Durante la noche del miércoles 7 de diciembre, mientras la mayoría de los colombianos celebraban con sus familias la tradicional celebración navideña de la Noche de las Velitas, el cantón militar de Pichincha en Cali (Valle del Cauca) se vestía de luto y le rendían honores militares en las honras fúnebres de los seis jóvenes que, cuando prestaban su servicio militar obligatorio, resultaron muertos en una emboscada que perpetró la disidencia Jaime Martínez de la extinta guerrilla de las FARC.
Los soldados Yonny Saac Ruiz, Jonathan Ernesto Ordóñez, Luis Armando Vélez, Jan Gilberto Rodríguez, Jerson Mamián Mojomboy y Esleider Alexander Portocarrero fueron despedidos en un homenaje que contó con una eucaristía.
“Con inmenso dolor, recibimos con honores militares en el Cantón Militar Pichincha a nuestros soldados asesinados en Buenos Aires, #Cauca. Condolencias a sus familias y amigos. Paz en sus tumbas. #HonorYGloriaPorSiempre”, expresaron desde la cuenta de Twitter de Comando Conjunto N.° 2 Suroccidente, que opera en el Cauca, Nariño y el Valle.
Lo mismo expresaron desde la cuenta de la Tercera División del Ejército: “Elevamos oraciones por su eterno descanso, ratificando nuestro compromiso por honrar su memoria y su valiente entrega por #Colombia”.
Tras la muerte de los jóvenes, el presidente de la República, Gustavo Francisco Petro, ordenó que para el Cauca se envíen más soldados profesionales en vez de reclutas.
“Tiene que haber un cambio táctico en la disposición del Ejército en ese departamento, disminuyendo sustancialmente el número de soldados de servicio militar y aumentando sustancialmente el porcentaje de soldados profesionales para darle más capacidad (militar) en la región”, dijo el jefe de Estado.
La declaración fue hecha al término del Consejo de Seguridad realizado el martes en Buenos Aires, epicentro del asesinato de seis soldados, cuyas edades están entre los 18 y 20 años, y ocho heridos más.
El ataque se perpetró en la madrugada del martes 6 de diciembre, cuando miembros del Frente Jaime Martínez, que responde al mando del Estado Central (uno de los dos grandes grupos surgidos tras la extinción de las FARC), hostigaron y atacaron con fusil, tatucos y granadas al Ejército en el caserío Munchique.
La mayoría de la tropa en las zonas en las que hay presencia de las disidencias de las FARC, del Ejército de Liberación Nacional (ELN), bandas como el Clan del Golfo y otros grupos de narcotraficantes la componen soldados jóvenes que no tienen experiencia en enfrentar a esos grupos y mueren en los combates.
Así ocurre en la región del Catatumbo, en los departamentos de Arauca, ambos fronterizos con Venezuela, Chocó, Cauca, Valle del Cauca y Putumayo.
(Con información de agencias)
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