Las pruebas presentadas por la Fiscalía General de la Nación en el caso por el homicidio del profesor Gamaliel Álvarez, permitieron que un juez de conocimiento de Zipaquirá, departamento de Cundinamarca, dejara en firme la condena por 24 años de prisión contra Orlando Alberto Rojas Bedoya, quien aceptó su participación en los hechos.
Un fiscal adscrito a la seccional Cundinamarca demostró la participación intelectual y material de Rojas Bedoya, también conocido como Pecas, en el homicidio y posterior hurto del docente de ballet y matemáticas.
Tras los hechos ocurridos el 27 de septiembre de 2021 en Cajicá, la Fiscalía activó el Mecanismo de Búsqueda Urgente (MBU) con los cuales, logró determinar que alias Pecas, incineró el cuerpo del docente como un intento de ocultar lo sucedido y alterar la escena del crimen, posteriormente, el confeso agresor limpió la sangre de la víctima que había quedado en el baño de la vivienda.
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El ente acusador imputó a Orlando Alberto Rojas Bedoya los delitos de homicidio agravado; ocultamiento, alteración y destrucción de material probatorio; hurto calificado; falsedad material en documento público; falsedad en documento privado; y fraude procesal.
El fiscal de conocimiento, además de la pena, le impuso al homicida una multa de 115 salarios mínimos legales vigentes.
El asesinato
Según la investigación realizada por los agentes de la Fiscalía, Orlando Rojas se ganó la confianza del entonces docente Gamaliel, o ‘Gama’ como le decían sus amigos, hasta el punto de conocer sus finanzas, sus amistades más cercanas y sus pasatiempos.
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La tarde del deceso, Rojas le habría ocasionado a Gamaliel dos golpes contundentes. El primero, fue un impacto certero en la cabeza, el segundo sería en la costilla derecha, los cuales, desestabilizaron al docente y le impidieron defenderse.
Aunque el profesor de ballet ya se encontraba indefenso, la autoridades determinaron que después de verlo tendido en el piso, alias Pecas lo degolló con un arma corto punzante.
En un intento de eliminar las pruebas en su contra, el hoy confeso asesino utilizó combustible para quemar el cuerpo del docente. En ese momento, pensó que no era la mejor idea alertar a los vecinos con un incendio, por lo que procedió a apagar el cuerpo y construir una bóveda para emparedar el cuerpo en la casa.
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Las pruebas de la investigación realizada sobre este caso reposan en fotos y videos que se revelaron con el paso de los días. Dentro de las evidencias, se encuentran archivos fotográficos que evidencian las paredes negras del baño, producto del intento del fuego.
También se conocen pruebas de un cajón construido con cemento, en el cual, el asesino escondió el cuerpo por dos meses. La Fiscalía encontró que la finalidad del hecho fue el hurto de una motocicleta, la cual, vendió en 10 millones de pesos.
Tres meses después de los hechos, Enaluz Álvarez, hermana del docente, expresó que temía que la investigación quedara impune por la manera en la que se trató el cuerpo de Álvarez tras hallarlo en la bóveda y porque la escena del crimen había sido contaminada y alterada en medio de la investigación.
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