Nacho Vegas vuelve a Rock Al Parque con canciones que se nutren de una realidad más cruda

Infobae Colombia habló con el cantautor español, que se había presentado en la edición de 2015 en La Media Torta. El asturiano presentará este domingo en el Parque Simón Bolívar su más reciente producción discográfica, ‘Mundos Inmóviles Derrumbándose’

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Nacho Vegas se presentará por segunda vez en su carrera en Rock Al Parque. Este domingo presentará su álbum 'Mundos Inmoviles Derrumbandose' en el Escenario Lago, a partir de las 7:30 p.m. (Europa Press)
Nacho Vegas se presentará por segunda vez en su carrera en Rock Al Parque. Este domingo presentará su álbum 'Mundos Inmoviles Derrumbandose' en el Escenario Lago, a partir de las 7:30 p.m. (Europa Press)

Considerada como una de las grandes voces de la música indie en España, Nacho Vegas se ha labrado la reputación de ser capaz de hacer que la fragilidad del ser humano, sus miedos, sus dramas y sus dudas se conviertan en algo bello cuando se trasladan a una canción.

‘Mundos Inmóviles Derrumbándose’ es su noveno trabajo de estudio, o el decimosegundo si se suman sus trabajos colaborativos con Irene Tremblay, Enrique Bunbury y Christina Rosenvinge a lo largo de los años. Compuesto durante la pandemia de covid-19, hace de la empatía y su propio espíritu combativo el arma para salir adelante en un periodo tan difícil para la humanidad entera. Es una de las producciones que mejor se recibió a lo largo del año en España, y ahora Colombia podrá observar al cantante y compositor asturiano destilar vivencias propias y ajenas en el escenario, una vez más, entendiendo lo que proyecta en escena como algo que cada uno ha vivido durante ese encierro obligado. También estará presentando su sencillo ‘Abnegación’, publicado el pasado 11 de noviembre, en el que comparte una mirada personal e inquisidora, con referencias a la sociedad española de hoy.

Nacho Vegas brindó una presentación muy aclamada en Rock Al Parque 2015. El marco de la misma fue especial no solo por tratarse del vigésimo aniversario del festival gratuito, sino porque el concierto se celebró en la Media Torta y no en el acostumbrado Parque Simón Bolívar.

Infobae Colombia habló con el cantante previo a su presentación en el Escenario Lago, a partir de las 7:30 p. m. sobre su álbum más reciente, su relación con Colombia, la pandemia, la normalización de la injusticia y hasta del Mundial de Qatar 2022.

Es su segunda vez en Rock Al Parque en 2015. Aquella vez tocó en la Media Torta y no en el Simón Bolívar como es habitual ¿Cómo recuerda esa presentación?

Lo recuerdo como un concierto muy bonito porque era espectacular tocar delante de tanta gente. Impone un poco tocar en Rock Al Parque, saber que es el festival más grande de Latinoamérica. Tengo un buen recuerdo porque después de que tocamos en la noche tocaba Celso Piña. Soy bastante fan y luego pude conocerlo al día siguiente en el hotel. Una lastima que nos dejara hace poco. Pero me pareció muy bonita esa mezcla del festival, ese contacto con el público, con la gente, y con diferentes artistas de diferentes países.

Ha llevado su música a distintos países ¿Cómo es para usted adaptarte a una cultura y a una idiosincrasia distinta cada vez, así sea por unos pocos días?

Bueno, pues intentando hacerlo sobre todo con respeto. Intentando conocer y empaparte un poco de las realidades tanto culturales como sociales o políticas que se viven en Latinoamérica, que son muy distintas de las que se viven en Europa. Son más radicales, diría. Todo es más salvaje pero a la vez todo es mucho más hermoso, más colorido. Siempre acabas aprendiendo algo, devolviéndote con alguna enseñanza. Muchos de los viajes son más fugaces de lo que uno quisiera pero siempre te devuelves con algo de música, con algún disco, o con algo de lo que ocurre en el momento. Unos amigos que acaban de estar aquí en Colombia, estuvieron en Antioquia y Valle del Cauca, me contaron un poco lo que está pasando allí con una presa hidroeléctrica que construyen y que están desplazando a un grupo de campesinos (Hidroituango). Es una empresa que además tiene financiación de bancos españoles.

También sé de las muertes de líderes sociales, y me doy cuenta que la violencia en España es de una manera pero aquí la violencia es real. Igual que los movimientos sociales son mucho más sólidos y la gente se arriesga mucho más. Es un país de muchas contradicciones, y es algo que yo envidio mucho. No en la parte negativa, claro, pero si en la parte colorida. En Europa es todo mucho más homogéneo y permeado por la cultura anglosajona.

Hablemos de ‘Abnegación’, su sencillo más reciente. La letra en parte hace referencia al escándalo de los audios con los que que fue evidente la campaña desinformativa de García Ferreras y Eduardo Inda contra Pablo Iglesias y que luego se supo que se había extendido a otros miembros de Podemos. Pero en la letra describe cómo algo tan grave se convierte en algo tan banal y pasajero. Cree que esa clase de situaciones pueden contrarrestarse? Dejar de ser algo más que una tendencia en redes sociales que se olvidara ni bien pase el día?

No creo, porque hay situaciones más graves que normalizamos. A mi me gustó que saliera a la luz ese hecho, para muchos era bastante obvio que lo que salía en La Sexta de Ferreras, este periodismo ‘progre’ un poco viene a ser lo mismo que el periodismo un poco más derechista, solo que disfraza con una cara un poco más amable, simpática, pero en realidad tienen las mismas relaciones que tienen los otros con el poder. Pero que normalicemos eso no importa tanto, importa mucho más que normalicemos cosas como que en España esté en la cárcel Pablo Hasél, que lleve casi 21 meses en la cárcel por cantar canciones o escribir canciones. Está exiliado porque si viene a España entraría a la cárcel por delitos tan anacrónicos como injurias a la Corona. Meterse con la Corona cuando es tan claro que es una cosa corrupta, y por eso entraría en la cárcel. Que normalicemos eso me parece más terrible, que normalicemos la violencia del Estado, o que haya Centros de Internamiento de Extranjeros, esas cárceles donde meten a la gente migrante con menos derechos aun que los presos comunes. Eso es racismo internacional, y es el que realmente debería escandalizarnos.

Lo que pasa en el circo informativo deberíamos verlo como entretenimiento, y no como algo que debemos que tomarnos en serio. Tiene un poder que asusta un poco porque pueden poner en la alfombra roja al que quieran, pero tenemos que ser un poco menos permisivos con ese tipo de cosas. Pero lo que te digo, hay cosas más graves y me preocupa mucho más que normalicemos.

Con relación a ‘Abnegación’ ¿El fin del mundo será un anuncio de Nike? ¿No podría ser un stream del presidente en Twitch?

(risas) Sería como un anuncio de Nike pasado por el espejo de Black Mirror. Yo me he perdido con lo de Twitch y con esas redes sociales. Hay un tema en el álbum ‘Ramon In’ que habla de la muerte de un amigo, pero donde también expreso mi preocupación por cómo las redes sociales han creado la sensación de que estamos haciendo las cosas de manera colectiva, cuando en realidad solo las estamos haciendo a la vez, que es un poco lo que dice la letra. Sobre todo después de la pandemia, creo que hay que reconstruir muchos imaginarios colectivos que se han visto muy dañados por la pandemia. Lo mismo con los espacios colectivos que, al quitarnos la calle, provocó un envalentonamiento del fascismo. Es necesario reconstruir esos espacios.

Desde el título, ‘Mundos Inmóviles Derrumbándose’ alude a la pandemia que nos encerró a todos. ¿Siente que es una producción que solo se puede entender por la pandemia? ¿O piensa que puede ir más allá?

Puede ir más allá, y de hecho cuando escribía el disco era muy consciente de ello. Me costó mucho escribir algunas de las canciones porque estaba en ese momento que nos afectó a todos en mayor o menor medida, pero todos recibimos la hostia no solo a nivel sanitario sino a nivel emocional y social. Para los que nos dedicamos a esto supuso un bloqueo creativo muy fuerte. Las canciones estaban ahí como emponzoñadas, crecían dentro de mi como un tumor pero no acababa de terminarlas y tuve que irme a un pueblo del oriente asturiano (Ortigueira). En ese momento tenía que huir porque era total la falta de estímulos. No podías ni acceder a redes sociales ni encender el televisor porque todo era noticias de la pandemia y encima solo de tu país. Tenías que hacer un esfuerzo para saber lo que pasaba en otros países en los que tienes que te importan o amigos y con tendencia al alarmismo. Acabamos un poco hartos de eso. Al final, cuando las canciones comenzaron a surgir, más o menos por abril de 2021, ya la banda respiró y pudo decir que hay disco porque pensaban que no iba a haber disco. Estaba tardando demasiado.

Pero sí quería que se entendiera más allá del contexto pandémico. Es cierto que habla de una percepción de la soledad de la que fui consciente durante la pandemia. Pero igual mis canciones se nutren de la realidad más cruda, y quería que en esta ocasión miraran hacia el futuro. Habla de mundos inmóviles derrumbándose, es un deseo que se derrumben por ese ser reaccionario que todos llevamos dentro. Recuerdo que muchas veces gente que escuchaba gente en 2021 decir ‘ya no vamos a salir mejor de la pandemia, ahora por lo menos que nos quedemos como estábamos antes’. Yo pensaba que no, que debemos luchar un poco más porque igual antes no estábamos bien. Tenemos que luchar por salir mejor de esto, no podemos ser tan reaccionarios.

Hay una línea que me encantó de ‘El Mundo En Torno A Ti’, dice “no me pidas que bendiga lo que intento maldecir” ¿Es una manifestación personal de su intención de seguir en pie de lucha?

El caso de esta canción que está escrita en segunda persona, bebe de muchos momentos personales y relaciones, pero sobre todo es una en la que me puedo mirar al espejo y reconocer mis propias miserias. De alguna manera necesitamos todos mirarnos al espejo y reconocer muchas veces los privilegios de los que gozamos muchas veces y normalizamos en exceso. Si no la cantara desde esa perspectiva no podría hacerlo, y creo que por eso es una de las más duras del disco. Pero al final uno tiene que ser el más duro consigo mismo.

Volvamos a hablar de normalización. Se que es un gran fan del fútbol. Hay un mundial en este momento, muy controvertido desde que se asignó, y tenemos casos de países como Alemania que se han manifestado durante el torneo. Pero queda en el aire la sensación de que no pasa nada con eso y que se reduce a una cuestión de relaciones públicas. No es una postura realmente drástica ¿Cree que con Qatar 2022 estamos asistiendo a la muerte definitiva del activismo político en el fútbol?

Si, seguramente. Hacía mucho tiempo que el fútbol-negocio estaba tomando este nivel y Qatar es como el epítome de todo esto. Recuerdo que hace poco alguien en España rescató un artículo del año 77 cuando ya había muerto Franco y empezaba la Transición, en la que entrevistaban a varios futbolistas punteros de aquella época. Les preguntaban por política y se posicionaban y hablaban de política muy claramente. Eso es algo que hoy en día sería imposible. Los futbolistas de élite no hablan de política porque eso sería mojarse mucho. No hablan ni siquiera de temas sociales, LGBTI o cualquier cosa así. Y se ha asumido ya que el fútbol negocio funciona de esta manera.

Creo que hay una respuesta por parte de un fútbol social, de base, que está creciendo de una manera mucho más modesta y con menos visibilidad, claro, pero está siendo una respuesta a este modelo de fútbol-negocio.

Pero al final Qatar es un ejemplo de cómo se normalizan las cosas. Porque es verdad que por lo menos hubo un debate alrededor de la cantidad de muertes que hubo para llegar a este Mundial, de mano de obra precaria y de condiciones infrahumanas de trabajo. Al final eso se ha asumido con normalidad, no se han visto países que hayan boicoteado de forma muy clara el Mundial. Igual intenté alejarme un poco del tema porque me daba mucho repelús todo lo que estaba sucediendo. Que la controversia fuera por el banderín LGBTI y no sobre todos los crímenes que supone haber llegado a este Mundial, es una estrategia que tiene este mundo que vivimos, que cuando hay un problema pongamos el foco en otro que es un poco más suave para que de este otro no se hable tanto. Entonces por ahí les conviene que se hable más del banderín en vez de las muertes necesarias para que se llegaran a construir los estadios a tiempo.

Igual no creo que ese activismo vaya a morir. Lo que pasa es que siempre va a estar eclipsado por este negocio que es el fútbol. Ojalá sea un poco como esos monstruos que alimentas tanto que en algún momento tendrán que explotar.

¿Qué pueden esperar de usted los asistentes este domingo en Rock Al Parque?

Va a ser un concierto en el que tengo la oportunidad de estar con toda la banda, la misma que me viene acompañando desde enero. Tenemos cincuenta minutos de show así que nuestro repertorio será un poco más concentrado pero en el que pondremos en común el repertorio del disco que presentamos y canciones antiguas. Es algo que disfruto mucho, poner en común repertorio antiguo y repertorio reciente porque los temas se ponen en común, se actualizan y forman parte de lo mismo. Las canciones antiguas cuando las cantas tienes la posibilidad de resignificarlas o de actualizarlas, que parezcan tan nuevas como las canciones recientes. Para varios miembros de la banda será su primer viaje a Colombia, y eso también me emociona mucho.

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