Aunque poco después de que se conociera la decisión de los alcaldes de las ciudades capitales (agremiados en Asocapitales), de incrementar las Tarifas de Transporte Público Masivo, “únicamente en la variación anual del IPC a noviembre de 2022, que equivale al 12.53%”, la Alcaldía Mayor de Bogotá tuvo que advertir, un par de horas más tarde, que para el sistema de TransMilenio aún no se había fijado un valor definitivo.
“En este momento, el equipo técnico de la Secretaría de Movilidad y Transmilenio está analizando las diferentes variables para determinar las tarifas del sistema Integrado de Transporte Público, que aparte de los costos de operación del Sistema, siempre tiene en cuenta la inflación, el incremento del salario mínimo mensual legal vigente y la inclusión de tarifas diferenciales para usuarios vulnerables tales como la población beneficiaria de Sisbén, los adultos mayores y las personas en condición de discapacidad, entre otras variables que influyen. El valor exacto de la tarifa se dará a conocer a final de año”, indicó este viernes 16 de diciembre la Alcaldía de Bogotá.
No obstante, si el lineamiento de Asocapitales se aplica a la tarifa actual, la realidad es que el tiquete de TransNilenio quedará rondando los 3.000 pesos, lo que despertó varias voces de oposición desde el Concejo de Bogotá, mientras que otros cabildantes plantearon alternativas para que estas alzas no sean tan duras para los contribuyentes.
Luchar efectivamente contra la evasión
Por ejemplo, tanto el concejal del Nuevo Liberalismo, Juan Baena, y la concejal de la Alianza Verde, Lucía Bastidas, coincidieron en la necesidad de hacerle frente a los colados.
“El transporte público ya es lo suficientemente caro y se sigue incrementando el costo de vida de los bogotanos. Nosotros, desde el Nuevo Liberalismo, hemos hablado de corregir estos incrementos y para eso hay que plantearse un plan integral. Por ejemplo, los colados evidentemente inciden con el incremento, y en la medida en la que aumente la tarifa aumentará la evasión. Es, de hecho, contraproducente, pero la alcaldía tiene que ponerle freno a los colados”, comenzó por explicar a Infobae el concejal del Nuevo Liberalismo, Juan Baena.
A este respecto, la cabildante Lucía Bastidas comenzó por advertir que “hay que mejorar la calidad de viaje de los usuarios porque estos mismos se están perdiendo por la falta de control del sistema. El 40 % de los usuarios de TransMilenio son colados y mientras no se mejore el transporte público en la ciudad, y mientras se mantenga y se siga consolidando la narrativa de odio, el sistema se va a ver afectado”, le indicó a Infobae la concejal Verde.
No más discursos de odio
Acto seguido, precisó que para mejorar la experiencia hay un montón de elementos en los que toca trabajar y que involucran a entidades como el Ipes, la Uaesp y el Dadep “y el gobierno no se ha puesto al frente de mejorar la experiencia y de ahí que los vendedores ambulantes hagan lo que quieran, que muchos puentes peatonales están a oscuras y eso obviamente ¿en qué se traduce? En una narrativa de odio que va a continuar”, enfatizó una de las cabildantes que más ha defendido al sistema.
Aun así, fue clara al advertir que esta administración no le ha cumplido a TransMilenio, y de poco sirve que la alcaldía compre buses nuevos si están guardados, si no arreglan las estaciones y si no hay una respuesta efectiva contra los colados. “Subir la tarifa al transporte nunca ha sido popular, pero es necesaria”, indicó.
“Este es un servicio público esencial que mueve a 2,6 millones de personas al día y eso es lo más importante. Por esa razón es que merece toda la atención y recursos. Aquí han vendido la idea de que los operadores se quedan con el 90 % de los recursos, pero eso no es cierto. De la tarifa se carga la construcción de parqueaderos, de patios, talleres y todos los insumos que implica un transporte público, entonces no es cierto eso y creo que con ‘La Rolita’ se van a dar cuenta de eso”, concluyó a este respecto la concejal Bastidas.
Encontrar otras fuentes de financiación
Punto aparte, el concejal Juan Baena se refirió a un segundo aspecto que es imperativo que la Administración contemple, para ponerle un punto final a estos incrementos anuales que resultan tan contraproducentes para una ciudadanía que no ve su inversión invertida. Se trató de una opción que ya habían presentado ante el Concejo de Bogotá, sin mucho éxito, denominada “Tarifa cero”.
“Nosotros hemos planteado la tarifa cero, que lo que busca es encontrar otras fuentes de financiación alternas al pago de la tarifa, para poder pagar el costo de la operación del sistema. No es un subsidio, es encontrar otras fuentes. Lo que estamos viendo es consecuencia de no tener otros sistemas que financien alternos a la tarifa y que obligan a subir los precios. Hay metros en el mundo que cobran la plusvalía por las obras que hacen. El portal de la 80 se hizo y a su alrededor materializó todo un desarrollo comercial y urbano por cuenta de esa construcción”, precisó el concejal del Nuevo Liberalismo.
Añadió que en ese sentido uno puede cobrar plusvalía a esos lugares aledaños, e incluso Transmilenio podría tener locales comerciales, la ciudad podría cobrarle a las empresas un feed para mantener el sistema o encontrar fuentes de financiación en el propio presupuesto de la Alcaldía etc. Hay que ser innovadores, pero hay que encontrar otras maneras y así solucionar el problema de todos los años”, concluyó el concejal Baena.
Se debería demandar la decisión
Por último, el concejal también de la Alianza Verde, Diego Cancino, señaló que todas las tarifas de servicios públicos en Bogotá son injustas porque, de acuerdo con él, no obedecen a la realidad social de la ciudad “sino a los intereses particulares de los operadores”.
“Con las basuras pasa lo mismo, con un modelo de tercerización en donde la ciudad pierde y los ciudadanos quedan sacrificados con las tarifas”, comenzó por expresar su lectura frente a este tema el concejal Cancino.
Añadió que la administración distrital debería escuchar la recomendación del presidente Gustavo Petro, de no subir las tarifas como lo han venido haciendo.
“Hay que exigirle a los operadores que no suban las tarifas. Nosotros, desde el Concejo, tenemos que hacer tres cosas: un debate a los operadores, especialmente los de Transmilenio, este semestre hicimos dos. Necesitamos una movilización social y de opinión porque esto es infame. De manera no violenta pero si colectiva. Y lo más importante: desde mi oficina estamos evaluando con abogados y con abogados penalistas cómo podemos revertir esa irracionalidad a la que nos tienen sometidos los operadores”, concluyó.
Seguir leyendo: