Como estaba cantado desde la semana pasada, ya era claro que los tiempos no le darían tregua al Concejo de Bogotá para surtir todo el trámite alrededor del presupuesto de la ciudad para 2023 por $31,5 billones de pesos, de los cuales 26,1 billones (82,8 %) serán para inversión; 3,9 billones (12,3 %), para funcionamiento; y 1,6 billones (4,9 %), para servicio de la deuda.
Esto significa, nada más ni nada menos, que los montos que propuso el pasado primero de noviembre la Alcaldía Mayor de Bogotá al Concejo de la ciudad no sufrirán ninguna modificación, y que por consiguiente $8,6 billones se irán a movilidad; $6,2 billones se irán a educación; $3,6 billones se irán a salud; $1,9 billones se irán a integración social; $1,7 billones se irán a Hábitat; $1,5 billones estarán destinados a los programas de la secretaría de Gobierno y $1,1 billones estarán enfocados al sector cultural de la ciudad.
Otros $1,5 billones se irán para los demás sectores, entre los cuales se encuentra Seguridad (0,36 %); Ambiente (0,33 %); Desarrollo Económico (0,23 %), Gestión Pública (0,18 %); Hacienda (0,18 %); Mujer (0,09 %); Planeación (0,06 %); Organismos de control (0,03 %) y la Gestión Jurídica con el 0,007 % de ese billón y medio.
Ante esta distribución, Infobae habló con dos de los tres concejales que fueron ponentes del proyecto de acuerdo mediante el cual se habría aprobado este presupuesto, y en cuyo caso se le habrían podido hacer modificaciones a la orientación de los recursos (pero una vez más los impedimentos y las recusaciones agotaron el reloj del cabildo distrital), y tanto Diana Diago (Centro Democrático), como Libardo Asprilla (Alianza Verde), le ven serias dificultades.
TransMilenio, el ‘pero’ más grande
“Este presupuesto tiene muchos peros y yo te diría que los más grandes son la destinación de 3 billones de pesos para los operadores de TransMilenio. Para pagar una deuda. ¿Con esos tres billones de pesos cuánto se puede hacer en lo social, en infraestructura y en seguridad?”, indicó a este portal de noticias la concejal del Centro Democrático.
En este aspecto coincidió por completo el otro concejal ponente, Libardo Asprilla, que fue escueto al referir que “TransMilenio tiene una carga demasiado alta sobre el presupuesto”, indicó a Infobae.
Ahora, aunque no fue ponente, el concejal de la Alianza Verde, Diego Cancino, también se refirió a este hecho calificando de “lástima absoluta” el monto orientado al sistema de transporte masivo.
“Este no es un presupuesto ni para la vida, ni para la salud, ni para la educación. El gran presupuesto es para movilidad, y dentro de esa cartera más de la mitad se va para TransMilenio. Nunca antes se habían construido tantas troncales para este sistema y eso sin contar la deuda a los operadores, mientras la ciudad no gana nada”, indicó a este medio de comunicación el concejal Cancino.
Añadió, acto seguido, que desde la alcaldía de Enrique Peñalosa el peso de la inversión en movilidad ha ido aumentando, pero nunca lo había hecho tanto como ahora. “El crecimiento del presupuesto para el sistema en la administración anterior se aumentó, pero en esta se quintuplicó. Estamos saliendo de una crisis social honda y la gran apuesta es atestarle el bolsillo a los operadores del sistema. Este es un presupuesto contraproducente para la ciudad”, indicó a Infobae el concejal Cancino.
Seguridad, un monto ínfimo
El segundo ‘pero’ que la concejal Diago le ve al presupuesto del año entrante está relacionado con la cartera de seguridad. “En el presupuesto, la administración le está quitando el 26,6 % a la seguridad de Bogotá en el momento más difícil y critico para la ciudad en esta materia. Eso es no escuchar a la ciudadanía, darle la espalda a la seguridad de los bogotanos y no entender que se necesita infraestructura en seguridad y que se tiene que fortalecer, en tanto que el delito se transforma”, puntualizó la cabildante.
Y Asprilla opinó lo mismo. “El presupuesto en seguridad se debería haber incrementado, sobre todo para garantizar más presencia operativa de la entidad en la calle y facilitarle más logística a los jueces de paz, en las casas de justicia. Ellos están cumpliendo una función fundamental, sobre todo en los conflictos que se presentan al interior del barrio y necesitan más presupuesto”, refirió a este respecto.
Entes de control se quedaron cortos
Otro de los peros sobre los cuales llamó la atención la concejal Diago estuvo relacionado con el rubro para los entes de control. “A los entes de control no les dieron ni un peso. Le quitaron recursos y eso no tiene presentación. ¿Quién le hace y le hará control a Claudia López? ¿Quién le va a controlar la chequera por $30 billones de pesos?”, agregó la concejal Diago, quien también cuestionó el monto de los recursos a Desarrollo Económico, pues, de acuerdo con ella, se desincentivará el apoyo a la pequeña empresa, y eso sin contar con un incremento en el endeudamiento de la ciudad.
“A mí honestamente me preocupa hondamente la próxima administración cómo va a financiar su Plan Distrital de Desarrollo. El secretario nos ha dicho qué tranquilos, que las finanzas están más que aseguradas y que tenemos cómo pagar, pero yo no lo veo tan así”, advirtió Diago.
Este fue un rubro frente al cual el concejal Asprilla también llamó la atención con preocupación: “como quiera que se hubiera aumentado el presupuesto, que pasó de $28,5 billones a $31,6 billones, deberían haberse aumentado los recursos para los órganos de control, es decir Personería, Contraloría y Veeduría, y realmente sus presupuestos quedaron muy bajos”.
Desarrollo Económico debería haber tenido más
Con relación al Desarrollo Económico, el otro concejal ponente, Libardo Asprilla, le contó a Infobae que en su ponencia, positiva con modificaciones, él había sugerido un aumento a esta secretaría y recursos adicionales para el Instituto Distrital de Turismo, uno de los grandes jalonadores de la economía capitalina.
Por último, la concejal Diago concluyó que, a diferencia de lo que dijo la Administración Distrital, este no es un cupo orientado a lo social.
“Que este sea el presupuesto más social aprobado en los últimos años no es cierto. Una cosa es decir y otra muy distinta es ejecutar. Mira lo que está pasando en la Secretaría de Integración Social: jardines infantiles sin docentes, comedores comunitarios cerrándose, ¿esos son los avances sociales? Lo más social que puede tener una ciudad es el transporte y mira a TransMilenio: desastre total”, concluyó.
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