Desde hace algunos meses se dio a conocer que la Justicia Especial para la Paz -JEP- contemplaba la posibilidad de que Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, excabecilla de las extintas Farc, pudiera acogerse al mecanismo. Tras pasar el tiempo, la W Radio, dio a conocer apartados de la versión escrita que envió el sujeto que hoy se encuentra pagando su condena, en la prisión AFX Florence de Estados Unidos, considerada una de las más seguras del mundo. En lo señalado, el exguerrillero aseguró que nunca fue parte del secretariado de las Farc y que existen muchas de las pruebas que están en el expediente de la justicia ordinaria que están manipuladas y no son ciertas.
Siguiendo la línea de sus declaraciones, alias Simón Trinidad, negó su responsabilidad en siete procesos de secuestro, entre ellos los de Alan Jara, Jorge Eduardo Géchem, y el secuestro y asesinato de la exministra Consuelo Araújo Noguera. Además, de negar su participación en la toma de Santa Cecilia en Risaralda, y crímenes cometidos en la zona de distensión.
En este sentido, uno de los argumentos para sostener que nunca tuvo responsabilidad en los casos anteriormente nombrados es que es falso el argumento de que fue uno de los altos cargos durante 1993 y 2003:
“Al no haber pertenecido al secretariado y/o al Estado Mayor Central de las Farc no hay razón alguna para ser señalado en calidad de determinador o autor intelectual en el universo de delitos que me atribuyeron los fiscales especializados en los procesos relacionados”.
Sin embargo, mencionó que existen muchas pruebas que tienen las autoridades colombianas en su contra que no corresponden con su papel al interior del grupo armado y que fueron modificadas para poder justificar las acusaciones que le han venido haciendo: “El video fue editado para hacerme pasar como integrante del Estado Mayor Central. Mis abogados de la defensoría pública estadounidense enviaron el video a un experto que presentó este informe”, agregó el señalado de ser uno de los secretarios de las Farc en su documento al que tuvo acceso la emisora colombiana.
Otro ejemplo que anexo a sus declaraciones fue que, pese a que en los diálogos fallidos que se dieron en el Caguán con el gobierno de ese entonces liderado pro Andrés Pastrana fungió como representante de la guerrilla, no era necesariamente porque fuera del secretariado: “Tampoco tenía yo que pertenecer al Estado Mayor Central para merecer el traslado del comité temático a la mesa de diálogos. Esto estipulaba el estatuto de las Farc”.
Recordemos que el líder del extinto grupo armado se encuentra pagando sus penas en el país norteamericano desde 2004, cuando fue extraditado por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y enfrentó juicio por los delitos de tráfico de drogas y secuestro. Si bien no fue condenado por el primer delito, recibió una sentencia de 60 años de prisión por el secuestro de los ciudadanos estadounidenses Thomas Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves.
Se espera que abandone Florence en 2055, si sigue vivo para entonces —Palmera ya tiene 71 años—. No obstante, dejó un extenso expediente en Colombia que todavía no se resuelve: se le acusa de diversos crímenes, como rebelión, secuestro, homicidio, extorsión, entre otros.
Pues de acuerdo con los reportes que se tienen su actividad criminal causaba terror en el Cesar en los años de 1990, cuando asumió en el mando del bloque y se encargó de las finanzas del grupo guerrillero en el Caribe. Fue capturado y deportado de Ecuador en el 2003, tras los fallidos diálogos de paz del Caguán, y extraditado por Álvaro Uribe en el 2004.
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