La vivienda del padrastro del niño Adolfo José, quien murió el pasado 4 de diciembre tras haber ingerido una bebida con galletas presuntamente envenenadas en el municipio de Soledad —área metropolitana de Barranquilla, Atlántico— habría sido atacada con artefactos explosivos e impactos de bala. El hermano menor del niño sigue en la unidad de cuidados intensivos de la clínica Materno Infantil Adelita de Char por los mismos hechos, mientras que el paradero del hombre aún es desconocido.
Los niños Adolfo José, de siete años, y Héctor David, de seis, vivían con su padre y pasaban temporadas cortas, como fines de semana y vacaciones, en la casa de su madre. Según la información que se conocía hasta que habló el hermano menor, ambos enfermaron de gravedad el pasado fin de semana tras haber consumido una bebida de malta con galletas a altas horas de la noche. Los dos tenían fuerte dolor abdominal, vómito y dificultades para respirar, pero Adolfo José presentó convulsiones.
Mientras el hermano mayor no sobrevivió, el menor aún está en la unidad de cuidados intensivos del centro asistencial y su pronóstico es reservado. El escándalo creció luego de que Néstor Romero, el tío de los dos niños, revelara a la prensa lo que le contó el pequeño Héctor David al padre sobre los hechos.
Según el familiar, los niños ya estaban dormidos cuando el padrastro los despertó para ofrecerles los alimentos. “Acabamos de conocer la información que suministró mi sobrino cuando despertó. Él asegura que fue el señor, la nueva pareja de la mamá, el que les entregó la gaseosa y les prometió dos mil pesos si se la tomaban enseguida”, contó Romero al diario La Razón.
El pequeño Héctor David le contó a su padre que, aunque le ofrecieron dinero a cambio de consumir la bebida rápidamente, él se negó a terminarla “porque le sabía feo, como amargo; diferente a su hermanito, que sí se tomó el vaso completo y fue el que terminó convulsionando, según cuentan los vecinos”.
Ahora se conoce que, el pasado 6 de diciembre, tuvo lugar un atentado en la casa del barrio Villa del Rey. Los vecinos le contaron al diario El Tiempo que desconocidos llegaron en un vehículo particular e hicieron varias detonaciones con arma de fuego en la fachada de la casa. Después, arrojaron una bomba tipo molotov para provocar un incendio en la residencia. Una vez consumado el atentado, el carro huyó a toda velocidad. La Policía Metropolitana de Barranquilla está investigando los hechos.
Hipótesis
Al tío de las víctimas le parece muy extraño que los niños enfermaran con tanta gravedad por haber consumido dulces, incluso si estos estaban en descomposición, por lo que él sospecha que los menores fueran envenenados a propósito. “Vuelvo y repito, una gaseosa no da para eso. El líquido ya venía contaminado y se lo suministraron así a mis pobres sobrinos”, dijo el familiar.
Las sospechas se ahondan porque el paradero del padrastro es desconocido. El hombre había sido detenido luego de que los niños fueran hospitalizados, pero fue dejado en libertad horas después porque la Fiscalía todavía no contaba con material probatorio suficiente para inculparlo. Luego de ser liberado, presuntamente emprendió la fuga hacia Venezuela, país del cual es oriundo.
Por su parte, la clínica Adelita de Char manifestó a la emisora Caracol Radio que la investigación del caso está en curso. “Solamente cuando se concluye esta investigación, que engloba exámenes médicos toxicológicos, evaluación clínica del paciente hospitalizado y resultados de necropsia médico legal del menor fallecido, será posible atribuir o descartar que la causa del cuadro clínico de estos pacientes se ha provocado por intoxicación con organofosforados”, explicó la clínica.
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