Caguán. Robinson, reclutado a los 15 años, señaló que durante esa época los guerrilleros “tuvieron toda la libertad para operar porque no tenían quién los molestara. Ahí fue cuando recogieron bastantes muchachos. Si sumercé tenía dos niños grandes se le llevaban uno. Esa era la ley”, le dijo a la Comisión.

El objetivo de la operación, según detalló el Ejército Nacional, era desmantelar la columna móvil Arturo Ruíz de las FARC, la cual a su vez buscaba reforzar su control en la zona del Catatumbo. Datos de la CEV recopilados gracias a los testimonios e informes de los firmantes de paz dan cuenta de que estaba conformada por 362 integrantes, de los cuales, según diversas fuentes documentales, 141 eran menores de 18 años.

Esta información no la ignoraba el Ejército Nacional. Según la CEV, las autoridades conocían los riesgos para los niños y niñas que estaban reclutados; sabían que, por lo menos, 150 integrantes de la columna tenían entre catorce y diecisiete años, esto se los había revelado Robinson en un interrogatorio, luego de que lograra escapar de la guerrilla.

Mientras los guerrilleros se movían entre campamentos, Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’ llegó al campamento El Borugo, a dar un saludo a las tropas y advertirles que en su paso por el Catatumbo varios podían morir en combate. “Me han preguntado si yo no percibía que había mucho menor cuando fui a dar el saludo; realmente yo no iba como en esa tónica, sino a intercambiar con la dirección y hacer un saludo general a la gente”, señaló el ahora presidente del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

En este panorama, los menores se encontraban entre las FARC y el Ejército Nacional, mientras los primeros querían que combatieran por sus ideales, los militares los veían como guerrilleros rasos, sin considerar las condiciones o motivos que los habían llevado a enfilarse en la guerrilla. La Comisión señaló que durante la operación, algunas niñas, niños y adolescentes fueron asesinados por la Quinta Brigada luego de haberse entregado o de alzar las manos en señal de rendición.

“En el desarrollo de la operación Berlín, las niñas, niños y adolescentes que integraban la CMAR fueron asesinados, bombardeados y maltratados, aun cuando se hallaban en estado de indefensión y a sabiendas de que eran personas menores de dieciocho años”, se lee en el tomo.

Por su parte, la información que difundió el Ejército Nacional señaló que la acción militar permitió que “se recuper[aran] cerca de 57 menores de edad de las filas de las FARC-EP, capturaran [a] más de cien guerrilleros y neutralizaran otros setenta”. Mientras que un informe del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses señaló que de las 78 necropsias realizadas, identificaron que 28 eran de niñas, niños y adolescentes, seis de ellos con estallido craneal, lo que significa que fueron asesinados en estado de indefensión.

A pesar de estos aspectos que daban cuenta de los excesos del Ejército Nacional, el 13 de febrero del 2001, el entonces presidente de la República, Andrés Pastrana Arango, condecoró a 36 miembros de la Fuerza Aérea Colombiana; al brigadier general Martín Orlando Carreño, comandante de la Quinta Brigada del Ejército, y a los 2.944 militares que participaron en la operación Berlín.

Incluso después de la firma del Acuerdo de Paz, en 2016, esta situación se ha repetido. La más reciente, se dio en el 2021 durante el gobierno del expresidente Iván Duque, cuando el Ejército Nacional llevó a cabo un bombardeo a las disidencias de las FARC-EP en zona rural de Calamar, Guaviare.

Aunque el ataque estaba dirigido hacia el mayor líder de las disidencias de las Farc en el Guaviare, alias Gentil Duarte, en el suelo quedaron tendidos los cuerpos de doce niñas, niños y adolescentes reclutados. Nuevamente, las Fuerzas Armadas defendieron el ataque como legítimo, a pesar de conocer la posibilidad de que hubieran menores, y hasta el entonces ministro de Defensa, Diego Molano, señaló que quienes fallecieron eran “jóvenes reclutados y convertidos en máquinas de guerra”.

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