El coronel Benjamín Núñez no recibirá el perdón de los familiares de los tres jóvenes asesinados

Uno de los puntos del preacuerdo que firmó el coronel retirado Benjamín Núñez con la Fiscalía General de la Nación, es pedir perdón a las familias de las víctimas; sin embargo, estas no estarían dispuestas a ceder en esa acción.

El coronel (r) Benjamín Núñez es señalado por el asesinato de tres jóvenes en Chochó, Sucre. En el recordado y además repudiado caso en el que Jesús Díaz, José Arévalo y Carlos Ibáñez, con 18, 22 y 26 años de edad, respectivamente, perdieron la vida al parecer a manos del entonces uniformado en mención.

En el proceso que adelantan las autoridades competentes, se conoció que el pasado 30 de noviembre el señalado llegó a un preacuerdo con la Fiscalía, que deberá ser avalado por un juez.

Según lo que se conoce hasta el momento, en el documento se habría acordado, entre otras cosas, que el expolicía colaboré como testigo contra los otros diez policías involucrados en este caso pero además que pida perdón públicamente a las familias de las víctimas.

Núñez aparentemente aceptó todos los puntos, pero quienes no estarían de acuerdo con los familiares de los tres jóvenes asesinados.

El abogado de las víctimas, Didier Piza, informó en entrevista con la emisora Blu Radio que hasta el pasado miércoles 30 de noviembre no había recibido el documento del preacuerdo.

Además, señaló que no cree que las familias de los jóvenes estén dispuestas a concederle el perdón a Benjamín Núñez.

La semana pasada se supo que el excomandante operativo de la Policía de Sucre podría pagar una condena de 29 años de cárcel por los delitos homicidio agravado, falsedad en documento público, privación ilegal de la libertad y manipulación, alteración o destrucción de elemento material probatorio.

Es de recordar que Núñez se entregó el pasado 9 de septiembre tras estar prófugo de la justicia desde el día en que ocurrió el triple homicidio.

De hecho, semanas después de los hechos se supo que había tomado un vuelo con destino a México, país desde el cual decidió someterse a la justicia colombiana, pues en su contra había también una circular roja de Interpol.

A finales de ese mes, un juzgado de control de garantías de Tolú (Sucre) determinó que debía permanecer en la cárcel La Picota, en Bogotá, mientras avanzaban las pesquisas por su posible participación en los crímenes de Jesús David Díaz, Carlos Alberto Ibañez y Carlos Arévalo, jóvenes que habrían sido asesinados por Núñez para después ser presentados como integrantes del Clan del Golfo muertos en respuesta al ‘plan pistola’ liderado por esa estructura a mitad de año.

Hasta ese momento las familias de las víctimas habían manifestado que el coronel (r) Núñez, “por su jerarquía, grado y cargo, tenía conocimiento, consintió, permitió y muy posiblemente además de asesinarlos, participó de las lesiones previas ocasionadas a estos jóvenes, pues él fue quien recibió y tomó el control desde el lugar donde los detienen, donde empezó la tortura” y el posterior asesinato de los tres jóvenes que no sobrevivieron a los disparos efectuados, de acuerdo con las investigaciones, por este uniformado.

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