Los cinco uniformados Bayron Arley González, Brayan Humberto Montealegre, Bladimir Sánchez Tarazona, Brayan Andrés Marín y Jimer Eduardo Blanco, fueron imputados por los delitos de tortura y homicidio agravado, en el caso del asesinato de Juan Pablo González al interior de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la localidad de Puente Aranda. González era señalado de ser el presunto abusador sexual de una menor de edad en la estación de La Castellana de TransMilenio el pasado 31 de octubre.
De las agresiones que se dieron en la URI el pasado 6 de noviembre al interior de la celda informó el ente acusador: “La Fiscalía estableció que los uniformados a cargo de las celdas omitieron las funciones propias de su cargo, no intervinieron ni evitaron la violenta reacción contra la víctima”.
De igual manera especificó el comunicado de la Fiscalía que el presunto abusador sexual fue golpeado por cerca de media hora, además de ser rapado y recibir otros maltratos que terminaron con el colapso de su sistema respiratorio.
“Los elementos de prueba indican que González Gómez fue llevado a la fuerza por varios privados de la libertad a un baño, donde le raparon la cabeza, y lo golpearon sistemáticamente durante, al menos, 27 minutos. De acuerdo con el dictamen del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, la causa de la muerte fue un politraumatismo severo que le causó una insuficiencia respiratoria aguda”.
Las labores de la Fiscalía y del Cuerpo Técnico de Investigación CTI de la seccional Bogotá estableció que los 5 policías al parecer omitieron las funciones propias de su cargo, no intervinieron ni evitaron la violenta reacción contra la víctima.
Los Plumas: la banda detrás del asesinato
En un principio se pensó que González pudo haberse suicidado después de que se le impusiera medida de aseguramiento; sin embargo, el dictamen de Medicina Legal arrojó que la razón detrás de su muerte correspondía a un homicidio.
El pasado 13 de noviembre, la revista Semana reveló que el asesinato del hombre de 41 años estuvo planeado por una banda criminal que existe al interior de la URI de Puente Aranda, conocida como Los Plumas. “Apenas entró lo pasaron a la celda cuatro, cuando todos los detenidos deben pasar mínimo cuatro días en la celda ocho, que es la transitoria”, dijo un testigo, cuya identidad fue protegida por el medio de comunicación.
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La fuente de Semana comentó que habrían sido seis integrantes de la banda las que estuvieron detrás del homicidio y contaron con el apoyo de miembros de la fuerza pública. “Juan Pablo fue asesinado por seis personas que son el grupo violento”, puntualizó el testigo y recordó que al hombre lo “tiraron al piso” y lo “cogieron a patadas”. Al parecer esa es una “bienvenida” que le dan a los presuntos abusadores y violadores.
Esa versión fue respaldada por el fiscal del caso, quien aseguró que “los agresores (...) le gritaban que eso le pasaba por haber violado una niña y le decían que no era tan macho como lo fue con la víctima y, por tanto, merecía morir”. En ese sentido, el funcionario indicó que sí hubo una “intención deliberada y desconsiderada de sometimiento físico en señal de juzgamiento y condena”.
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