En Caquetá hallaron 20 restos humanos que serían de guerrilleros de las FARC abatidos en combate

La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) los encontró en el cementerio de Jardines de la Resurrección en Cartagena del Chairá

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20 restos humanos que serían
20 restos humanos que serían de guerrilleros de las FARC fueron encontrados en el cementerio de Jardines de la Resurrección en Cartagena del Chairá (Caquetá). (Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas)

Por miedo a perder la vida o a ser juzgados, los familiares de guerrilleros de las extintas FARC que fueron abatidos en combates con la Fuerza Pública o con las extintas AUC, pasaron muchos años guardando silencio y padeciendo el dolor de no poder darle un último adiós a sus parientes, sin embargo, tras la firma del acuerdo de paz por fin han podido cerrar sus duelos, gracias al trabajo que realiza Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) que el miércoles 7 de diciembre anunció que en Cartagena del Chairá (Caquetá) fueron hallados los restos de 20 posibles combatientes que perecieron durante los años del conflicto.

En esa entidad que forma parte del Sistema Integral para la Paz, junto a la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), indicaron que los encontraron en el cementerio de Jardines de la Resurrección con Cristo, en el mencionado municipio, a donde fueron a dar los cuerpos sin vida de subversivos que murieron dentro de las acciones del Ejército cuandio ejecutaron el Plan Patriota, uno de los más importantes en la denominada política de Seguridad Democrática que se implementó durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez.

“Según la investigación extrajudicial realizada por la Unidad de Búsqueda, al menos 500 combatientes de grupos guerrilleros desaparecieron en el desarrollo de las operaciones militares contrainsurgentes. Varios de ellos reportados por sus familiares como desaparecidos en los departamentos del Meta y Caquetá”, explicaron en la UBPD.

Agregaron que en esa zona del país fue histórica la presencia de los frentes 14, 15 y amazónico, y junto a los testimonios de los excombatientes, de los mismos allegados de los combatientes y la propia comunidad, establecieron que los miembros de la Fuerza Pública abandonaban los cadáveres en la entrada del cementerio los cuales fueron inhumados como personas sin identificar.

Sin embargo, antes de que las antiguas FARC abandonaran la lucha armada, estas personas con parientes dentro de ese entonces grupo armado al margen de la ley, aunque en algunos casos sabían que sus parientes fueron dejados en ese campo santo, no hablaban del tema por posibles represarías.

“Ahora las familias que tuvieron hijos o familiares en la guerrilla pueden decir públicamente y buscar a su ser querido sin ningún temor. Muchas familias quizá vieron cuando su hijo llegó a este cementerio, pero no podían decir: ‘Ese es mi hijo’, porque también llegarían a ese mismo destino. Que hoy esté la Unidad de Búsqueda y que la gente hable es un gran paso para ir cerrando ese capítulo de dolor”, señaló una de las beneficiarias de la acción humanitaria.

La directora de la entidad, Luz Marina Monzón Cifuentes, informó que Caquetá era uno de los territorios donde más tenían reportes de personas dadas por desaparecidas, 4.905 exactamente, en medio del conflicto armado colombiano, donde una buena parte correspondería a integrantes de grupos alzados en armas.

“En este territorio hemos contado con la contribución y la disposición de quienes pertenecieron a las Farc, que tuvieron presencia en este territorio y que a partir de ese conocimiento y de la articulación que nos han permitido hacer con quienes hicieron parte de cada una de sus estructuras, hemos podido aproximarnos a cementerios, a recuperaciones de cuerpos, a fosas comunes, a relacionamiento con familiares”, señaló.

Gracias a esos aportes de los firmante del acuerdo, tres restos de guerrilleros fueron entregados de forma digna a sus familiares, de quienes no tuvieron conocimiento de su destino tras muchos años. Uno de ellos fue el de un insurgente cuyos restos fueron ubicados el 19 de enero de 2019.

El hombre pereció en un combate con la Fuerza Pública en 2013, y estuvo en las FARC desde 1994, y durante se tiempo mantuvo contacto con sus familiares, pero tras su muerte, ellos padecieron por no saber de su destino hasta 2020, cuando lo identificaron plenamente en Medicina Legal.

“Cuando uno pierde el contacto con un familiar que está allá es muy difícil salir a buscarlo. Como familia siempre hemos tenido miedo de que nos juzguen por ser familiares de combatientes. Mi mamá siempre decía que de ese tema no se podía hablar, así que no podíamos buscar ni preguntar nada”, dijo la sobrina del abatido insurgente.

De este trabajo humanitario también se han beneficiado allegados de paramilitares, los enemigos en la ilegalidad de la guerrilla, que tuvieron el mismo fin dentro del conflicto.

Un caso fue el de un joven que identificaron como Juan Guillermo Monsalve, que desde 2001 estuvo en las filas de las extintas AUC y cuyos restos también los encontraron en el sur del país.

“Encontrarnos con él fue muy bonito. Todas las reuniones, todo lo que hicieron, el historial de memorias ilustradas. Es una misión muy bonita la que tienen ustedes de podernos dar la tranquilidad. Ustedes calman tantas familias y tantos dolores”, contó la hermana.

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